La Bitacora de Jehan [Completa]

C'ets Fini

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Es la última advertencia q voy a dar, si quieres quedarte feliz y entusiasta, quedate en el cap anterior, yo cumplo con avisar allá tú si continuas

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Junio 10 de 1832

Nada queda más que esta libreta de hojas amarillas, escrita hace 6 años,

Que lejos es y que reciente suena cada vivencia leída aquí plasmada.

No hay más opción que mirar atrás en un desolado lugar,

No nos queda presente, ni futuro.

El tic tac del reloj me anuncia que el tiempo no se detiene para nadie,

Debo irme, un barco espera para partir a América.

Me rio en su cara, con dolor disfrazado de insolencia,

¿Con qué derecho se siente capaz de ordenarme algo?

Es mi tiempo y por encima de su orden, decido lo que haré con él,

Después de todo, el mío, el nuestro, ya no existe, se detuvo abruptamente,

Hace unos días que aun pueden contarse en horas.

"Dale un final a tu aventura, merece tenerlo", animé el día que las leí y él sonrió entusiasta.

Tenía tanto talento, en cada trazo se dejaba ver que nació para ello.

La destreza de hacer mágico lo cotidiano, es propio de los grandes y privilegiados por los dioses.

Ahora, carente de palabras que igualen las suyas, me veo en la obligación de hacerlo yo,

Él no lo hará, no puede desde dónde está y eso, no hace más fáciles las cosas.

He perdido la última libreta, la tenía en su levita ese día. Ahí la encontré al verle,

Así que ahora, está teñida en espesa tinta roja y perforada para ocultar toda palabra suya.

Las demás están conmigo. A medida que las terminaba, las enviaba,

¡Ah travesías las suyas! pero faltaba esta que dio inicio a todo y tenía que encontrarla

No podía irme sin ella.

Y todo el tiempo ha estado aquí, descansaba en el cajón maltrecho del nochero.

Pareciera puesta ahí apropósito, para obligarme a venir y fue una suerte,

De no hacerlo, no habría de encontrar a Dante en casa, esperando a quien no volverá.

Libreta y felino en mano, será mi equipaje, con una única cosa por decir:

Mi hijo no se guardó nada, dijo todo lo que debía y por ello, le silenciaron

No era mal muchacho, era mejor que muchos de los que deciden en este país

Y por eso, se le durmió junto con sus amigos que casi sentía conocer

Concédame el derecho de creerle dormido, de negarme a las heridas que vi,