13._Charla

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"Incierto es el lugar en donde la muerte te espera; espérela, pues, en todo lugar."
Séneca


Sentada en una roca,vestida con la ropa de Gohan,esperaba a sus compañero a las a fueras del pueblo silbando una canción, bastante triste y resignada. Aquello también se lo enseño él,
pero su silbido era más alegre que el suyo.

-Te he dicho que no soporto que hagas eso-le dijo Piccolo llegando a sus espaldas.

Se cubría una oreja con la mano y con la otra sujetaba las riendas de dos caballos.A él le irritaban los silbidos y cuando la conoció le gritó por estarlo haciendo. Piccolo era lo más parecido a un amigo que Evangeline tenía y por eso le pidió le acompañara a Piedra Rota y el accedió por sus propios motivos.

El pueblo estaba intacto,algo que a ambos llamo la atención,pues para ese  entonces debería haber sido saqueado,mas Piccolo llegó a la conclusión de que el rumor acerca de que Bills estuvo ahí, espanto a los ladrones y curiosos. Él le dijo que explotaría y ella fue hacia la tumba de su hermana, para atar a la lapida un ramito de flores de papel. Para muchos Evangeline seria tal vez una persona muy fría,pues apenas si sufrió por la muerte de sus hermanas y Gohan,como por lo que le sucedió a su madre,pero se equivocaban, Evangeline era de hecho una persona muy sensible, sólo que todo los acontecimientos la golpearon uno tras otro de forma tan brutal, que apenas si  los podía asimilar.  

Piccolo caminaba por entre las casas cuando el sonido de unas espuelas lo alerto. Saco la pistola que llevaba al cinto y pego la espalda al muro. Pronto un sujeto de abrigo negro quedo a su vista y cuando ese lo miró, Piccolo simplemente cayó de cara al suelo y el individuo prosiguió su camino hasta quedar frente al nuevo cementerio del pueblo.

La sensación de ser observada la hizo voltear para encontrarse con un sujeto de rasgos felinos,con un abrigo negro y una guadaña cuyo mango pasaba sobre sus hombros,tras la cabeza y en el reposaba los brazos,como si fuera el respaldo de una banca. La veía fijamente y ella a él con una sensación extraña. Lo saludo y él respondió con una voz ronca,
profunda y aterceopelada.

-¿Disculpe? ¿Qué hace aquí?-le pregunto,pero como si hubiera querido decir otra cosa.

-Busco a alguien-le respondió.

-Espero no lo encuentre como yo lo hice-le dijo Evangeline y miró la lapida tras ella.

-Lo lamento,la muerte puede ser cruel...

-¿Cruel? Si, eso puede parecer a veces- comentó la muchacha, mientras ese sujeto caminaba hacia ella.

-Lo normal es llorar ante la tumbas de los seres amados ¿Por qué no lo hace?-le preguntó aquel sujeto.

Ella lo miró con desconcierto.

-Los vivos lloran a sus muertos, lamentándose por lo que siempre parece ser un prematuro deceso,porque lo mismo les da si es al año de vida o los ochenta,nunca tienen tiempo suficiente;pero lo cierto es que tuvieron el mismo tiempo y oportunidades que todos los demás-le dijo aquel individuo.

Evangeline lo miró y esos ojos ámbar se le hicieron dos abismos. Miro la tumba de Helen, tenía apenas 24 años y tuvo una vida miserable que paso ante los ojos de Evangeline como una película, así también la de Margaret que tenía sólo 17 y la de Gohan que solo tenía 22.

-Eran tan jóvenes-musito Evangeline-Fue terrible todo lo que soportaron y triste que no tuvieran posibilidades de vivir cosas buenas...

Lágrimas abundantes comenzaron a salir de sus ojos y un calambre le subió desde las entrañas. En el fondo Evangeline no había aceptado las muertes de ninguno de ellos,menos la de Gohan. Ni siquiera visitaba su tumba y es que no era justo que acabaran así. Todas sus vidas ante sus ojos,todas las posibilidades que se fueron con ellos la hicieron quebrarse patéticamente, al punto de no poder sostenerse en pie y caer sobre sus rodillas. Lloró ajena al tiempo,visualizando todo eso e ignorando que ese sujeto que levantaba la guadaña amenazando con dejarla caer sobre ella.

-La muerte es abominable-dijo Evangeline dejando en vilo la guadaña sobre ella-Eso nos dicen siempre.Nos enseñan a temerle,pero la muerte puede ser una liberación, un descanso,un paso...Cualquier cosa.Incluso un alguien.Al final es exterradaramente ecuánime e inexorable ."Otra pare de la vida" decía Gohan y por eso él, no tenía miedo en el patíbulo. Eso lo hacía peligroso.

Aquel sujeto bajó la guadaña mientras ella se ponía de pie secándose las lágrimas. Miró a aquel individuo,pero este ya caminaba por la amplia calle y luego doblo para entrar en la vereda entre dos casas. Evangeline finalmente sentía la cabeza más liviana y el pecho descomprimido. Recorrió el pueblo buscando pistas de lo que puso haber pasado,pero no había nada.Llegó,por casualidad, a la casa del ministro e intrigada por otras cosas registro la morada y encontró un pequeño cuaderno con forro se cuero. Dentro de ese libro que Daishinkan, siempre portaba y del que todos tenían una copia,
sólo que este había sido acondicionado como un estuche. Le dio una mirada y descubrió algo que la dejo pasmada. 

Busco a Piccolo después de eso y lo vio caminando por la calle algo desorientado. Le preguntó que le pasaba y le respondió que creía haberse desmayado. Era tarde y era mejor regresar,le sugirió la muchacha y él estuvo de acuerdo con eso. Volvería solo en otro momento. Salían del pueblo cuando sintieron como si algo los tirará hacia atrás y luego los soltara. Miraron tras ellos y luego se miraron ambos "¿sentiste eso? " era la pregunta entre los dos,pero ningún vocablo salio de sus bocas hasta mucho después,pues se quedaron con una sensación muy extraña y olvidaron sin si quiera notarlo.

-¿Crees que el dinero que guardas es suficiente para pagarles?-le preguntó Evangeline a dos horas del pueblo.

-Para dos personas,pero es peligroso te involucres con esa gente-le respondió algo brusco-Además,no pasaran por aquí hasta dentro de dos meses. Estarás casada para entonces.

Era obvio que verla casada con Whiss no le agradaba.

-Él dice que puede sacarme de aquí...Que me ama y...

-Eso es verdad-la interrumpió Piccolo-Pero yo no me fiaría de él. Ese sujeto es calculador y capaz de venderle leche a una vaca.

-Sí...-murmuró la muchacha con una sonrisa-Pero tiene su propio infierno...

Callaron un rato.

-¿Sabes donde esta sepultado Gohan? Quiero ir a verlo.

-Hasta que por fin preguntas-le dijo Piccolo y hundió la espuela en el caballo para hacerlo galopar.

Gohan era un hereje y como Margaret no tenía derecho a la tierra santa. Lo sepultaron en suelo yermo para que el desierto lo hiciera desaparecer, porque para eso lo mataron: para que lo olvidaran y con él,sus ideas,pero las ideas no mueren si se transmiten y él las transmitió. Si la amo o no, Evangeline nunca lo sabría con certeza,pero si se la presento a ese, a sus espaldas sin duda indiferente no fue para él. De que ella lo amo,de eso si podía dar fé y de que nunca lo olvidaría también,como tampoco esa simple idea que tanto miedo causo en Daishinkan.

Llegaron al lugar dónde estaba el túmulo que Piccolo cubrió de piedras para que durara un poco más. Lo que nunca esperaron fue encontrar allí a Whiss.

En Piedra Rota Bills caminaba con la guadaña apoyada en el hombro mientras tarareaba esa canción.

-Nunca les gusta verme,en especial cuando traigo la guadaña. Corren de mi como si pudieran escapar.Es que no entienden que yo soy inexorable-dijo al encontrar al hombre que buscaba.   

El evangelio de la destrucción Donde viven las historias. Descúbrelo ahora