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El príncipe sostuvo entre sus manos el delicado cuenco humeante, intentando distraerse con el característico aroma de la infusión antes que pensar en lo que afuera de la vivienda acontecía.

Podían escuchar con claridad las fuertes pisadas que no correspondían a los humildes zapatos que los aldeanos utilizaban.

Y le aterraba imaginar que los guardias de su antiguo reino les pudieran capturar.

Su fuerte guerrero en ningún momento bajó la guardia y se mantuvo alerta junto a él.

— Por favor, intenta calmarte un poco. Eso le hará bien a tu bebé.  — Pidió Manwol con dulzura y le ofreció más de sus galletas.

SeokJin bajó la mirada a su vientre y no pudo evitar sentir una ola de angustia sacudir su ser.

Temía por su cachorro, temía por su vida o destino si es que les llegasen a capturar en algún punto de su vida.

Porque aún si era su hijo, estaba seguro que sus padres no soportarían la idea de un nieto ilegítimo. Un descendiente no deseado ni planeado por ellos ni para el reino.

Un bebé que aún si era completamente inocente, había sido concebido en su fugitiva huida con el antiguo general real.

El principe gimió angustiado.

Yoongi acunó su inflamado vientre y comenzó a acariciarlo con amor. Enviándole oleadas de tranquilidad y cariño a través de su lazo para alejar la angustia y temor que tensaba cada fibra de su corazón.

SeokJin le miró por debajo de sus pestañas y se dejó envolver por él.

— ¿Cómo es que ustedes huyeron? — Preguntó Manwol de pronto y ambos se giraron para verle.

Ella sonreía melosa en su dirección, acurrucada aún más en el enorme regazo de su alfa medio dormido.

El panadero con ojos entrecerrados se veía satisfecho de acunarle en sus brazos y él mismo poder dormitar contra sus largos cabellos.

—Yoongi era el general de nuestra tropa. — Comenzó a explicar SeokJin con orgullo. — Y en un banquete que mis padres ofrecieron en celebración de una alianza, es que nosotros decidimos huir. Recibimos ayuda de mi nana y su hijo, el doncel del castillo, un viejo amigo también ayudó. No lo hubiéramos logrado de haber estado solos...

Su voz tembló un poco en inevitablemente su corazón se contrajo con dolor.

Yoongi besó su mejilla castamente y decidió continuar en su lugar.

— El Rey me encomendó la tarea de proteger al príncipe y fue una oportunidad que no pudimos desaprovechar. La distracción de la fiesta nos dio ventaja para huir por los túneles secretos del castillo. — Explicó Yoongi sin más. — Planeamos el escape con semanas de anticipación.

La omega suspiró sosprendida y se mantuvo en silencio sólo por algunos segundos mientras imaginaba el peligro que su huida les había acarreado.

Manwol giró el rostro hacia su somnoliento alfa y sonrió antes de mirarles de nuevo.

— Eso fue admirable. — Halagó con sinceridad. — Fue muy valiente haber ideado tal plan para huir.

SeokJin asintió ligeramente apenado, secretamente avergonzado por sentir orgullo al recibir dichos cumplidos.

Yoongi en cambio, asintió descaradamente orgulloso a su espalda.

— ¿Y qué hay acerca de ti, Manwol? — Indagó el príncipe de pronto curioso. — ¿Cómo llegaste aquí? ¿Tú mencionaste... no lo conocías personalmente. ¿Como ocurrió todo?

Al anochecer (SuJin) Omegaverse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora