Las palabras de Whiss fueron crueles, mas podían ser ciertas y eso era lo que más le dolía a Evangeline. Encerrada en su habitación pensaba en eso y otras tantas cosas cuando su hermana, Margaret,entro corriendo. Estaba sucia,despeinada olía mal y la ropa la tenia desgarrada. Tenia la mirada de un animal salvaje que busca refugio. Tras ella apareció su padre,con el cinturón en la mano y al verlo,la mirada de Evangiline se lleno de rabia.-¡Sal de mi habitación!-le dijo-¡Sal de aquí!
-¡Cállate!-le gritó el hombre a Evangeline-Margaret, ven aquí
¡Margaret ven aquí!Evangeline estaba sentada en la cama y al ver que su padre iba hacia su hermana,se puso de pie y tomó un florero que había en la mesa de noche.
-¡Sal de mi habitación,cerdo!-le dijo.
-¡Mocosa mal criada! ¡¿Cómo te a tréves a hablarle así a tu padre?!-le dijo y se fue sobre ella, con la intención de golpearla.
El primer intento fue frustrado, Evangeline nunca fue fácil de someter.Siempre se resistía.Siempre peleaba pese a que eso no cambiaba nada. El cinturón de su padre bajo sobre su espalda, sin piedad alguna mientras ella le gritaba que era un cerdo y no dejo de gritarle aquello, hasta que su garganta ya no pudo más.
-¡Sólo un animal se aparea con su propia sangre!-gritó antes de quedarse sin voz.
Para entonces su madre había llegado a la habitación e intentaba defenderla sin éxito. Eran años de soportar eso sin poder hacer nada. La vez que quiso denunciarlo al alguacil, su padre la dejó como una chiquilla rebelde y resentida. Cuando quiso contarle a otras personas nadie le creyó.Cada vez que intentó ayudar a su hermana, las cosas acababan mal para ella. Fue el abuso lo que llevó a Margaret a la locura.Todo eso y más era lo que tenían a Evangeline, llena de rabia y odio.
Dos días después,temprano, un grito de horror despertó a Evangiline, que se asomó a la ventana,pues el grito venia de afuera. Al sacar la cabeza, para ver mejor lo que sea que la gente miraba en el segundo piso de su casa,donde ella estaba también, descubrió el cuerpo de Margaret colgando inerte. Uso las sabanas de su cama para ahorcarse. Todos estaban horrorizados,su madre gritaba y ella, ella respiro tranquila.
-Descansa en paz,querida hermana-le dijo en voz baja y cerró la ventana.
El suicidio en un pecado,así que no podían sepultarla en tierra santa. El cuerpo de Margaret,quedó bajo un túmulo solitario en las afueras del pueblo.Nadie asistió a su funeral. Sólo el sepulturero que cumplió ese labor por unas monedas. Por la tarde Evangeline,camino hasta ese sitió con una cruz hecha con dos ramas secas. Llego al túmulo y la enterró sobre este,luego se arrodillo frente la tumba para orar cuando una sombra la hizo mirar atrás.
-Hola Piccolo-le dijo volviendo la vista al túmulo.
-Hola-le respondió y dejo caer unas flores sobre la tumba-Lo lamento...
-No...No lo lamentes.No hay nada que lamentar-le dijo Evangeline-Sólo quería pedir perdón...Por no poderla ayudar.Pronto el viento barrera con este túmulo y ella será menos que un recuerdo.
-Es libre ahora...
-No sabes la envidia que me da.No te imaginas cuanto deseo la muerte.
Las lágrimas comenzaron a salir y empapar el rostro de la muchacha, que se levantó en silencio para alejarse. Piccolo se quedo allí y comenzó a cubrir el túmulo con unas piedras.
A empujones y con la amenaza de otra paliza, el alcalde llevó a Evangeline a la iglesia el domingo siguiente a la muerte de Margaret. La muchacha aun resentia la golpiza anterior.Tenia la espalda bastante lastimada. En la iglesia estaba Whiss, que la saludo al llegar,pero ella lo ignoró algo que lo hizo merecedor de una mirada de desaprobacion de su padre.
-¿Qué hiciste ahora?-le preguntó Daishinkan.
-Nada...
-Más te vale que te comportes-le advirtió su padre.
Whiss se sonrió y entró en la iglesia.
Habían llegado todos. En primera fila Evangeline, oía el sermón de la semana que más parecía una amenaza.-La muerte es el castigo que merecen los hereticos.Los apartados del camino de dios,aquellos fuera de la ley y que viven de forma pecaminosa. La vida es un premio y la muerte prematura un castigo ¡Miserables aquellos que se precipitan a la muerte por medio del pecado!-decia Daishinkan.
El pueblo quedaba vacío.Todos iban a la iglesia en la mañana del domingo,
por eso la carreta tirada por dos caballos y cargada se trece personas, fue sólo advertida por el tabernero y su esposa,que se cubrió la boca con una expresión de espanto al contemplar a los recién llegados. Piccolo vio todo desde esa piedra en que se sentaba cada domingo y reconoció, a quien llevaba la carreta.
Subió la cuesta y se paró bajo el umbral silenciando el sermón de Daishinkan y haciendo que todos voltearan a verlo.-Tienes visita y no se ve nada bien-le dijo Piccolo a Daishinkan.
Una sensación extraña se apodero de todos y lentamente dejaron sus puestos, para ir a ver que pasaba. Pronto,como en una procesión,todos bajaron la cuesta para ir a ver que a los recién llegados. Whiss lo reconoció a la distancia,el que llevaba la carreta. Era Sour y a su lado estaba su esposa Jerez.Atras otros once individuos; todos cubiertos de sangre seca,como si se hubieran bañado en ella. Estaban heridos también,llevaban improvisados vendajes. Parecían un montón de zombis.
-¡Sour! ¿Estas bien? ¿Qué paso?-le pregunto Daishinkan, en medio de murmullos de horror y conmoción.
-Todos el pueblo de PIEDRA ROTA esta muerto-le dijo un joven, que bajaba de un salto de la carreta.
-¡17!-exclamó Sour, como si lo estuviera reprendiendo.
-Fue Bills...¡Bills apareció en el pueblo! ¡Se los llevo a todos! ¡A todos!-gritó una mujer,que rápidamente fue silenciada por un sujeto a su lado.
Un enorme murmullo se apodero de los presentes y en medio de eso,Whiss veía a Sour con una expresión feroz mientras que este,lo veía tranquilo. Daishinkan llamaba a la calma y Evangeline sólo tenia un pensamiento en mente:su hermana Helen.
-Vegeta,préstame un caballo-le dijo tomando al tabernero por el brazo.
-Espera, yo también voy-le dijo el sujeto y le dio una mirada a su esposa que asintió con la cabeza.
La muchacha corrió rumbo a la taberna, ignorando a su padre que la llamaba a gritos. Daishinkan,en cambio,tenia la atención fija en Sour y no se veía feliz con su aparición.
Al oír la petición de la muchacha a Vegeta Whiss,partió a su casa en busca de su caballo.Un pura sangre bastante alto y que ensillo rápido para partir al mismo lugar que iban Evangeline y Vegeta. Se unio a ellos a la salida del pueblo y pronto alcanzaron a Piccolo que iba montado en un alazan. No se dijeron nada y cabalgaron los cuatro juntos,para llegar al pueblo de Piedra Rota. Lo primero que les llamo la atención,al llegar,fue el silencio y que el pueblo de veía intacto.Sólo que muchas puertas estaban abiertas y eran azotadas por el viento. Avanzaron por la calle a paso lento.El ambiente reinante los abligo a eso. Había,ahí, una solemnidad sepulcral que no parecia apropiado romper.Asi tardaron un poco en ver al fondo de la calle,donde la escena más desconcertante que hubieran visto se mostraba ante sus ojos.
El suelo estaba cubierto de sangre y más allá,habia un bosque de lápidas a mercerd del viento.
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El evangelio de la destrucción
FanfictionLo llaman Bills y nunca sale de un pueblo sin llevarse a alguien en el ataúd,que carga en su espalda. Dicen que la muerte a salido a recolectar las infaustas almas,de los doce miserables pueblos que gobierna el Gran Sacerdote y sus acólitos.