War Zone: parte II

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ADVERTENCIA: Este capítulo contiene cierto contenido delicado, pues se menciona el abuso de drogas y también sexo. 

Es un capítulo bastante largo porque combina distintos tiempos y espacios. Existen varios flashbacks que espero puedan disfrutar porque nos van a permitir conocer mejor como se desarrolló la relación entre Lu y Valerio. 

No duden en hacerme saber su opinión y espero mañana subir el capítulo en donde empezamos a ver el punto de vista de Valerio. Prometo que la historia ya va a avanzar y que no habrán más flashbacks por ahora. Espero que les guste. 

PD: Aquí les dejo la canción que inspiró el nombre de estos dos primeros capítulos


Valerio siempre ha ido y venido de mi vida, pero desde que tengo uso de razón ha estado presente, así sea solo durante algunos periodos de tiempo. Sé también que desde siempre amé estar con él, siempre me sentía segura, siempre me divertía, siempre sentía que podía ser yo. Recuerdo también cuando yo tenía 13 años y el 15 y le conté que me gustaba un niño de mi curso, un niño que me hablaba siempre en clase, y que incluso había tratado de besarme. Yo nunca antes había besado a un chico y estaba muy nerviosa. Yo nunca había besado a nadie, no quería hacer el ridículo, no quería que saliera mal y espantar a ese chico. La verdad, ya ni recuerdo su nombre. Como era costumbre, me dirigí al cuarto de Valerio, todas las tardes nos sentábamos juntos a hacer nuestras tareas, aunque claro, él se distraía y la mayoría del tiempo prefería leer otra cosa mientras yo lo regañaba.

Al llegar a su puerta la encontré entreabierta, siempre lista para dejarme pasar. La empujé y él ya estaba ahí, con sus audífonos y agitando la cabeza mientras buscaba en su pequeña biblioteca la distracción para ese día. Valerio siempre había sido muy guapo, aunque a los 15 años era un típico adolescente delgado y desaliñado. Aunque bueno, lo desaliñado no se le había quitado con los años, pero se había vuelto parte esencial de su encanto. Es cierto que ya desde esa edad a veces me deslumbraba por su belleza, pero pensaba que era algo pasajero, nada importante.

-Vaaaal- recuerdo que exclamé con voz pesarosa

-Miren quien llegó- contestó volteando a mirarme y quitándose sus audífonos-te extrañe en el camino a casa ¿donde estabas?

-Me trajo la mamá de Carla, nos quedamos con unos amigos de ella-

-Unos amigos ¿eh?...- me miró burlón- ¿y que tal son los amigos de Carla?- él siempre supo que mi amiga tenía mucho éxito entre los chicos, y estoy segura de que él podía notar el ligero rubor que seguía presente en mis mejillas

-No me molestes, necesito tu ayuda- respondí mientras acercaba una silla a su escritorio y me sentaba a su lado

-¿Y en qué puedo ser útil señorita?- sonrió mientras daba vueltas en su silla para luego quedar frente a mi

-Promete no burlarte-

-No prometo nada- se acercó más a mi

-Entonces no te diré- me crucé de brazos

-Vamos Lu... sabes que si me burlo es con cariño, además, siempre está bien que alguien ayude a bajarte los humos hermanita- rió mientras sacudía mi pelo. Suspiré y empujé su brazo

-Bueno, te voy a decir, pero si no me prometes no burlarte, promete al menos no contarle a nadie-

-Está bien, lo prometo- volvió a recostarse en su silla, se cruzó de brazos también y me miró expectante

Los días rarosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora