11._Espectro de muerte.

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"Tierra de oro" era un pueblo más grande que "Terra Verde" y allí el ministro de fé era una de las hijas de Daishinkan. Su nombre era Vados y habia enviado a traer un vestido de novia, para su futura cuñada desde la gran ciudad. Era ciertamente una prenda bastante elaborada que le calzo perfecto a la muchacha, que se miraba en el espejo cual si llevara el atuendo para un funeral.

Su mente además estaba perdida en reflexiones algo ajenas a la boda. Las palabras de Whiss la dejaron sumida en un mar de dudas en el que iba a la deriva. Era tan amable con ella,la miraba de una forma en que ni Gohan lo hacia,Whiss había empezado a sacudir su mundo. Las palabras cariño,amor o afecto no eran algo que ella hubiera experimentado de muchas manos,quizá del único que recibio algo de eso fue de su amante muerto y su hermana Helen también muerta. La muerte se llevaba todo lo que ella amaba.La misma muerte que rondaba también sus pensamientos,últimamente y de más de una forma.

Vados era amable y sonriente,le recordó un poco a Whiss,pero bueno Sour también. Eran todos muy similares. El camino para llegar allí era bastante largo. Fueron seis horas y serian otras seis de vuelta por lo que decidieron volver rápido.Los caminos eran vigilados por bandas de asaltantes y era mejor andar con luz de día. Con el vestido y otra serie de cosas Evangeline retornaba haciéndose muchas preguntas que sólo Whiss,podía responder y que no le hizo esa mañana porque su declaración la desencajado. Recordaba como le dijo que la amaba cuando escucho disparos no muy lejos. La diligencia se movió bruscamente a raíz del cambio de velocidad que el conductor exigió a los caballos y por poco termina en el piso. Era obvio que estaba sucediendo y con cuatro caballos cansados no podrían huir de esa banda de asaltantes. Empeoraba la situación que sólo podían seguir un sendero posible ya que bajaban por los muros de un gran cañón hacia el río. El camino al borde del precipicio los conducía a un amplio valle donde la esteparia vegetación escondía al resto de la banda. No tenían salida,lo mejor era sólo detenerse y darles lo que querían,pero el cochero llevaba dos mujeres y eso nunca terminaba bien. En su intento por escapar término por forzar demasiado a los caballos y uno de estos, colapso justo en una curva haciendo que la carreta virara en forma brusca y que medio parte de esta, terminara colgando a veinte metros del suelo. La puerta se abrió y Evangeline no tuvo tiempo de sujetarse,cayo viendo el rostro de su madre y oyendo tiros. 

A duras penas el cochero volvió al pueblo,pero se desplomó a medio kilómetro de este,para su suerte Piccolo pasaba por ahí y lo arrastro a la taberna dónde Bulma lo hizo recobrar el sentido. Estaba herido, pero más que todo cansado. Así se enteraron de lo que paso y fueron a avisarle al alcalde.La noticia llego a Whiss y pronto se reunió un grupo de hombres que iría en busca de Evangeline y su madre. Se dividieron en dos grupos,uno que lideró el alguacil y otro del que tomo control Whiss. Con él fue Vegeta y Piccolo que se unio al final. El propio Daishinkan fue con ellos también e inteligentemente, les pidió ayuda a los sobrevivientes de la banda de Freezer para localizar a los bandidos,que se habian llevado a la esposa del alcalde y a su hija,aunque de esto último el cochero no estaba muy seguro.

Evangeline cayó por el desfiladero y los bandidos la pensaron muerta así que no bajaron por ella.Se equivocaron, la muchacha estaba viva. Evangeline abrió los ojos subitamente y el dolor le arranco un grito que reboto en las paredes del cañón. El hombro le dolía de una forma espantosa y se había perforado el costado con una estaca de madera vieja,vestigio de alguna carreta que termino desbarrancada ahí. Su mirada estaba borrosa,sentía un frío petrificante y sabiendo lo solitario que era ese lugar entendió que moriría allí. Su sueño se cumplió y lo único que se pregunto fue cuanto le tomaría a la muerte ir por ella. Tenía razón,la perdida de sangre la estaba consumiendo. Su respiración se dificultaba,ya casi no veia cuando oyó pasos aproximarse. Era un hombre,el tintineo de las espuelas lo delató o bien tomo esa forma.

Bills se quedó parado mirándola. Bajo el ataúd y se puso en cluquillas junto a la muchacha, que lo veia sólo como un bulto oscuro de ojos amarillos brillantes,como los de un gato en la noche. El cuerpo maltrecho de Evangeline se veía casi irreal  entre las piedras y su sangre oscura sobre estas hacían de ella casi un fantasma flotando sobre el suelo. No le quedaba mucho,eso era obvio. Bills la miraba con una sonrisa que se borro cuando ella le hablo.

-¿Eres tú la muerte?-le preguntó Evangeline casi sin fuerzas y entre resoplidos.

Bills no respondió.

-No sabes cuanto te he deseado-le dijo con la mirada casi perdida-Por favor... Tómame...Liberame...

La mirada de Bills cambió al oír aquellas palabras e inclino la cabeza a un lado con curiosidad. Nunca había oído algo así dicho de esa forma tan dulce,honesta y anhelante. Evangeline estiró su mano hacia él, haciendo un esfuerzo enorme,pero que no le permitió alcanzar su objetivo;
tocar al espectro de la muerte a su lado. La mano de la jóven cayó,pero Bills la sostuvo,ella había perdido el sentido. Él la contempló un instante y luego le acomodo la mano que sostenía sobre el abdomen. Le apartó el cabello del rostro y acercó el suyo hasta quedar a un centímetro de distancia. Se levanto después de eso, cargo el ataúd en su espalda y dio un silbido agudo que atrajo a una parbada de buitres, algunos de los cuales reboloteron sobre el cuerpo de la muchacha a metros de distancia,en el cielo. Amanecía y el rumor de los caballos hizo a Bills mirar atrás y distinguir a un grupo de hombres que se aproximaba. Sin prisa se alejo, pero dando una última mirada a Evangeline.

Fueron los buitres los que hicieron a Whiss y compañía ir en esa dirección. Esas aves estaban acechando algo, esperando que lo que estuviera abajo muriera para servirse de sus restos, mas esta vez no pudieron,pues el líder del grupo levanto en sus brazos a una inconsciente mujer que sólo parecía estar herida en el hombro. Probablemente una fractura,pues estaba amoratada aquella zona y no había rastros de sangre. Fue Vegeta quien la transporto en su caballo,pues la cabalgata abrió la herida de Whiss y esta volvía a sangrar.

-Te dije que era mejor que te quedarás en el pueblo-le dijo el tabernero.

Whiss no respondió y miró las huellas de botas en direccion a "Tierra de oro" que eran borradas por el viento.
No tan lejos de allí el único sobreviviente de la familia de Milk contemplaba las dos tumbas frente a su persona y caí sobre sus rodillas pesadamente gritando un nombre con dolor y rabia:

-¡¡Bills!!...

El evangelio de la destrucción Donde viven las historias. Descúbrelo ahora