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Elisa's pov

Hoy era la cita con mi padre. Estaba nerviosa aunque sabía que no debía de estarlo porque mi papá era un señor muy tierno y él estaba feliz de verme feliz. Pero aún así yo moría.

— tranquila, todo va a salir bien —Ginés me abrazó. Sonreí.
— espero que sí, venga vámonos —le tomé la mano y salimos directo a mi coche.

No había hablado con Ginés ni con mi madre. Pero estaba segura que lo habían tomado bien. Porque de otra forma estaría viviendo en mi casa.

— ¿Puedo ser honesto contigo? —preguntó, asentí— me estoy muriendo de nervios también —reí. Subimos al auto y lo encendí.
— Lo sé, te entiendo —respondí y avancé.

Habíamos quedado de ir a un restaurante de un amigo de papá, porque nos darían un área privada para poder hablar sin que nos molestasen. Así que mientras manejaba para allá, no podía dejar de pensar en lo que pasaría.

Sé que Ginés es un muchacho increíble, y que no me alejaría de él por algo como esto... Pero ¿Y si mamá hizo a papá cambiar de opinión?

A penas llegamos, ví al elegante hombre de traje esperándonos en la entrada. Cómo siempre, temprano y formal.

Bajé del coche, le di las llaves al ballet y caminé de la mano de Zasko hasta mi padre que no dejaba de mirarnos con una sonrisa.

— ¿Cómo está mi princesa? —dijo cuando estaba muy cerca. Me abrazó, besó mi cabeza y me soltó— tú debes ser Ginés. —miró a Zasko. Pero no de una manera amenazante. Su mirada era tan dulce como cuando me mira a mi.

Ese era mi padre, amoroso no importaba qué.

— sí, un gusto señor Rumicche —la voz de Ginés estaba un poco temblorosa. Sonreí
— Por dios, dime Joaquín —le respondió tierno— venga, entremos que nuestra mesa está lista y tengo hambre —se sobó la barriga. Puso su mano en mi espalda guiándome dentro, el mesero de la entrada nos acompañó hasta una mesa que estaba alejada de las demás.

Ginés retiró mi silla y me dejó sentarme. Vi que mi padre dejó escapar una sonrisa y se sentó frente a nosotros.

— ¿y bien? —Inició, se puso la servilleta en las piernas y nos miró— ¿Cómo fue que esto inició? —miró a Ginés y luego a mi.
— La maestra de lengua me castigó por burlarme un poco de él —reí— y me hizo su tutora —miré a Ginés, él sonrió— me di cuenta que es un chico fenomenal. Y que valía la pena perder la cabeza por él.
— Yo... Bueno, es que su hija es una niña muy linda —mi padre asintió— y siempre me gustó.
— es encantadora —me tomó la mano— me da mucho gusto que ahora todos sepan de ustedes —sonrió— quiero que sepan que a mí no me importa quienes son. Me importa que son felices. Es todo.
— gracias papá —sonreí
— tu madre se dará cuenta también —murmuró, asentí un poco.

El mesero se acercó, pedimos la comida y volvimos a charlar sobre los últimos días.



Zasko's pov

La cita con el padre de Elisa había sido estupenda. Habíamos acordado salir de nuevo más adelante.

Al volver a casa, Elisa dijo que iría a dormir porque no se sentía muy bien. Quizás había sido el vino de la cena o no lo sé.

Debloqueé mi celular para contarle a Sema o que había pasado, pero me topé con un correo de la maestra de literatura.

From: lizbeth.guzman@gmail.live.es
To: ginesminanoberna@gmail.com

Asunto: FELICIDADES

Buenas noches Ginés.

Este mensaje lo envío para darte un par de buenas noticias.

Primero, tu trabajo final es simplemente increíble. Decidí postularlo al programa de becas universitarias, primero porque le ví el potencial y segundo porque creo que es lo mejor para ti.

Hoy han salido los resultados, han ofertado 15 becas, y has ganado una para Alemania.

Felicidades Ginés, me da orgullo haber sido la maestra de literatura de alguien como tú.

Necesito que te presentes el siguiente lunes para aceptarla, seré tu representante legal.

Enhorabuena, éxito en la vida.

Bloqueé mi teléfono y me senté en el sillón.

Está era, literalmente, la oportunidad de mi vida.

Siempre había querido que una cosa como está me pasara. Y en verdad me gustaba la idea de irme... Pero, Elisa.

Debía decírselo, porque era increíble.

Corrí al cuarto y abrí la puerta, ella estaba llorando en la orilla de la cama.

Fruncí el entre cejo y me senté a su lado, ella me miró.

— ¿Qué pasa? —susurré, pasó saliva y suspiró
— Mi padre y yo hablamos un poco del futuro cuando fuiste al baño —empezó, vaya...— dijo que estudiar fuera era lo mejor. Pero me he negado. —mi sonrisa se borró— me quedaré aquí, contigo, y trabajaré para ellos. —sonrió
— ¿Y por qué lloras? —ahora yo quería llorar
— porque te amo —me abrazó. La sostuve con fuerza. Vi la pantalla de mi celular con el correo de la maestra abierto.

Lo bloqueé, no podía decírselo.

¿Cómo le diría eso después de que ella arruinó su futuro por mi? Sería una bofetada en la mejilla.

Quizás, más adelante podría decírselo, encontrar valor y soltar la bomba.

Apreté mis ojos, estos dejaron caer las lágrimas que estaba aguantando.

Sus sollozos se hicieron más fuertes, y me apretaba más. Como si no quisiese soltarme nunca, o no quisiera que me fuera.

La vida era difícil, porque yo tampoco quería dejarla... Pero yo no tenía la vida arreglada como ella.

Si yo no iba a estudiar... Mi vida se arruinaba. No tenía padres ricos, ni un apartamento hermoso.

No tenía trabajo asegurado, ni cómodo. Yo decía luchar duro por conseguir salir adelante.

Así que la apreté contra mi pecho y sollocé también. Iba a extrañar mucho a esta pija. Porque me había cambiado, me había enseñado tantas cosas que ahora me era muy difícil pensar en no verla.

— Ginés —murmuró— te amo —se separó de mi, sus ojos estaban apagados, hincados y lagrimeaban. Su nariz estaba roja, y corrían lágrimas por sus mejillas.
— yo también, Elisa... Yo también —me acerqué a sus labios y la besé.

Solo pensar en dejar esos labios... Me daban ganas de no irme.

Ya se va a terminar Drugs :(

Dʀᴜɢs ~ Zᴀsᴋᴏ (🆃🅴🆁🅼🅸🅽🅰🅳🅰)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora