12._Dias normales

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Cuando Evangeline abrió los ojos, lo primero que vio fue el rostro de Sour.Luego sintió unas manos frías que la sostenían por el torso. Miró hacia atrás y vio a Jerez. Regreso su mirada a Sour y vio que este le ponía una venda húmeda entorno al hombro. No recordaba mucho de lo que sucedió,sólo una visión distante de una sombra espectral.

-No te muevas-le dijo Sour bruscamente.

Evangeline no volvió a moverse hasta que recordó a su madre. Les preguntó por ella y ninguno le dijo algo al respecto. Como iban a decirle que la encontraron en un estado lamentablemente,que fue victima de los bandidos y que estaba más muerta que viva cuando llegó al pueblo. Otro que andaba no muy bien,era Whiss. La herida se abrió y sangró un poco,aunque más que eso le dolía. Piccolo le dio una botella pequeña con una especie de licor de olor muy fuerte. Le dijo que lo ayudaria a sanar rápido,pero no sabia si debía beberlo o no. Whiss estaba muy bien enterado de que Piccolo no lo estimaba,
mas evaluando las cosas llegó a la conclusión que si ese tipo quería matarlo, no seria envenenandolo. Bebió el licor y por poco vomita.Era la cosa más espantosa que hubiera probado.

Tres días después de eso Whiss estaba bastante mejor. Para entonces Evangeline ya sabia lo de su madre, pero no se asomó por la casa de sus padres. Su hombro tenía sólo un golpe fuerte que se recupero pronto.
Sour era un buen médico, aunque la veía con un profundo resentimiento.La caída podría haber sido peor,nadie se explicaba como salió, prácticamente,ilesa de aquel incidente.Algunos lo llamaban milagro.Evangeline tenía recuerdos muy vagos de lo que sucedió,como para aclarar dudas.Tampoco estaba interesada en resolver los cuestionamientos de la gente.  Prefería no pensar en eso, mas sentía que algo muy especial sucedió.La boda se aplazó una semana más y ese día en la iglesia, Daishinkan pedía orar por la esposa del alcalde y aprovecho de anunciar también la boda de su hijo,saltándose asi la tarea de la fiesta de compromiso.  

Evangeline no fue a la iglesia. Camino hacia el solitario túmulo donde descandaba Margaret y se quedó allí un buen rato,con unas flores de papel en las manos que ella misma había hecho, las que luego acomodó en la improvisada cruz que ella puso sobre ese montículo.

-Flores de papel-comentó una voz clara y masculina a sus espaldas-Seguramente quien esta enterrado ahi era importante para ti.

La muchacha miro atrás y se encontró con 17 que la miraba con una sonrisa astuta y seductora. Lo recordaba,pues fue él quien dijo que Bills los mato a todos. En esos días ella había tratado de interrogar a quienes venían de Piedra Rota,pero ninguno le contó algo distinto a la versión esparcida por Daiahinkan. Pero eso no la convencía ni a ella,ni a Vegeta ni a Piccolo. Cuando jugaron cartas en la taberna hablaron de ello,
pero tampoco encontraron una explicación muy lógica a lo que allí vieron. Sólo quedaba atribuirle todo a Bills.

El muchacho llevaba una guitarra en la espalda y una pequeña linyera en la mano.            

-Era mi hermana-le dijo ella.

-Yo también tenía una hermana-comentó el muchacho-Era mal humorada y caprichosa. La perdí en Piedra Rota,en el incidente de los bandidos.

La mirada de Evangeline desaprobo ese comentario y él se sonrió.

-La verdad es que no me creerías lo que realmente sucedió ahí-le dijo y notó el interés que genero en la joven-La muerte llego y eso fue todo...

-¿Qué quieres decir?-le preguntó Evangeline.

-Lo siento,no puedo hablar al respecto. Tu futuro suegro lo puso como condición para quedarnos.

Era un pueblo pequeño donde todos conocían a todos y todos sabían todo.

-Pero tú ya te vas-le señaló Evangeline y le sonrió.

-Creo que podría quedarme,de hecho acabo de cambiar de opinión-le dijo 17.

La muchacha tomó una de las flores de papel del ramillete que le llevó a su hermana y se la prendio en el ojal de la camisa,luego se encamino al pueblo. Whiss la había ido a buscar, supuso que estaría ahí porque la vio hacer flores de papel durante días y lo que vio no le gusto ni un poco. Escondido tras unas rocas que se alzaban,caprichosas a unos treinta metros de distancia,observo todo y espero el momento oportuno para regresar. 

Esa tarde-noche Whiss fue a la taberna y 17 estaba ahí, bebiendo en los interbalos que no tocaba la guitarra. Lo miró de reojo al llegar y pidió lo de costumbre. Se quedo ahí hasta que ese sujeto se retiro y unos minutos después él también lo hizo. Vegeta observo aquello y chasqueo la lengua luego murmuró algo que solo él entendió. Nadie lo supo,pues ni siquiera notaron su ausencia,
pero 17 esa noche dejo el pueblo.

La casa de Daishinkan era bastante grande,pero Evangeline se limitaba a la habitación que era suya,la sala,la cocina y el cuarto de baño,pero aquella mañana,al encontrarse sola en ese lugar por primera vez,algo la hizo mirar hacia la habitación del señor de la casa. Fue un sonido estrepitoso que la puso en alerta y al asomarse a ver, descubrió que el viento había tirado un jarrón. Pensó en limpiar,pero para eso estaba ese pequeño shin-jin que parecía una sombra por la casa. Iba a salir cuando un librero le llamó la atención. Le gustaba leer y quizá allí había algo interesante,tomo uno que para su mala suerte estaba en otro idioma. Tomo otro y el librero se movio a su izquierda dejando ante ella una habitación oscura en la que entro incautamente y apenas estuvo dentro, la entrada se cerro tras ella y unas manos la derribaron violentamente. Sentía que alguien la tocaba y se esforzaba por someterla, mas cuando intento gritar despertó.

-Fue un sueño solamente-se dijo y se miro acostada en la cama.

Estaba descubierta y el camisón de dormir curiosamente descubría sus piernas. Tuvo una sensación extraña y se quedó allí un momento. Se levantó y miró por la ventana,vio a Whiss salir de la casa para alejarse por la calle a paso lento.

Tenia que alejarse varios kilómetros del pueblo para hablar en paz a travéz de ese teléfono satelital que mantenía oculto. Cuando estuvo a distancia prudente llamó a un sujeto que le dijo que el avión y los permisos estarían listos en cuatro días.

-Excelente,pero podrías venir por mi en una semana,es que debo casarme antes-le respondió Whiss sonriendo.

En el pueblo de "Tierra de oro" Bills caminaba por la calle y de frente a él venia Vados conversando con unas mujeres. Se quedo parado viendo a aquella alta figura femenina,que al pasar por su lado lo miro con recelo y desdén,mas como se esperaba de ella se detuvo a saludarlo,se presento y le preguntó su nombre al forastero.    

-Me llamo Bills,es un placer conocerla-le dijo.

-Igualmente ¿Es usted un carpintero? Hace falta uno en el pueblo-le dijo Vados.

-No,yo no soy un carpintero...Soy la muerte...

  

El evangelio de la destrucción Donde viven las historias. Descúbrelo ahora