El sol quemaba con más fuerza que nunca ese día domingo que siguió a su primera noche de cautiverio. Evangeline subió la cuesta hacia el monte que dominaba el pueblo para asistir a misa,iba con la cabeza gacha en medio de la fila de almas penitentes. Piccolo la vio,pero ella ni siquiera alzo la vista para saludarlo como solía hacer,algo no estaba bien con esa muchacha.Evangeline le agradaba por eso trato de ayudarla a huir,en cierta forma sentía que se lo debía. Como cada domingo estaba sentado en esa roca viendo al pueblo subir a la iglesia,era ese su único acto de protesta hacia Daishinkan y sus ideas. Era como un monolito que la corriente no arrastraba hacia el abismo de ese edificio. Libraba así su propia guerra con,en sus palabras,la "sabandija hipnótica". Un desafío al que dominaba ese pueblo,protesta no violenta o como quisieran llamar sus acciones. Poco le importaba lo que de él se dijera o como lo trataran, sencillamente siempre se encontró con el rechazo y la desaprobación; era como si de ante mano el mundo lo hubiera exiliado por simplemente ser quien era;como si su existencia fuera una gran equivocación. No era un mal tipo,tampoco uno muy bueno,solo era un sujeto que vivía bajo sus propias reglas y principios,unos que se alejaban bastante de someterse a un sujeto que hablaba de salvación mientras subyugaba con el miedo.No era un paladín de la justicia, pero repudiaba ese tipo de cosas y así desafiaba a Daishinkan,así le decía: "tus palabras no me convencen" y Daishinkan lo sabia y lo odiaba,pero no mucho,pues le era útil. Se requeria un ejemplo de todo lo que no se tiene que ser y ahí estaba Piccolo,pero no era el único.
Evangeline escuchaba el discurso, pero no lo oía. Su mente estaba en otra parte. Pensó en pedirle ayuda a Piccolo,pero después de saber lo que paso con Vegeta prefería no involucrarlo a él ni a nadie. La casa del tabernero fue registrada por el alguacil en base a una denuncia que lo acusaba de guardar mercancía ilegal. La inspección fue bastante violenta y sólo descubrieron su radio,la que fue destruida en el acto.Vegeta se resistió a todo eso y acabo en el calabozo. Eso se lo contó Daishinkan y según escucho,mientras subía a la iglesia,era verdad. En el pueblo no se hablaba de otra cosa. Pero tampoco es que Piccolo pudiera hacer algo por ella realmente,
nadie podía.Piccolo volvió a su lugar después de que las puertas de la iglesia se cerraran. En la entrada de su improvisado hogar encontró a Milk,su vestido estaba manchado de sangre lo que lo hizo suponer que tenía otro invitado. Allí estaba el hijo de Daishinkan tirado sobre una lona,más muerto que vivo,pero aun consciente.
-Ayudalo-le dijo Milk.
-¿Qué le paso?-le preguntó Piccolo con aspereza.
La idea de tener a ese sujeto ahí no le hacia mucha gracia.
-Su padre quiso deshacerse de él-le respondió la mujer.
Piccolo lo medito un momento,luego se acerco a Whiss.
Vegeta estaba sentado en el suelo de la celda maldiciendo su desventura y alimentando su odio por Daishinkan. No sabia como,pero de alguna forma ese sujeto había descubierto a Whiss y su plan de escape. Si sólo el antesmencionado,Bulma,
Evangeline y él lo Sebían ¿Cómo lo supo? Comenzó a repasar los acontecimientos de los últimos días y sólo había una anomalía.Uno de los vándalos que acompañaban a Daishinkan y frecuentaba la taberna inicio una pelea en la que él e incluso su esposa debió intervenir,un momento que otro individuo pudo aprovechar para subir a las habitaciones y así descubrieron su radio. Ellos no buscaban el teléfono satelital por tanto no sabían de lo que haría Whiss para dejar ese pueblo. Pensaba en eso cuando el alguacil abrió la celda y metió en su interior a otro sujeto por tener en su casa libros que no apropiados. Eran sólo revistas de la gran ciudad que el pobre hombre conservaba de su vida allí.Los días pasaban y Evangeline lo pasaba metida en su habitación. Decía estar cansada o con algún malestar para evitar salir.Por esos días Sour estaba en el pueblo y por orden de su padre reviso a la muchacha,.No tenía absolutamente nada,mas le dijo a su padre que ella tenía un embarazo de riesgo que no era conveniente hiciera muchos esfuerzos y la dejara descansar.
-Es todo lo que puedo hacer por ti-le dijo a la muchacha-Pero no olvides cuidar de Anis.
-Gracias-le respondió la muchacha.
Gracias a eso podía estar en su habitación todo el día.
Daishinkan estaba algo inquieto,
pues de esos ayudantes que tenía, sólo volvieron dos y uno herido de gravedad. Le contaron que alguien los ataco,pero que Whiss cayo al fondo del cañón y sin duda estaba muerto. Habían muchos animales carroñeros en esa zona que eliminarían el cuerpo. La justificación de la ausencia de Whiss que dio Daishinkan fue que este salio de viaje de forma urgente, así luego diría que murió en un accidente y en cuanto al embarazo de Evangeline hizo que la noticia circulara por el pueblo,para prevenir rumores respecto a él y su nuera. También se encargo que se conociera su grave estado de salud,para que no les extrañará que ella no saliera.El diagnóstico de Sour mantuvo a Evangeline a salvo de las intenciones de Daishinkan,pero no lejos de él y le toca aguantar comer en su compañía como tolerar sus caricias de cumplido y sus cuidados. En ocasiones los mareos u otros malestares eran muy fuertes y la muchacha se quedaba en la cama bajo su vigilancia.Hasta eran amorosas su atenciones,pero para Evangeline seguían siendo tortura. De Whiss nadie hablaba en esa casa,era como si no hubiera existido. Incluso Shin quito las ropas de este del closet y fue ahí que la muchacha noto algo que le llamo la atención. Ella conocía todas las prendas de su esposo y todas ellas estaban ahí. Dos meses y medio viviendo con Whiss le enseñaron mucho de él y una de las cosas más quisquillosas que su marido tenía, era la aversión a impregnar sus ropas de sudor lo que lo hacia cambiarse la camisa unas dos veces al día y nunca salia sin llevar una muda de esta prenda. Sin temor a equivocarse podía afirmar que Whiss no se hubiera ido sin llevarse algunas prendas para cambiarse. Otra cosa es que no comprendía como Daishinkan estaba tan seguro de que él se hubiera ido, podría haber sido víctima de un accidente o de los bandidos. Esa noche no lo vio,pero ahora tenía la cabeza más fría y analizo las cosas.Observo que sólo habían tres de esos secuaces que acompañaban a Daishinkan y que uno estaba herido.Whiss no se había ido. Le hicieron algo, tal vez quisieron matarlo o era retenido en alguna parte,pues su trato con Bills debería haberlo protegido de algún ataque. La ánimo un poco pensar en eso,
pero en nada mejoraba su situación el que Whiss no se hubiera ido,en nada cambiaba las cosas que él estuviera allá fuera.Miraba por la ventana al pueblo hacer su rutina como de costumbre. Las casas cubiertas de polvo y el viento jugando con el,haciendo pequeños remolinos que barrían la calle donde las mujeres hacían fila en el pilón con baldes abollados para sacar agua. Hombres de cabezas gachas que se movían con el ardiente sol quemandoles las espaldas y los sombreros que se quitaban para saludarse los unos a los otros como si de una danza se tratase.
Sentada en la ventana,
Evangeline veía las sombras de los subyugados y desde aquella colina,a media milla del pueblo,Whiss veía el pueblo apoyado en una muleta.Tras él estaba Piccolo y en la entrada de la cueva Milk. En su celda Vegeta miraba por la minúscula ventana la luz del sol y Sour se paseaba entre los moribundos durmientes. En el hospital Mojito y Korn dormían en la misma habitación con Champa sentado entre los dos,jugando con un puñado de arena en su mano. Y en el solitario camino que llevaba a Terra Verde iba Bills con su ataúd en la espalda,sus relucientes botas con las espuelas de plata y su oscuro abrigo mecido en el viento. Se detuvo un momento y miró al sol que resplandecía despiadado en la mitad del cielo. Se seco el sudor de la frente con el dorso de la mano y continuo su camino cantando."Que será, será
Whatever will be, will be
The future's not ours to see
Que será, será
What will be, will be
Que será, será"-Como fastidias sol,secas mi boca y no puedo cantar-le dijo mirando al astro y luego siguió su camino mientras el viento barría la arena sobre la huellas de sus pasos.
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El evangelio de la destrucción
FanfictionLo llaman Bills y nunca sale de un pueblo sin llevarse a alguien en el ataúd,que carga en su espalda. Dicen que la muerte a salido a recolectar las infaustas almas,de los doce miserables pueblos que gobierna el Gran Sacerdote y sus acólitos.