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— G-general M-Min…

La pobre omega sintió sus rodillas ceder al ver al imponente alfa cruzar el pasillo con dirección a ella. Él estaba completamente enloquecido.

Y aún si su instinto le decía que se apartara del camino del peligroso alfa, ella se mantuvo firme.

Intentando encontrar su voz y detener al enfurecido hombre antes de que fuese demasiado tarde.

Explicarle todo antes de que cometiera un error.

— General Min… — Susurró bajo. — Por favor escúcheme…

No. ¡FUERA! — Gruñó Yoongi ronco al llegar junto a ella.

La rabia dentro de Yoongi le impedía ver el miedo en la mujer. El pavor crudo brotando de sus ojos.

Y poco le importó el respeto que debía tenerle por ser la nana del príncipe o incluso el agradecimiento que debía mostrarle por haberse convertido en cómplice de sus escapes.

Pero es que el delicioso aroma de SeokJin era tan espeso y fuerte que ya no podía pensar con claridad.

El dulce recuerdo del líquido escurriendo de entre las piernas de su omega le hacía querer arrancar la cabeza de la mujer y quitarla de la puerta de su compañero.

Porque aún desde ahí, podía escuchar suaves jadeos de él. Gemidos bajos y sollozos de placer que su compañero soltaba.

Y no quería pensar en la causa del forzado goce expulsado por su delicada garganta.

La nana tembló con el alfa frente a él, y se aferró al marco de la puerta con toda la fuerza que pudo recuperar. Porque aún sentía todas las emociones vividas antes de que el general llegara. De todo lo ocurrido cuando ella regresó a la habitación de su niño.

Aún tenía las lágrimas brotando cruelmente de sus ojos al no poder encontrar su voz. Su naturaleza estaba  cediendo al poder del alfa frente a ella.

Al rango y la imponente fuerza de Min.

Pero es que no podía permitir que Yoongi perdiera el control.

Y aún si su omega chilló dentro de ella, alzó la cabeza y posicionó una de sus manos en el pecho de Yoongi cuando le vio a nada de derribar todo con tal de entrar.

Suplicó de nuevo al querer detenerle pobremente con su débil brazo.

Pero el pecho de Min vibró con más fuerza y furia de la que podía soportar o rechazar, y aún si sus ojos vertía lágrima tras lágrima, ella inclinó su cabeza sumisa. Mostrando su cuello ya sin poder detener su instinto.

Y Yoongi completamente enloquecido y cegado le tomó del brazo para quitarla de su camino.

— J-joven Y-Yoongi… — Suplicó ella totalmente rota. Su voz quebrada y su firmeza destruida.

Porque ya no podía más contra él.

Y se sentía impotente de ser tan débil e inútil.

De no poder encontrar palabras para explicar el malentendido. De contar los hechos y calmar la enceguecida bestia que dominaba al general.

Pero el alfa ya estaba cansado de reprimirse. Harto de contener su furia y su fuerza.

Así que cerró su agarre en el delgado brazo de ella y aún si las súplicas aumentaron por parte de la omega, él gruñó duramente y le lanzó con fuerza al suelo.

Apartandola de la puerta sin piedad.

Lanzando su cuerpo lejos sin importar el quejido de dolor que la mujer soltó.

Al anochecer (SuJin) Omegaverse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora