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El delicioso y cálido aroma a pan recién horneado les hizo detenerse sin meditada intención.

El principe de inmediato dirigió su vista hacia la pequeña y humilde panadería que firme se presentaba a un par de construcciones más allá de sus posiciones.

El general sonrió completamente enternecido al ver a su omega sonreír brillante hacia la fuente de tan exquisito aroma.

El príncipe tiró levemente de sus manos entrelazadas y sin detenerse en pensar en sus acciones o reacción, comenzó a caminar hacia la pequeña y pintoresca choza que albergaba aquellas creaciones recién horneadas.

Yoongi sonrió hacia el rostro emocionado de su omega y caminó fielmente a su lado.

Esa mañana habían intercambiado unos pescados frescos por algunas monedas en el centro de la pequeña aldea y el general estaba dispuesto a gastarlas todas en solo complacer y consentir a su precioso omega.

SeokJin llegó a la panadería con semblante rebozado en alegría y emoción, sus ojos castaños brillando en dirección a las barras de pan que un enorme alfa de piel canela y cabellos azabaches sacaba de un horno de piedra dentro de su pequeño y acogedor comercio.

Yoongi metió las manos al pequeño bolso de cuero colgando de su cadera y tomó las monedas sin pensar.

— Disculpe, deseamos llevarnos un par de esas piezas recién horneadas, por favor. — Dijo Yoongi llamando la atención del panadero.

— Con una barra nos será más que suficiente... — Intervino el príncipe gentil hacia el tímido alfa que giraba amablemente en su dirección.

Yoongi apretó su mano con dulzura y sintió a su alfa inclinarse impotente y lamentable en su interior.

Sabía la razón de la intervención de su pareja y sólo podía sentir su corazón apretarse con el solo reconocer su comprensión y escuchar su dulce y gentil voz.

— Solo deseo probar un poco, tal vez después podamos comprar más. — Le tranquilizó su omega con tono suave.

Yoongi le miró fijamente y asintió briago de su existencia.

Él deseaba más que nunca poseer riquezas y honor.

Deseaba desde el fondo de su corazón el haber nacido en alguna familia de renombre y no haberse visto orillado en huir como vil bárbaro con el más preciado tesoro del reino en el que solieron vivir.

El general comenzaba a sentirse desesperado por no proveer a su omega con los lujos y comodidades que él, como exquisito noble merecía y necesitaba.

Yoongi sólo anhelaba algún día poder ser capaz de brindarle todo aquello que su precioso omega merecía recibir.

Ahora él solo podía esforzarse en ofrecerle humildes comidas basadas en pescados frescos y frutos recién recolectados con sus propias manos.

Porque con tristeza y pesar, solo podía ofrecerle algunos pobres lujos que se permitían en los días que cautelosos paseaban por el centro de la aldea que se extendía en el extremo opuesto del lago que les protegía.

Yoongi sabía que debía esforzarse en trabajar más para cuando su primer cachorro estuviera por fin entre sus brazos.

Poco a poco iba a proveer su hogar con todo lo necesario para que su cachorro y omega pudiesen vivir antes de continuar con su travesía en busca de alejarse de los peligros que suponía permanecer ahí por demasiado tiempo.

Ellos no podían arriesgarse a ser descubiertos y atrapados en un futuro no muy lejano. Ni tampoco huir en los próximos meses mientras su omega se encontraba delicado y vulnerable al cargar en su cálido vientre el pequeño regalo a su inmenso amor.

Al anochecer (SuJin) Omegaverse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora