Hola, Soy Aspergay (Lapidot)

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Perla: No, no están equivocados.

Steven: Pero si lo decimos en serio..., mira el ejercicio llega al resultado que tu nos dices. ¿Qué opinas Amatista—Mira directo a Amatista, pero ella estaba atenta como Lapis dibujaba una cadena que empezaba con tres lineas y luego las cruzaba.

Perla: ¿Acaso  Lapis encontró la copia de del "Proyecto Manhattan"?—dijo con mucho sarcasmo y con sus manos hizo el efecto de  comillas. 

Steven le da un pequeño golpe en el hombro a Amatista y ella reacciona con un pequeño brinco.

Amatista: Que pasó, que pasó vamos ay, digo ¿alguien no puede distraerse por solo un momento?

Perla: Las estamos esperando Don Ramón a...

Steven: Que me pague los catorce meses de la renta que me debe— interrumpiendo a Perla intentando imitar la voz del actor que hacia del señor Barriga. 

Se produjo un silencio incomodo, pero se rompió cuando ellos se rieron hasta que no les dio más la voz, bueno, todos exceptuando a Lapis. Cuando dejaron de reír, la quedaron mirando. 

Amatista: ¿Están seguros de que no es un Robot y que se estropeo los circuitos?—diciendo le toca la mejilla izquierda múltiples veces. Hasta que Lapis dirige su boca donde el dedo de  Amatista. Si no fueran por sus reflejos, Lapis hubiese mordido—. Ay... Lapis... no sabia que me quería probar—lo dijo en un tono de picara. 

Perla: Hay momentos que me preguntó en que nos equivocamos cuando te adoptamos Amatista. 

Amatista: Un noventa por-ciento es la parte donde me controló y es debido a ustedes... y el diez por-ciento de pervertida proviene del orfanato. 

La curiosidad le vino de golpe Lapis, esto se dio cuenta Steven con su mirada, para evitar que le preguntase eso, le iba a distraer con otra pregunta, pero justo alguien tocó la puerta. 

***

"Si no me equivocó estoy más y más cerca", andaba caminando por la arena para llegar al fin a la casa de Lapis, al llegar a la playa vio la casa. Peridot se sentía nerviosa. Son muy pocas la veces que ha ido a casa ajena, por tanto no sabe como comportarse. Cada paso que daba el miedo y el nerviosismo se incrementaba, cuando por fin llegó a la escalera parecía que sus piernas no podían soportar su cuerpo, pero se detuvo estando en casi en el ultima escala una voz que provenía de la casa, los nervios salieron disparados de Peridot al enterarse que van estar más gente en esa casa. Tocó la puerta tres veces como de costumbre.  Al abrir la puerta, vio que era una chica bastante alta, con su color de piel se notaba que era afroamericana. Quedó confundida, ya que esperaba que fuese Lapis quien abriese la puerta. Por tanto se quedó parada solo observándola.

???: Hola... ¿qué necesitas?—sin comentaríamos en partes de Peridot—, Eres... ¿Peridot?—ella asintió la cabeza lentamente—, ya veo...

***

Cuando Lapis escuchó a Garnet en la puerta, se levantó de golpe y corrió hacia la puerta. 

Lapis: Ehm... ¿Garnet?—ella dirige su mirada hacia Lapis—, creo que viene por mi.  

Garnet: Ah okey—se va para adentro, dejando a Lapis y a Peridot.

Peridot: Si que es grande ella. 

Lapis: Eso no te lo niego, ¿y trajiste las cosas?—Peridot sacudió la cabeza en señal de aprobación—, genial, vamos entra...

Lapis se dió la media vuelta, y caminó unos pocos pasos, pero como no escuchó los pasos de Peridot, y así era, solamente se quedó en el marco de la puerta mirando para abajo. Lapis se devolvió hacia ella, y se agachó para que Peridot la mirase. 

Lapis: Oye, te dije que podías entrar, ¿qué pasa?—dijo todo esto agachada, pero los pies no soportaron más el peso, por tanto se acostó en el piso. 

Peridot: Es que... hay mucha gente en esta casa... y me siento un poco incomoda. 

Lapis se levantó del piso, y Peridot también subió un poco la cabeza para mirarla. 

Lapis: A ver déjame ver si entendí, quieres ser directora, pero no te gusta convivir con la gente...—Peridot sacudió de nuevo la cabeza en señal de aprobación—, vamos mujer..., si quieres algo siempre vas a tener que aguantar algo que no te guste para hacer algo que te guste. Vamos..., ¿acaso Guillermo del Toro no quiso mandar todo a la mierda en su película mimic, por culpa de Bob Weinstein? cada vez...

Peridot: Le pedían una que otra cosa para que fuese una mala película, pero al final al cabo la hizo—la interrumpió, pero de forma agradable, Peridot sin decir ninguna palabra, entró a la casa y miró a cada una de ellas. Los nervios los sentía como si quisieran salir por la garganta, junto con el resto de los músculos—, Hola mucho gusto, es un grato placer estar en su casa.