7- Tiene que ser una broma

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Levanto la mirada y mi encuentro con una chica chillando mientras agita sus manos repetidamente, y de luego me mira furiosa.

—¡Ten mas cuidado por donde vas, niña!— chilla esta enojada.

—Tu igual, no te cuesta nada a ti tampoco mirar por donde caminas— la miro y luego sonrío brevemente— Niña— imitó su voz haciéndola enojar aún más.

—¿Pero que mierda dices? Si fuiste tú quien me chocó, y encima me manchaste toda la blusa— dice y vuelve a chillar. Que irritante.

—Te informo, que para que ocurra un choque, tiene que haber mínimos dos cuerpos— la miro y como no dice nada sigo— Y a menos que seas un muro, o algún objeto sin la posibilidad de vista, tú también podrías haberte fijado, así que científicamente, un 50% de la culpa, también es tuya— le informo y me fulmina con la mirada, perdiendo la paciencia.

—A ver, deja de hablar como nerd, me molesta bastante— dice apretando la mandíbula.

—Mira que coincidencia, a mí me molestan bastante tus chillidos y no me estoy quejando. Además que, en cambio, a ti te molesta porque no lo entiendes, a mi me molesta porque realmente es irritante— contraataco y sonrió sarcástica.

—De acuerdo, fieras, bajen las garras que no es apto para dos señoritas— interviene de repente Nick a lo que lo fulmino con la mirada— Madison, que coincidencia, ¿todo bien?— le pregunta amable de repente, a lo que elevo las cejas.

—¡Nicki!— dice esta alegre como si no hubiera pasado nada y se le lanza encima— Yo todo bien, o bueno, iba todo bien— me mira de arriba a abajo— hasta que esta niñata me choca y me arruina mi remera— dice con desagrado.

—¡Mírame así nuevamente y te juro que te...— no termino porque Emma me jala del brazo sacándome de la escena.

Aún estoy que echo humo, aunque realmente la deje calladita, Dios, dos huecos en un día, y a ambos los dejé sin palabras, necesito mínimo 24 horas de relajación.

—Comenzaré a creer que realmente tienes un imán que atrae problemas, y encima diría que eres una busca pleitos— dice Emma de broma y yo solo suelto un suspiro— Vamos, ¿si? De compras para calmar la rabia del momento— dice esta alegre y yo solo asiento.

Paseamos por varias tiendas de ropa, y realmente algunas son realmente caras, pero como no me falta dinero, y hay cosas que realmente me llaman la atención, no me prohíbo comprar algunas, entre ellas, una blusa para cambiarme ya que la que tenía estaba llena de malteada, así que me la cambié por una que compré, es color azul y es más larga de atrás que de adelante, pero no tanto ya que ésta en la parte de adelante es bastante corta, un poco por encima del ombligo.

Cuando terminamos de comprar Emma llama a Nick para avisarle donde estamos, pocos minutos más tarde llega a donde estamos nosotras y seguimos con nuestro recorrido como si nada.

—Me has dejado de cara, europea— dice repentinamente Nick— Ya van dos en tu primer día, ¿ya eras así o el cambio de país te cambio?— pregunta divertido.

—Allí en Londres nunca tenía problemas, solamente tenía dos amigos, aunque no es que me llevara mal con los demás, solo que soy algo... antipática y antisocial, entonces era todo más sencillo. Además, los únicos problemas que tenía eran con chicos— digo a lo que ambos hermanos me miran sorprendidos con ambas cejas elevadas— Me refiero a que, los que tenía eran porque los rechazaba, y algunos si intentaban sobrepasarse, terminaban mal, no solo por mi, sino que por mi mejor amigo— les cuento y rio al recordar muchas de esas veces.

—Wow, tenemos aquí una rompecorazones europea— dice Nick— Y de las buenas...– comenta coqueto y me guiña un ojo.

—No seas idiota, Nickolas— le reta su hermana— Está bien, ¿por qué los rechazabas? ¿Te gustaba alguien?— niego— ¿Tenias novio?— vuelvo a negar exageradamente— ¿Novia?— dice y vuelvo a negar.

Vida de Una Chica no tan Común Donde viven las historias. Descúbrelo ahora