Hola, Soy Aspergay (Lapidot)

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Se Levantó, pero siempre con el pie derecho. Después se cepilló los dientes, para arriba y para los lados, como todos los días de su vida. Hoy es viernes, eso quiere decir que es día de hacerse un sándwich de mantequilla con mermelada para desayunar.

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Llegó a la escuela a las seis y media, su casa queda prácticamente al lado y no le gusta llegar tarde. Llegó al salón y se sento en su puesto, sacó el libro «La historia del cine», se lo ha leído más de cinco veces y en su cumpleaños número diecisiete le van a regalar otro. Se puse los audífonos y puso Laberynth's Pan Soundtrack, le ponen los pelos de punta el tema. Siempre a sido su película favorita del mexicano Guillermo del Toro, Ha estudiado a cada uno de los directores (o los que considera) que hicieron un cambio en la historia del cine, pero es quizás es del Toro uno de sus favoritos. Al llegar la maestra me puse como de costumbre: espalda recta, brazos al frente y saqué mi cuaderno de matemáticas y lápiz con la punta afilada.

Maestra: Buenos días alumnos--todos se levantaron--, hoy día tenemos una gran noticia...

Amatista: ¿Quemaremos la escuela? Eso me encantaría y creo que usted también--dijo con un tono burlesco.

Maestra: Serian tus notas que me encantaria quemar Amatista, por lo deplobables que son--con una gran sonrisa que hacia desaparecer a la de Amatista.

Peridot nunca entendió su humor, mejor dicho jamás lo ha entendido. «No seria vandalismo eso» penso Peridot.

Maestra: Lo que quiero decir es que tenemos una nueva alumna--miro la puerta hizo un gesto con la mano. Al hacerlo entra alguien, una chica, casi tan alta como Perla, pero no la supera por unos simples tres centímetros--. Su nombre es Lapis Lazuli, es estudiante de intercambio y estará aquí aproximadamente...--miró hacia arriba para acordarse y le dió una leve palmada en el brazo izquierdo a Lapis.

Lapis: Ah... Diez meses--concluyó.

La maestra, dijo lo de siempre se dicen una escuela secundária. Lo de tratarla como una nueva amiga, sentarla en alguna parte y todos los del salón teniendo expectativas sobre ella. Al sentarse Lapis, Steven le extendió la mano para estrecharla sin decir ninguna palabra, ella lo estrecha y al hacerlo ve que tiene una goma en la palma de la mano.

Steven: Es un pequeño regalo a parte mio--una chica alta, afroamericana empieza toser fuerte--. Bueno, un regalo de los dos.

Lapis: Muchas gracias.

Al ver bien la goma, vió que tenia escrito un mensaje.

Espero que te adaptes bien en estos días, amiga mía a nuestra secundaria...
¡BIENVENIDA!

Lapis no pudo evitar estar ruborizada y un poco alegre por el gesto. Miró por un lado y luego por el otro, y observó que un chica tenía un libro sobre uno de sus hobbys favoritos.