•Lycoris Radiata•

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El humano había salido, la dejo sola, ella estaba en la cocina, viendo con añoranza aquel chip que cargaba consigo, la razón del por que estaba en la cocina es que el humano cabezón le había limpiado su cuarto y los extraños químicos que uso desprendían un aroma asqueroso para la chica, hasta que su morada dejara de oler tan feo ella regresaría a su habitación.

Cansada de estar sobre un banco, decidió ir a la sala, estaría mas cómoda hasta la llegada del terricola en un sillón, se acostó viendo el techo, recordando muchas de sus vivencias en la nave insignia, aunque no eran muy gratas después de todo. 

Giro un poco la cabeza, algo le llamo la atención, no se había fijado  que en medio de aquella mesita, estaba una extraña flor, era roja, con cuidado la tomo, no quería que el agua le salpicará, era interesante como era su forma, no se parecia a muchas que había visto.
Dib no tardo en llegar, traía consigo un par de cosas, la mayoria eran algunas botanas, queria quedarse en casa y ver algunas peliculas de terror, siempre fue fan de aquellas cintas.

- humano ¿que clase de planta es esta? - la chica se avecino a Dib de manera rápida que del susto el chico tiró aquellas cosas

- Tak que sorpesa, yo....

- ¿que es esta cosa?

- aaaa eso - comenzó a levantar lo que habia tirado - es una flor llamada "la flor del infierno" la traje para mi proyecto de biología

- ¿la flor del infierno? ¿quieres decir que proviene del infierno?

- supuestamente, pero es solo su nombre, en algunas culturas la asosian con la muerte

- ¿y la elegiste por que atrae a la muerte? - pregunto curiosa

- No... yo, la elegi, por que... me recuerda a mi madre - Dib se alejó de Tak, mientras que ella seguia viendo a la planta 

- ¿por que te recuerda a tu madre? - eso fue un golpe duro para el chico.

- Es una larga historia... - eso último hizo que Dib se sintiera afligido, hace tiempo que no había tocado el tema de su madre, aquello le provocó un sentimiento de tristeza y de vacío.

- esta flor es expendida

- ¿la quieres? - eso llamó la atención de Tak - puedes quedartela - Dib juró que se habia formado una sonrisa en el rostro de la chica quién no dejaba de mostrar interes en la planta, se habia quedado sin su tarea pero valia la pena, ahora debia conseguir otra Lycoris radiata para acabar con su tarea, lo cual era difícil por que no hay muchas en este país, vaya que el cabezon tenia su corazón enorme, y finalmente (o quizas) Tak comience a tener cofianza en él, hasta ahora no habian entablado una conversación.

31 días con ella Donde viven las historias. Descúbrelo ahora