XXV

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Elisa's pov

Hoy se entregaba el proyecto final. La maestra evaluaría a Zasko para saber si perdía dos puntos o no.

Honestamente ya no me importaba eso. Porque veía esto como la razón por la que ahora conocía a Ginés.

Entré al salón, miré a la profesora y me senté en mi lugar. Ginés se sentó a mi lado y sacó su proyecto.

Estaba empastado en color negro y decía "Siempre serás tú"

— ¿Es una novela? —pregunté, sonrió
— Algo así —le puse la mano a la pasta y él me detuvo— no, no quiero que lo leas
— ¿Por qué? —sonreí— ¿Es malo?
— lo escribí cuando no estábamos juntos —miró a otro lado.
— ¿Es sobre mi? —puse mi mano en su hombro
— sí, bueno... Es sobre mi estando enamorado de ti —me miró por fin— te quiero.
— Me gustaría leerlo —dije, noté que estaba un poco triste— te quiero también. —le besé la mejilla y sonreí.

Él sonrió y la clase comenzó.



— Bien, revisaré este trabajo hoy por la noche y te enviaré un correo electrónico con la calificación —dijo la maestra— de momento tienes 8 de 10 —asentí

Salí del salón y esperé a Ginés afuera.

Una vez salí, lo tomé de la mano y caminamos juntos. La gente seguía mirándonos con cierto interés en su rostro.

Del otro lado del pasillo estaba Itziar, me sonrió y se acercó.

— Gracias —dijo de la nada, alcé la ceja
— ¿Ah? ¿Por qué? —respondí, ella miró al suelo
— Pablo ha hablado con sus padres, y ellos han aceptado que está enamorado de mi. —sonreí— gracias por animarlo a hablar...
— Enhorabuena, me alegro un montón en verdad —la abracé— dile a Pablo que cuando quiera podemos salir los cuatro juntos
— le diré —se dió la vuelta y se fue. Ginés me miró sonriente
— ¿Ella es la novia de Pablo? —asentí— la imaginaba distinta
— Ah sí? —sonreí
— Sí más parecida a ti —alzó los hombros
— Pablo no gusta de mi y no lo ha hecho nunca, no sería como yo —respondí— venga, vamos fuera que los chicos deben estar esperándonos.



— ¿No quieres pasar a saludar a papá? Está dentro —dijo Gin, negué
— Lo veré el sábado, dile que le mando saludos —asintió
— Si pasa algo te marcaré, hoy les confesaré todo —parecia nervioso
— ánimo, todo saldrá bien —asintió y se alejó del coche.

Condujé hasta mi departamento, porque Elise, Javi y Sibel se quedarían a charlar en mi casa.

La verdad es que aunque estaba acostumbrada a la vida en soledad, me costaba un poco de trabajo no llorar al pensar en que había perdido a mi madre.

Ginés notó que estaba distraía y me tomó la mano, lo miré rápidamente y sonreí

— ¿Estás bien? —asentí
— Sí, todo bien —respondí.

Volví a mirar al frente y continúe así hasta llegar a casa.



Zasko's pov

— bien, ¿Cómo fue su primera vez? —preguntó Sibel a Elise. Abrí los ojos a tope.
— ¿¡Qué?! —mi chica me robó el diálogo
— Fue hace poco... —rió Chemi— Elise vino visitarme cuando Zasko no estaba, estábamos viendo una película y de pronto estábamos besándonos completamente desnudos. —alzó los hombros.
— Joder, tío es que no pierden el tiempo ustedes dos —respondí
— ¿Cómo fue la de ustedes? —preguntó Elise y Sibel.
— Fue chistoso —dijo Javi— no puedes enojarte Elisa —alzó la ceja ella.
— ¿Por qué lo haría? —sonrió
— Bueno, una vez cuando yo y Sibel ya estábamos saliendo, ya éramos novios, llevábamos un par de meses ya. —empezó sin responder a la pregunta que le habían hecho— Elisa se quedó dormida temprano como siempre, sus padres no estaban en casa y Sibel y yo decidimos ir a nadar un poco —sonrió, Elisa abrió su boca sorprendida
— ¿¡Tuvieron sexo en mi piscina?! —gritó, nos echamos a reír todos.
— Perdón amiga, pero la pasión no avisa solo llega —alzó los hombros Sibel. Elisa le golpeó el hombro.
— Me voy a vengar de ustedes dos algún día —la miré sorprendido
— primero invítame un café —dije juguetón, ella rió
— Tú cállate —me abrazó.

La verdad era que Elisa me parecía muy linda. Y reconocía que tenía un cuerpo precioso... Pero no lo sé.

¿Sabes esas veces en que no puedes pensar de manera sexosa de alguien? Así me pasaba con ella.

Quizás era que estaba tan enamorado de ella que no me preocupaba la idea de ser el primero en hacerle el amor, me preocupaba más ser el primer amor de su vida.

Me preocupaba más pensar en el futuro con ella, en quererla. En hacerla feliz.

No era que no me atrajera, porque lo hacía. Mucho.

Pero era como una balanza en la que ponía entre ser un pesado y presionarla a hacerlo o ser un chico tierno con ella.

Una balanza entre ganarme su corazón o su virginidad.

Y si un hombre me costaba trabajo escoger entre estás dos era porque en realidad no quería a la chica. Solo le gustaba físicamente.

Y a mi Elisa me gusta de todas las maneras. Admiro su inteligencia, su humildad. El valor que tiene para decir las cosas, para actuar con los demás sin ponerse caretas.

Admiraba el amor que tenía por los demás, y como se preocupaba por todos antes que preocuparse por ella.

Admiraba la manera en la que sin decirme nada me abrazaba y me besaba la mejilla transmitiendome el cariño que me tenía.

La miré, su sonrisa me calentó el corazón. Podía sentir que estaba perdidamente enamorado de ella, y lo sabía porque podía estar mirándola todo el día sin cansarme.

Era fanático de cada uno de sus movimientos. De sus gestos, de la manera tan linda en la que sus ojos se arrugaban cuando se ríe. Los pequeños hoyuelos que se hacían en sus mejillas.

Y como si pudiera leer mi mente, me miró a los ojos y soltó una risa ligera, delicada. La acerqué a mi cara y la besé.
Ella me acarició con sus manos y me besó de vuelta.

Y de pronto todo a mi alrededor había desaparecido. Solo estábamos yo y y ella dándonos un beso.

Y no quería nada más.

Dʀᴜɢs ~ Zᴀsᴋᴏ (🆃🅴🆁🅼🅸🅽🅰🅳🅰)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora