Capítulo 4

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Cuando desperté, ya se había ido a trabajar. Todo mi cuerpo dolía pero lo ignoré y me apresuré para enviar un mensaje a Jisoo... después de haberla avisado que no podía ir donde Hoseok en la mañana sino en la tarde, llamé a Yuna para pedir ayuda. Una hora después, mi mejor amiga llegaba en mi casa y entraba, ya que tenía una llave. Me encontraba en mi cama ya que no había tenido las fuerzas suficientes para moverme. Cuando mi amiga se enteró de mi estado, quiso llevarme al hospital pero me negué y terminó por curarme como podía, intentando al mismo tiempo hacerme decir como es que me había herido así. No quise decir nada, pero Yuna tampoco se rindió y cuando supo que pensaba salir, intentó seguirme. Llegué cansada y adolorida a casa de Hoseok. Antes de entrar con las llaves que me dio, golpeé la puerta. Con alivio, fue Hoseok quien me abrió. Estaba con una camisa floja y un jean.

- ¡ Hola Sunhee ! Pasa.

- Hola. Veo que se encuentra mejor.

Entré y me mostró la sala, inventándome a sentarme en el sofá. Antes de hacerlo, puse mi mano en su frente y me alegré al no encontrar rastros de fiebre. Tomó mi brazo sin decir nada y subió la manga de mi camisa, descubriendo los moretones en mi piel. No dije nada, él tampoco. Fue a coger su caja de primer auxilio como la última vez.

- Mi amiga ya me curó las heridas, gracias.

- ¿ Cómo se hizo esto ?

- Solo soy muy torpe y me caigo mucho.

Su mirada se clavó en la mía. Suspiró pero no preguntó más.

- ¿ Cómo se siente ?

- Mejor. Mi hermana se quedó conmigo para comprobar que comía todo y tomaba pastillas para mi fiebre.

- Entonces no tengo porque quedarme más tiempo...

- Espera... ya que me encuentro mejor... ¿ podríamos vernos ? Es que la última vez no pudimos realmente hacerlo...

- No sé si podré Hoseok. Puede llamarme más tarde y veré si es posible, ¿vale ?

- ¡ Mañana ! ¿ Mañana nos veremos ?

Suspiré nuevamente y negué con la cabeza. Mañana, mi esposo no trabajaría y por eso no podría salir de casa. Pero no dije eso sino que tenía que limpiar todo y salir de compras. Me preguntó si podía acompañarme pero contesté que mi esposo sería conmigo así que no podía. Aparentemente, lo herí diciendo lo último y bajó la cabeza.

- Por favor, no baje la cabeza así... lo siento pero creo que... no debimos vernos desde un principio...

Debía cortar el lazo que él formaba antes de que lo fortaleciera. Porque la sola cosa que podría traerle seria la tristeza y eso no era lo que quería.

- Entiéndame Hoseok...

- ¡ No ! ¡ No puedo entenderlo ! Yo...

- Hoseok... tengo esposo, casa, y vida de mujer casada...

- Pero... quiero... solo... ¡ solo una vez más ! Si usted sale solo una vez más conmigo, la dejaré tranquila, lo prometo.

- Vale, pero una sola vez.

Lo dejé con la promesa de vernos en dos días y regresé a casa.

Dos días pasaron y fueron los peores días para mi... mi esposo bebió durante todo su día de descanso y me violó con fuerza y violencia, pegándome sin piedad. Cuando el día de salir con Hoseok llegó, creí que no podría levantarme de cama debido al dolor en todo mi cuerpo. Con suerte, no tenía moretones en la cara y solo me vestí con un vestido negro largo y con mangas largas para esconder los moretones en mis brazos y piernas. Me apresaré para llegar temprano en casa de Hoseok. Este cuando me vio, alzó las cejas por mi forma de vestirme. Pero no dijo nada y me anunció que íbamos a comer en su restaurante favorito. Tomamos su coche y llegamos frente a un restaurante. Hoseok había hecho una reservación y fuimos guiados a una mesa en un rincón con bastante tranquilidad. Me sentía un poco incomoda. Ya sabía que Hoseok no quería dejarme ir y parar de verme pero no tenía elección. Mi marido ya tenía sus sospechas y me gritaba ya demasiado como para agregar el pensamiento de estar engañado. Ordenamos bebidas y comida, y mientras estábamos esperando, me solté a decir lo que realmente me contraía el corazón.

- Hoseok, realmente lo siento... sé que no quiere esto pero no tengo otra elección y...

- Lamento interrumpirla pero si, tiene elección.

- No. No la tengo. Sino... no estaríamos aquí.

Fuimos callados por el camarero y la comida. Hoseok no quiso hablar más del tema y empezó otra conversación. Cuando terminamos, me invitó a caminar un rato en el parque de al lado antes de regresar. A pesar del dolor en todo mi cuerpo, accedí y comenzamos a andar un rato antes de que de verdad el dolor se hiciera demasiado fuerte. Dejé salir un quejido y Hoseok paró su caminata escuchándolo.

- ¿ Está bien ?

- Si... es... estoy bien...

Miré de reojo y lo encontré mirándome con curiosidad y una pizca de preocupación.

- Quizás deberíamos volver a mi casa...

- Me iré. Ya hemos pasado bastante tiempo juntos.

- Pero...

- Hoseok, por favor... mi esposo ya me preguntó si veía alguien más y dudó de mi respuesta.

- No ha hecho nada más que ayudarme cuando enfermé...

- Pero no me quiso creer. Así que lo mejor sería no vernos más.

- ...

- Adiós Hoseok. Lo siento pero no creo que nos veremos más. Fue un placer pasar un rato con usted.

Di la vuelta y me fue sin dejarlo contestarme.

Déjate amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora