•Fantasma•

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Did no se creía lo que estaba pasando, si no fuera porque la estaba viendo aún seguiría inseguro.

Aquella fémina era Tak, una antigua enemiga, su regreso atrajo mucha incertidumbre al chico, era como ver un fantasma, uno que trato de aniquilarlo hace tiempo atrás, pero ¿Por qué la ayudo?

Tak siempre mostró interés en sus planes de vencer a Zim pero era por qué quería en cierta forma vengarse del chico verde, también recordo que, siendo ella un alienígena mostró más empatía por el cuando se conocieron, era como si ella hubiera sido una amiga, pero en el fondo sabía que no fue así, sin embargo ahí estaba ella, aún con lo peligroso que eso implicaba.

Tan pronto como logró recuperar el conocimiento, se dió cuenta de que ya no estaba en su cápsula de escape, trato de moverse pero tenía amarres al rededor de su cuerpo, la irken se asustó ¿Ahora en qué líos se había metido?

La puerta de aquella habitación pronto se abrió, mostrando a un joven humano de cabello negro, llamaba una camisa azul marino de manga larga, unos pantalones negros y zapatos deportivos, por alguna razón ese chico se le hacía familiar.

- veo que has despertado

Aquella voz la había escuchado antes

- ¿Quien?… ¿Donde estoy?

- Estás a salvo si eso quieres saber, me alegra volver a verte Tak

- ¿Cómo me conoces? - dijo sorprendida

- Veo que los irkens no son los mejores recordando

- No puede ser ¡Escucha Dib cuando logré safarme de esta tú…!

- Nunca dije que voy a liberarte

- ¿Que planeas hacerme estúpida bolsa de carne?

- si hubiera planeado algo, ya estarías diseccionada…

- Déjame ir

- ¿Para hacer que?

- si te refieres a conquistar tu sucio planeta… no pienso hacerlo

- ¿Cómo estoy seguro?

- Yo... Eso no importa ¡Ahora déjame ir! ¡No quiero estar en este inmundo planeta!

- Te propongo algo, quédate un tiempo y después podrás irte, te ayudaré a que te vayas

- ¿Y si me niego?

- No tienes nada ni a nadie a quien recurrir, Zim vive a kilómetros de aquí, y dudo que alguien en esta ciudad este dispuesto a ayudarte a cambio de nada

Tak tragó saliva, el chico cabezón la tenía comiendo de la palma de su mano.

- ¿Entonces Tak?

- Acepto tu propuesta, pero solo lo hago por qué no tengo alternativas…

El humano sonrió, con sumo cuidado desató a su invitada espacial, pensó que tal vez podría ser una trampa, pero noto que ella traía algunos golpes y moretones, quiso ayudarle pero ella se había negado.

- te daré una habitación para que te sientas cómoda

- Ni te molestes humano cabezón

- que no estoy cabezón…

Quién diría que después de todo, se reencuentraría con aquellos demonios de su pasado, cuando creía que ya lo había olvidado todo.

Hola a todos aquí el segundo día, los siguientes no estarán tan entrelazados, será más como su día a día de aquí a que termine el Fictober.

31 días con ella Donde viven las historias. Descúbrelo ahora