36- Un Viaje Lleno de Historia

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Maratón 2/3

Despierto sintiéndome extrañamente cómoda, raro ya que estaba durmiendo en el asiento del auto, hasta que me doy cuenta de que no estoy en el auto, sino que estoy en mi habitación, frunzo el ceño extrañada mientras me levanto y salgo de la habitación, me detengo al oír voces provenientes de la sala:

—Ya pude solucionar el tema, después de hablar con Inés, llegamos a que esa era la mejor forma de arreglar todo— reconozco la voz de Ethan.

—Me dejas sorprendida con lo que dices, siendo honesta, creí que solamente eran celos de una chica caprichosa que no obtuvo lo que quería— esa es Lau.

—Esa chica está completamente loca, no puedo creer que haya causado tanto—
ese es ¿Patrick?

¿Qué hacen aquí? Claramente están hablando de Madison, a menos que haya otra loca entre nosotros, estaríamos en el horno.

—Bueno, ya no será un problema, luego de hablar con Inés, la enviará a un centro de recuperación, por no decir de salud mental, o un manicomio, se irá mañana por la tarde, realmente esa mujer ha pasado por mucho, enviar a su hija a un manicomio es fuerte— admite Ethan de forma neutra.

—Es donde debería estar hace un tiempito— me meto a la conversación llamando la atención de todos— ¿Qué? No me observen como si fuera la mala, hice lo que me parecía correcto para el bien de mi bebé, no iba a permitir que se metiera con eso— justifico y todos me observan.

—Nadie dijo que estuviera mal, Bai, de hecho, estuvo bien, pero para la próxima, me hubiera gustado que me contaras todo esto— me dice mi hermana con calma.

—A mi me gustaría que no hubiera próxima, le agradecería a la vida y al universo un montón— agregó irónica.

—Y no habrá próxima, lo de Madison ya se solucionó, y no creo que haya alguien más como ella que quiera meterse contigo...— comenta mirando un punto fijo— Bueno, ahora vayamos que tienes que empacar, yo te ayudaré— me recuerda y bufando voy hacia la habitación.

Vamos a la habitación para comenzar a empacar las cosas, no sé qué tanto deba llevar, pero supongo que dos valijas estarán bien, me encargo de colocar ambas abiertas sobre la cama, y guardar las cosas necesarias; así que llevo 8 jeans, 4 shorts, 4 leggins, 3 faldas por si acaso, 9 remeras casuales, 5 tops, un mono, 3 vestidos, 10 conjuntos de ropa interior, 2 pijamas, y 5 pares de calzado. Supuse que eso estaría bien para dos semanas, cuando finalizamos de guardar todo, Ethan se me queda mirando fijamente.

—¿Qué?— pregunto.

—Nada, es que, te verías adorable así de concentrada— responde chistoso, y yo le sonrío.

—Bueno, hablaré con Em para que venga a quedarse a casa, tú ya puedes irte, y yo iré a comer algo porque tengo hambre— aviso y voy por comida mientras llamo a Em.

—¿Bailey?— pregunta somnolienta.

—Em, ¿cómo estás? Espero no haberte despertado, te llamaba para...— Ethan me interrumpe.

—Eem, Bailey, ell...— lo callo.

—Sh, enserio, puedes irte, invitaré a Em— le digo.

—Sí, pero ella está...— vuelvo a callarlo.

—¡Al otro lado del celular hasta que no me dejes hablar!— le grito y escucho a Em.

—Bailey, en dos horas estaré en tu casa— me avisa Em y frunzo el ceño.

—¿Te interrumpí el polvo?— pregunto al darme cuenta— Ups, nos vemos en un rato, adiós– me despido antes de colgar— Oh mierda, le arruiné el polvo a mi amiga.

Vida de Una Chica no tan Común Donde viven las historias. Descúbrelo ahora