Abrir los ojos

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Holaaa, llegó un nuevo cap. Vi que el anterior les gustó mucho, de verdad gracias por la recepción. Este capítulo es muy mental, muy reflexivo y sigue abriendo la puerta al último asunto por solucionar de la historia. Es un cap más corto pero quería explotar en él los efectos que tuvo el haberse drogado para Lu, creo que nos ayudan a ver su subconsciente y también cosas que ya no pueden ser ignoradas.

Espero les gusteeee y les dejo una canción que puede acompañar como se siente Lu ahora y también de como ve a Valerio en algún momento del cap

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Abro mis ojos y lo primero que veo es la figura de mi hermano en el balcón. El sol hace sombras y resalta su cuerpo trabajado. Yo sigo en la cama y me quedo mirándolo sin que se de cuenta, está fumando, se ve estresado, últimamente ha estado muy ocupado, pues el contrato que firmó con Carla es mucha responsabilidad, algo que creo no está acostumbrado a manejar, no porque no pueda hacerlo, estoy segura, sino porque jamás nada ha despertado verdaderamente su interés. Aunque a veces me preocupo, debo ser honesta y admitir que a veces me preocupo porque pueda descarrilarse de nuevo, pero sé que por ahora está tratando de dar lo mejor de sí. Pasan unos minutos y él termina su cigarrillo, lo deja en el cenicero y se voltea, sus ojos se topan con los míos, sonríe.

-Buenos días. Creo que estoy haciendo una buena labor en las noches, estás durmiendo hasta más tarde ¿mucho cansancio?- dice con aquella cara burlona que me saca de quicio pero que también me encanta. Siempre emana confianza.

-Idiota- respondo y pongo mis ojos en blanco. Aunque tiene razón, los últimos días he estado más agotada, algunas pesadillas han vuelto y he llegado a despertarme con una fuerte presión en el pecho. Mientras tanto él camina hacia mi y se sienta en la cama y empieza a acariciar mi cabello.

-Te encanta, no te hagas- vuelve a molestarme pero después su mirada se suaviza- ¿dormiste bien?-

-Si- miento- es solo que la mudanza y todo me ha tenido algo cansada- yo sé claramente que esa no es la razón. Tengo guallabo químico por la porquería que decidí meterme cuando nos fuimos de fiesta. Si no estoy equivocada y según lo que he leído y escuchado, me queda por lo menos otro diez días sintiéndome del culo.

-Bueno, pues voy a hacer desayuno si quieres y tengo que arreglarme, hoy de nuevo debo ir a la oficina, Carla se va pronto y todo debe quedar listo- me besa la frente y se levanta.

-No quiero nada, un café está bien- respondo

-Lu... necesitas comer algo-

-En serio no tengo hambre- digo un poco más irritada, él lo nota.

-Cómo quieras, ya te subo tu café entonces- responde también algo más hostil

Lo miro alejarse y me volteo en la cama hasta quedar boca arriba. De verdad estoy exhausta, no entiendo mi hermano como aguanta este ritmo de vida, su ritmo de consumo, además los últimos meses han sido de los más intensos de mi vida y creo que están empezando a cobrarme factura. En teoría todo está mejorando, hace ya unos días que mi madre se fue, fue duro despedirse pero prometió volver antes de que yo me fuera a Nueva York, algo para lo cual ya no falta tanto. Nos mudamos con Valerio al día siguiente, la casa era preciosa, no puedo negarlo. El primer piso tenía un pequeño jardín con una piscina también pequeña. Era muy luminosa y estaba decorada toda en colores pastel, una estética muy típica de mi mamá, una terapeuta buscando siempre la calma y la serenidad, aunque eso implique evadir los problemas. Arriba había un pequeño estudio con una biblioteca, un escritorio y dos sillas en donde asumo que atendía a sus pacientes. Frente al estudio estaba nuestra habitación, pisos de madera clara, un balcón al que se ingresa por un gran ventanal, y en la mitad una cama doble con edredones de plumas color blanco y palo de rosa. Fue extraño despedirse de la casa de Samuel, jamás me habría imaginado que ese apartamentico hacinado llegaría a sentirse como un hogar y la Narco Barbie y él se convertirían en una especie de familia. Igual habíamos designado un día a la semana para reunirnos, pero igual el cambio era extraño. Por supuesto estaba feliz también de estar viviendo sola con Valerio y por volver al estilo de vida que teníamos antes, creo que era todo lo que soñaba cuando era más joven, pero sabía que esto acabaría pronto y que entre nosotros aún hay mucho por solucionar, traté de ignorar todo eso desde el día de la graduación, pero creo que el malestar que me había dejado el éxtasis y la ansiedad que venía con ella no me lo estaba permitiendo.

Los días rarosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora