Capítulo 2

10 2 0
                                    

En la mañana llamé mi mejor, y única, amiga para que me lleve al médico. Me dolía el cuerpo entero, pero cuando el médico quiso saber lo que ocurrió, solo dije que me había caído en las escaleras bastante violentamente. Mi mejor amiga insistió en quedarse conmigo y me preguntó sobre mis heridas.

- Sé que no decías la verdad con el médico... vamos Sunhee, te conozco... dime lo que de verdad te pasó

- No tiene importancia, no te preocupes...

No dije nada. No lo hice en los últimos meses en los que las cosas no salían muy bien entre mi marido y yo. Pero a Yuna no le agradaba mi marido y no quería darle otra oportunidad de detestarlo. Cuando me dejó, me hizo prometer llamarla para cualquier cosa.

Algunos días pasaron, no tenía idea de como estaba Hoseok y tampoco lo había visto en el supermercado como de costumbre. Terminé por intentar llamarlo pero no contestó. Después de llamadas sin respuesta, decidí ir a su casa en la tarde aunque todavía tenía dolores en todo el cuerpo y los moretones aun se veían en mi cara. Pensaba ir a averiguar que todo iba bien, lo que para mi era una certitud, pero no fue así. Toqué el timbre y no tuve respuesta. Dí suaves golpecitos pero tampoco abrió la puerta. Pensando que había, iba a marcharme cuando un ruido sonando como el de una caída se hizo escuchar. Volteé y llamé.

- Ho... ¿ Hoseok ?

Intenté abrir la puerta sorprendiéndome encontrándola abierta. Entré y caminé hasta la sala en la que había ¨abandonado¨ a Hoseok... y lo encontré tirado en el suelo.

- ¡ Hoseok !

Me arrodillé y lo zarandeé. No respondió. Estaba todo sudado y su respiración era corta. Puse mi mano en su frente : tenía una fiebre muy alta.

- Dios, ¿ qué hago...?

Intenté despertarlo de nuevo pero no lo logré. Con dificultad lo levanté y lo traje hasta el sofá a unos metros. Iba a alejarme pero me tomó la muñeca como lo hizo una vez en el supermercado, los ojos entreabiertos.

- No me deje...

- ¿ Hoseok ? ¿ Está despierto ? ¿ Le duele algo ?

- Yo... ¿ estoy soñando ?

- No. No respondía a mis llamadas, por eso vine a verlo y...

- Yo... creo que pesqué un resfriado...

- Tiene una fiebre muy alta. Iré por pañuelos y agua fría para bajarla.

- ¡ No ! No... no me deje...

Me senté a su lado y lo observé. Era la primera vez que lo hacía con tanta insistencia. Sus ojos marrones también me observaban. Su pelo castaño pegado a su frente a causa del sudor. Tenía facciones muy finas y era esbelto, casi demasiado. Su ataque de tos me sacó de mis pensamientos no totalmente inocentes. Me levanté y me fue a la cocina en busca de agua para que su garganta no lo haga sufrir después.

Sin darme cuenta, me quedé por alrededor de dos horas seguidas en casa de Hoseok. Lo ayudé a subir las escaleras hasta su habitación y lo acosté en su cama antes de darle un medicamento para bajar su fiebre. Cuando me di cuenta de la hora, me apresuré con temor a que mi esposo ya estuviera en casa y le dije que debía llamarme si se sentía mal. Me dio un duplicado de sus llaves para que pueda cerrar después de salir. Lo dejé y corrí hasta mi casa. Afortunadamente, llegué media hora antes de la hora de vuelta de mi marido, y este me dejó en paz aquella noche. Pero al despertar en la mañana, encontré mi móvil con varias llamadas perdidas de Hoseok y un mensaje vocal que escuché. Estaba tosiendo con fuerza y con voz entrecortada pedía que viniera lo antes posible. También tenía llamadas desconocidas y un mensaje acompañándolas. Este era de una voz femenina, sonaba preocupada y, como Hoseok, pedía que fuera a su casa para ayudarlo ya que ella lo había llamado y no contestaba y aparentemente Hoseok le había dado mi numero en caso de emergencia. No me pregunté mucho tiempo sobre lo de que mi numero fue dado en caso de emergencias mientras que Hoseok y yo no nos conocíamos desde hace tanto tiempo y me preparé para ir a casa del joven. Cuando llegué, toqué el timbre una vez antes de tomar las llaves que me había dado ayer... entré, me fue directamente hacia su habitación, y di golpecitos en su puerta.

- ¿ Hoseok ?

Un ataque de tos me respondió. Entré y me encontré con un Hoseok bañado en sudor, respirando con dificultad entre cada ataque de tos. Me apuré y lo ayudé a sentarse para calmarlo. Una vez tranquilizado, fui a tomar un vaso de agua y pañuelos limpios.

- G... gracias por venir...

- Le dije que podía llamarme si lo necesitaba.

Pensé un momento en la voz desconocida de las llamadas.

- ¿ Hoseok ? Alguien me llamó para que viniera a verlo. ¿ Sabe quien es ? En su mensaje vocal decía que mi numero correspondía a la llamada de urgencia...

- ...seguro sera mi hermana. Le di su numero en caso...

- Pero... ¿ porque el mío ? Seguro tiene amigos cercanos y...

- Porque tenía confianza en usted.

- ...


Déjate amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora