12

2.9K 502 113
                                    

La música tradicional sonaba de forma suave en cada rincón del salón principal. Las voces de todos los nobles y familias de prestigio hacían un bajo bullicio en la amplitud del banquete real.

Las amplias mesas de ricas maderas estaban repletas de los más deliciosos manjares, dispersas en los costados de todo el lugar junto a frutas y delicadas copas de distintos vinos.

La servidumbre del castillo estaban vistiendo sus mejores galas para la ocasión. Los soldados pulcros en puntos estratégicos del salón.

Los reyes Kim ostentando en tan exquisita cena celebrada como festejo para la nueva alianza.

Aún si todos sospechaban que había motivos ocultos en dicha celebración.

Las voces murmuraba que el príncipe SeokJin tenía que ver con tan primorosa gala.

Tal vez una unión matrimonial con alguna omega de reinos cercanos era la razón.

Otras voces susurraban que era una simple celebración para anunciar la madurez del príncipe.

Nadie sabía con exactitud la verdadera razón.

Pero todo absolutamente todos sospechaban que el protagonismo de aquella noche se la llevaría, sin duda, tan sublime joven de sangre real.

Todos los presentes ansiaban verle.

Porque pocas veces habían tenido la dicha de su presencia desde que el príncipe alcanzó la adolescencia. Simples ceremonias reales donde su alteza había permanecido excelso como parte del protocolo monárquico junto a sus padres.

Nunca nadie había tenido la oportunidad de verle ni tenerle tan cerca en el último par de años.

Siempre oculto dentro de su castillo. Misterioso e incalzable. Ayudando desde lejos. Manteniéndose cerca solo por las acciones de su inmensa bondad.

Como la biblioteca comunitaria que el príncipe mandó construir.

Las viviendas que él ofrendó a las familias afectadas por una batalla que arrancó la vida de algunos nobles guerreros padres de familia.

De los niños que decían haber jugado con él cuando se adentraban a los jardines del palacio sólo por curiosidad y sin que nadie se diera cuenta.

Con todo eso, cada miembro del reino tenía de sobra para adorarle con devoción.

Días atrás se había anunciado de la exquisita cena que tendría lugar en el mismo castillo, una gallarda reunión que celebraría la unión de dos poderosas familias. De dos reinos que juntaban sus fuerzas con una prometedora alizanza.

Pero todos desconocían que SeokJin era la moneda de cambio para dicha unión. Que la verdadera causa de la celebración era el anuncio del verdadero linaje del príncipe.

Y de su pronto e inesperado compromiso con el primogénito de los Jeon.

Los reinos ignoraban que el príncipe SeokJin se había presentado como omega cuando alcanzó su madurez. Que no era un alfa como se presumía y daba por hecho en todos y cada uno de los herederos reales de sangre pura.

Y aún si el príncipe SeokJin jamás tuvo actitud de un alfa, nunca nadie esperó que la madre Luna les diera el enorme regalo de bendecirlos con un omega macho en el reino.

Pero para desgracia de los Reyes y de los Jeon, el príncipe SeokJin ya tenía alfa.

Y Min Yoongi jamás dejaría que su compañero le fuese arrebatado y entregado a los brazos de otra persona.

El general Min inhaló lentamente y se mantuvo inflexible en su firme postura de defensa junto a la enorme puerta a la que nadie en esa celebración tenía acceso.

Al anochecer (SuJin) Omegaverse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora