Capítulo Extra.

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Noveno día del sexto mes.

Aún me es difícil asimilar que al despertar él está a mi lado. Que el suave sonido de los latidos de su corazón hacen eco dentro de mi propio cuerpo.

Aún me es difícil creer que tengo a mi compañero a mi lado. Sosteniendo mi mano y amándome a susurros cuando nadie nos puede escuchar.

Debo confesar que aún sueño con perderle.

A veces sueño con tenerle lejos y no poderle tener entre mis brazos.

A veces, las noches me atormentan con los sombríos recuerdos de esa batalla en la que por capricho o decisión de nuestra máxima guardiana, su corazón casi dejó de latir.

Y aún, aún si al despertar su voz me promete jamás irse de mi lado, me es imposible creer que todo esto que vivimos es real.

Ha pasado poco más de un año desde que nuestra hija nació y día tras día puedo ver el color de sus ojos negros brillar tal cual brillan los de su padre.

Ella es la estrella más preciosa que el reino tiene la bendición de observar y cual profecía, cada persona que goza la dicha de conocerle, ha prometido cuidarle y serle fiel por la eternidad.

Ella es nuestro más preciado regalo.

Mi pequeña hija es una hermosa flor que día con día se parece más a mi alfa y es algo que jamás tendré cómo agradecerle a mi madre Luna.

Estas palabras tal vez algún lleguen a manos de nuevas generaciones, a descendientes de mi propia hija que solo por estas líneas sabrán quién he sido yo.

Sabrán gracias a la sangre disfrazada en tinta negra sobre este papel todo lo que yo viví para poder ser feliz con mi amor.

Sabrán que alguna vez existió un príncipe omega que renunció a todo solo por su amor.

Luchó cobijado por la fuerza de su alfa solo para poder cumplir con la promesa de amarse y unirse tal cual la Luna antes de nacer, se los prometió.

Personas inocentes murieron a manos de mi propio reino. A manos del propio general que solo peleaba por ser feliz a mi lado.

Del que luchó a muerte con decenas de guerreros solo para que yo pudiera escapar.

Aún conmemoramos las muertes de todos esos guerreros que solo obedecían órdenes del rey. De todos ellos que solo obedecían a mi padre y que él, ignorante de nuestro secreto, solo deseaba poder recuperarme a mí.

Mi padre solo deseaba que yo regresara a su lado, a su cobijo y protección.

Y solo hoy, con mi pequeña en brazos, finalmente le he podido comprender.

Agradezco noche a noche a todos los astros el dejarme gozar de un presente irreal en el que no logro concebir cómo es que todo ahora solo es un oscuro recuerdo.

Porque ahora solo quedan los estragos de haber tomado malas decisiones, de aquel miedo a levantar la voz.

Los reyes siempre tendrán el poder de ocultar la historia con versiones dichas con su propia voz, así como callaron nuestra historia solo para no hacer enardecer a nuestro pueblo.

Callaron algunas muertes, algunos hechos y disfrazaron absolutamente todo para que hoy en día, él y yo, podamos vivir en paz.

Es algo con lo que siempre estaré en deuda con mi padre y rey.

Al anochecer (SuJin) Omegaverse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora