7.- BAILARÍN MINIATURA.

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POV MAYTE:

Mi panza cada día crece más y más. He subido 17 kilos en estos 8 meses y 2 semanas. Ya estoy por reventar. Mamá dice que debo estar preparada porque cualquiera de estos días llega mi bailarín miniatura. Estoy ansiosa pero asustada.

En estos meses descubrí que le gusta patear fuerte cada vez que me pongo a revisar las redes sociales de Vincent. Siempre sube fotografías por Europa con una chica llamada Letizia y un chico moreno llamado Jacob. Suspiro ante el recuerdo.

También descubrí que realmente le gusta bailar. No he dejado de bailar. Seguí con las presentaciones que teníamos con mi hermana y nuestros compañeros con que tenemos una compañía de 6 personas, hasta que llegué a los 5 meses y ya no podía mantener tan perfectamente el equilibrio sobre las zapatillas de punta. Así que ahora solo entreno a la chica que me reemplaza.

Suelo poner música en casa y hago una rutina sencilla de baile contemporáneo para mantener el ejercicio activo, mi doctora dijo que era bueno para el bebé y mi salud. Así que llevo 20 minutos bailando. Estoy agotada. Más que nunca. Acabo de sacar una botella con agua y me senté en el sillón a descansar. Cambio canales en televisión pero nada me entretiene. Voy a ir a bañarme y descansar en mi cama.

-¿Qué demonios?

Tengo un charco en mis pies.

-¿Qué... ¡¡¡AH!!!

¡Duele!

Maldición, duele. Duele. Duele. Duele mucho.

Teléfono... Teléfono. Mi dedo tiembla y me cuesta deslizarlo por la pantalla. Aquí. Mamá.

-Hola, hija. ¿Todo bien, muñeca?

-¡Duele! – solo consigo gritar al teléfono muy asustada. Solo escucho a mamá suspirar y habar con alguien más.

-Respira profundo. Ya va una ambulancia en camino. ¿Rompiste la fuente?

-Supongo que sí, o solo me hice pipí.

-Ya la rompiste. Respira conmigo, hija. Vamos. Sigue mi respiración.

Mamá comienza a guiarme pero el dolor cada vez aumenta más. Mamá no deja de hablarme y de guiarme. Tengo un bolso para el bebé listo hace un mes como sugirió mi cuñada. Ellos tenían el nacimiento de Emily muy planificado. Rachel no quería que nada saliera mal. Lo que es yo... Me conformo con que nazca sano. Porque duele como un demonio.

Tocan a la puerta y abro aun respirando como mamá me dice. Los paramédicos me sacan y me llevan rápidamente hasta el hospital en donde me espera mamá. Me llevan a una habitación y entra mi doctora a revisarme. Me dice que voy recién en 7 de dilatación.

-¿Y a cuánto hay que llegar? Esto es insólito. Debería sacármelo ahora, porque ya no aguanto el dolor. – protesto enojada y mi mamá se ríe de mí. Insólito.

-Ya vas a ver que es el dolor mejor recompensado de la vida. ¿Recuerdas cuando te rompiste los pies con las zapatillas de punta por primera vez?

-¡Sí, pero esto duele el 500 mil por ciento más! – refunfuño cansada.

-Lo sé. ¿Pero qué pensaste ante el dolor?

-Qué quería volver a sentirlo si significaba que la presentación había salido perfecta. – suspiro y mamá sonríe orgullosa.

-Esta es tu presentación más importante, Mayte. Vívela con el corazón. Pero si no aguantas más dolor podemos ponerte anestesia.

-No. Quiero vivir el dolor. Aunque suene masoquista y arcaico. Pero si ya no aguanto más te aviso. – digo sonriendo cansada. Mamá me sostiene la mano como cada vez que me asustaba cuando niña.

No falta nada para conocernos y estoy aterrada. Estoy sola y nunca volví a hablar con Vincent. Él tampoco devolvió la llamada. Quizás esa chica nunca le dio el recado. No lo sé. Si nos volvemos a ver, le diré que este niño es su hijo. Quizás si nos volvemos a ver, quiera ser el padre de mi bailarín miniatura. Mi hijo merece un padre, en eso tiene razón mi papá. Espero encontrar un buen hombre que me ayude a criarlo.

Las horas pasan y el dolor crece. Hasta que finalmente este niño se digna a salir de mi cuerpo haciendo escándalo. Su llanto es intenso y desesperado. Mi mamá sonríe orgullosa mirando a mi hijo aun entre las manos de la doctora porque yo no puedo verlo. Una enfermera se lo entrega a mi mamá y ella lo mece con tanta ternura que me aprieta el corazón.

-Mira Mayte. Es hermoso. Y es tuyo. Felicidades hija, disfruta tu regalo de vida. – Mamá me entrega a mi hijo y solo puedo llorar junto a él. Es la criatura más linda que haya visto nunca en la vida. Es mi hijo. Es un pedacito de mi corazón. Mi bailarín miniatura está aquí. Mi Edward. 

Noche de BaileDonde viven las historias. Descúbrelo ahora