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Elisa's pov

Bajé del coche a toda prisa y corrí dentro del hospital. La señorita de la recepción me miró preocupada y se levantó.

Yo me recargué en el mostrador y con la poca voz tenía intenté hablarle.

— Vengo... —las lágrimas caían como locas, sollocé— Vengo a ver a Miñano Bernabéu, me llamaron hace...
— Sí, tranquila —me sonrió— La haré pasar hasta el área donde está su conocido, el doctor necesita un par de datos y luego podrá verlo. ¿Vale? —asentí— pero debe relajarse. Venga —me acarició el brazo. Respiré profundo y me limpié las lágrimas.

No quería que nada malo le pasara a Ginés por mi culpa, no quería hacerle daño de ninguna manera.

Una vez que estuve calmada, me pidieron mi identificación y me dieron un pase que colgué en mi cuello.

Entré al edificio más grande y entre pasillos llegué hasta un área de espera un poco solitaria.

La enfermera me dejó ahí y me dijo que el doctor de Ginés saldría pronto. Y me haría unas preguntas.

Así que mientras estaba sola, no podía dejar de pensar en lo que le habría pasado. Nadie me decía nada, no tenía la menor idea de porque había llegado ahí. O por qué me habían llamado a mi en lugar de a sus padres... O quizás los habían llamado y no habían respondido.

— Buenas noches —entró un doctor alto y rubio. Me sonrió y cerró la puerta— soy el doctor Guzmán, necesito hacerle un par de preguntas sobre su amigo y más cosas...
— Está bien, pero primero dígame algo doctor —me levanté— ¿Cómo está él? ¿Por qué está aquí? —me sonrió y se acercó
— tomé asiento —me senté con toda la preocupación— Su... —alargó la u
— Novio —acompleté, sé que no lo era. Pero si decía que era su amiga no me dejarían hacerme cargo
— Su novio Ginés ha ingerido un par de drogas en grandes cantidades. Alguien lo trajo aquí y lo dejó en la entrada —suspiré, ¿Quién?— le hemos hecho un lavado de estómago, estamos esperando a que salga del lavado para hacerle una reanimación y ver qué cosas resultaron afectadas con su sobredosis... —cerré mis ojos, todo esto era mi culpa— Necesito que llene esta forma y que firme para hacerse responsable de él —asentí— ¿es mayor de edad? —negué— ¿Cuántos años tiene?
— 17, este año cumpliré 18 —asintió
— ¿Ginés es mayor? —asentí— bien, entonces la dejo para que llene esto, búsqueme en el pasillo y la llevaré a ver a su novio —sonrió y se puso de pie— no se preocupe, estará bien —asintió y salió de la sala.

Miré las hojas que me había dado, preguntaban cosas simples, como si tenía adicciones, edad, y otras cosas.

Respondí todas y salí del cuarto, el doctor me miró y se acercó.

— ¿Listo? —asentí— venga, su amigo ha salido ya del lavado

Caminé tras él hasta una habitación individual con una camilla y un par de muebles, Ginés estaba recostado con la cobija hasta el ombligo y la típica bata de hospital.

— Lo llevaré a reanimación apenas usted termine de verlo, y a más tardar 4 horas estará listo para que pase a hablar con él —asentí— la dejaré sola —salió de nuevo dejándome sola con el inconsciente Ginés.

Me acerqué, tomé su mano entre las mías y le di un beso. Las lágrimas salieron de nuevo.

— te quiero —murmuré— por favor despierta y recupérate. Estarás bien, y tus ojitos volverán a brillar aunque ya no me miren a mi —sollocé

Solté su mano, besé la comisura de sus labios y salí.

El doctor entró de nuevo y junto a él entraron 3 enfermeros, pronto sacaron la camilla de Ginés y se lo llevaron.

— Puede esperar en la sala de espera o ir a casa. La llamaremos cuando salga —asentí

Me di la vuelta y entré a la sala que me dijo, me senté en el sillón y recargué mi cara contra mis palmas.

Escuché la puerta abrirse, y pronto unas manos me abrazaron

— Te juro que no sé porque lo hizo —esa inconfundible voz de Chemi me habló— solo sé que el Sema me llamó para decirme que él, su novia y una tía lo habían traído aquí. Y que no sabían que hacer.
— ¿Estaba con otra? —lo miré— Jo...
— Él te quiere —soltó— pero es un tonto orgulloso.
— Dios... —me limpié la cara— solo espero que esté bien
— ¿Qué te han dicho? —preguntó, suspiré
— Se provocó una sobredosis, le han hecho un lavado de estómago y ahora lo están reanimando —asintió— ¿Sabes por qué me han llamado?
— Ginés te puso como su contacto de seguridad —sonrió— sus padres no eran la mejor opción pero aún así debían ser los primeros, yo soy el segundo y tú eres la tercera.
— ¿Y por qué no has atendido tú? —pregunté
— Estaba con Elise —sonrió— apenas me enteré vine corriendo. Por cierto, tu hermano me dijo que iba a volver a casa. Que lo llamaras cuando salieran de aquí para llevarlos a casa —asentí
—Estaremos aquí un par de horas, ¿Quieres café? —me levanté, asintió
— Vamos, te acompaño —se levantó también y salimos de la sala directo a la recepción donde había café.

Iba a ser una noche muy pesada, sin duda.

Pero en verdad estaba asustada, y a la vez molesta.

Ginés se había hecho daño por mi puta culpa, y me atemorizaba pensar en que había una probabilidad de que no saliera como antes de aquí.

Chemi me miró con una sonrisa y me pasó el vaso con café. Le di un sorbo y regresamos a la sala de espera.

Nos sentamos de nuevo uno junto al otro, recargué mi cabeza en su hombro y suspiré

— Elisa, después de esto... —lo miré— no quiero que ustedes dos se alejen nunca más. Tú le haces bien, ustedes dos están hechos el uno para él otro. Y me duele ver a Ginés así.

Sonreí, ojalá estuviera en mis manos el regresar. Pero no era así, porque si por mí fuera... Jamás nos habríamos separado.

Dʀᴜɢs ~ Zᴀsᴋᴏ (🆃🅴🆁🅼🅸🅽🅰🅳🅰)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora