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Miré el reloj de nuevo, eran las putas 10:30 de la mañana y me encontraba sola en la biblioteca porque mi tutorado había decidido no asistir a la puta cita. Me puse de pie furiosa y caminé al comedor. Debía desayunar un poco o me volvería loca.

A penas llegué lo vi a él sobre una de las bancas hablando con otros chicos igual de perdedores que él, me acerqué a toda prisa y le toqué el hombro.

— ¿Sí? —me miró mal, bufé
— Se supone que íbamos a vernos a las 9 en la biblioteca, ¿dónde estabas? —hice una mueca, lo vi aguantarse la risa— Te esperé dos putas horas
— Debiste irte cuando no me viste llegar después de treinta minutos —rió— es tu culpa haber perdido tu tiempo valioso en el que quizás ibas a salir con algún pijo como tú
— Eres un puto imbécil —me di la vuelta y caminé de vuelta al comedor. Ese chico me sacaba de mis casillas.

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— Una semana Sibel, una puta semana que no va a mis jodidas citas. El semestre termina en 2 meses y si este hijo de puta no pasa voy a perder mi puta calificación —me recargué contra mi auto. Sibel rió
— Si la montaña no va a mahoma... —sugirió, asentí
— Tengo que hablar con tu novio —dije y como si lo hubiera invocado apareció detrás de mi— Tú —lo apunté— debes decirme donde encontrar al Zasko ese
— oh Elisa, tú no quieres ir a su casa —subió al auto
— Javier, o me dices dónde o voy a la dirección a preguntarlo. Ese chico va a hacerme perder dos puntos de mi calificación y yo no voy a permitir eso. —subí también
— Bien, te mandaré su dirección por whatsApp —asentí, esperé a que Sibel subiera y conduje como siempre a casa de ella.

Ese Ginés no se saldría con la suya, yo iba a encargarme de que pasara esa materia. fuese como fuese. Ya fuera que tuviese que ir a su puta casa y enseñarle ahí o que lo obligase a venir  a la biblioteca conmigo.

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Como ningún puto uber quería llevarme a la dirección que Javi me había dado, había optado por tomar el autobus. Después de todo, hacer esas cosas no hacían daño ni me volvía nada si lo hacía.

He de confesar que jamás había escuchado de ese lugar, y bueno... Sonaba como toda una aventura.

Y claro que lo sería porque después de unos buenos minutos de autobus, llegué a un lugar que mi madre describiría como el infierno en la tierra. Gente fumando, paredes grafiteadas... era lo contrarío a mi urbe.

Busqué la calle de Zasko hasta que la encontré, su casa estaba en el primer piso de un edificio alto. Me detuve antes de tocar la puerta, no por miedo, sino por los gritos que venían de dentro.

— ¡Eres un puto inútil, no puedes hacer nada bien! —gritaba una voz ronca— No sé porque demonios sigues vivo, joder
— Ginés vete a tu habitación. Tu padre y yo debemos hablar... —pasé saliva, joder... este chico tenia problemas muy serios en casa.

Me di la vuelta, lo mejor sería que no molestara al chico por ahora. Aunque no podía dejar de sentirme mal. Había sido tan puta egoísta que solo había pensado en mi, sin pensar que él debía tener problemas también.

Comencé a caminar por un montón de calles y después de 20 minutos de andar rondando asustada por las calles de ese sitio llegué a un pequeño parque.

— Que hermosa, ¿qué hace una chica como tú por aquí? —soltó un chico y caminó tras de mi, apresuré el paso.
— La princesa de Mónaco a venido a visitar este infierno, demosle una bienvenida. —Soltó otro chico, mi corazón latía sin parar como un loco. Tenía miedo, y sentía que estaba en completo peligro y debilidad.
— déjenla en paz, ya —su voz ronca me alivió, lo miré. se paró a mi lado y miró mal a esos chicos. Estos se fueron enojados y a penas se alejaron me tomó por los brazos y me hizo mirarlo
— ¡Qué carajos haces aquí, Pija! —abrí mis ojos— no deberías venir aquí nunca. ¿Tienes idea de lo que la gente como esta opina de la gente como tú? —negué— tienes puta suerte de estar viva —pasé saliva— ven, te llevaré a tu castillo —me tomó de la mano y me hizo caminar hasta un sitió de taxis. le pidió a un señor que lo llevase hasta el centro de la ciudad y este asintió, subimos al auto.

al llegar bajo y me abrió la puerta. Pagó y dejó que se fuera para detener otro taxi. 

— ¿por qué hiciste eso? —pregunté
— porque es peligroso que esa gente sepa donde vives —no me miraba. Suspiré

subimos, me miró. 

— y bien? —dijo, no entendí— ¿a donde vamos?
— ah, sí —sacudí la cabeza y le di mi dirección al taxista.

Zasko solo miraba la ventana sin mas, solo al llegar me miró con los ojos bien abiertos.

— aquí está bien —dije y pagué yo esta vez. Bajamos y meti mi clave de ingreso que me abrió la puerta, Zasko me seguía detrás mirando todo.

— Vaya castillo tienes, pija —mencionó
— Ni es mio, ni soy pija —recalqué— me llamó Elisa
— Bueno, yo me voy —miró su celular— no estoy seguro a que hora dejan de pasar los autobuses....
— Quédate —solté sin pensar, me miró con gracia
— Qué mierda dices, tus padres seguro te matarían por meter en casa a alguien como yo —miro al piso
— no están mis padres... y me da igual si quieren actuar con prejucios —sonrío
— Bueno, está bien —se acercó más a mi. Sonreí y lo tomé de la mano yo esta vez.

Lo hice caminar conmigo hasta la puerta de casa, abrí la puerta y lo dejé pasar.

— Y bien... —lo miré, rió— Que opinas? —reí yo esta vez
— Tal cual pensé que sería niña pija, tal cual —miró a su al rededor.

Supongo que lo había juzgado mal....

Dʀᴜɢs ~ Zᴀsᴋᴏ (🆃🅴🆁🅼🅸🅽🅰🅳🅰)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora