Hay tantas maneras para poder borrar nuestro pasado, y una de ellas es el ver nuestro presente.
Tomó mi mano y jaló de ella hasta el fondo del agua fresca con la única intención de hacerme mojar por completo tanto como el chillar del miedo. ¡Estábamos casi en el centro del mar! Sus manos tan pronto como notó que caería por las tantas patadas que aventaba, tuvieron que sujetarme desde la cintura para poder seguir en pie.
Trague saliva con fuerza.
—¡Por poco y caemos juntos! —exclamé con el corazón a medio latir.
Su risa sonora no tardó en salir desde su garganta y a los pocos segundos no pude mas que unirme a ella. Mientras reíamos, volvió a jalar de mi mano y esta vez no me llevó al mar, si no a nuestra palapa donde estábamos situados desde hace un par de horas. Ahí teníamos lo necesario para el almuerzo, para beber y para pasar el rato mientras no estábamos en el agua salada. Me senté en la manta cubriéndome el cuerpo con una toalla. Joel hizo lo mismo.
Me le quedé viendo en silencio.
Alguien como Joel simplemente no podía ser tan cerrado como era. Alguien como Joel merecía ser visto como en realidad era, no como quisiera que le vieran los demás por el miedo a que le riera de él. Si por mi fuera, ya todos le miraran diferente, nadie, absolutamente nadie le viera con fastidio y con ganas de golpearlo. Pero eso último estaba difícil, ya que Joel hacía temerles. A pesar de que podría ser un imbécil a veces, no le podía quitar que también tenía corazón, y cuando ése salía a flote, era el más envidiado. Pero lastimosamente esa actitud solamente se la llegaba a ver yo.
Cuando Joel sonreía, parecía el más feliz del mundo, cuando sus ojos brillaban, eran los más bonitos y especiales, y cuando hablaba… Dios, era la cosa más hermosa y admirable. Sin embargo, tenía que tener ese lado tan odioso que daban ganas de jamás hablarle, pero podía entenderle, él era aquella persona que estaba entre la espada y la pared, que estaba entre elegir que es una de las cosas mas feas que puede haber en el mundo. Apenas era un adolescente y ya estaba en eso, ¿cómo así?
Esa actitud, eso de posesivo, de frío y brusco con los demás no era algo que debía ser admirable de él, y que los demás tuvieran que ver. Estaba desde nuestra niñez y era algo extraño para mi que aún no la cambiara a pesar de lo que pasó hace meses entre nosotros. ¿Qué no le afectó como lo dijo? ¿Qué no experimentó el hecho de que se haya alejado la única persona con la que podía mostrar ser el verdadero Joel? Ese cariñoso y simpático Joel. Ese cursi y con intenciones de ver feliz a la otra persona. ¿Qué no tuvo suficiente?
—¿Qué tanto me ves, Gis? —su sonrisa casi me hace llorar de lo tan llena que me hacía sentir.
¿Porqué tuvo que hacer lo que hizo? Había escuchado tantas mentiras que no podía evitar preguntarme cuál de todas las que me había dicho hasta el momento pudiera ser la verdadera, o si aún no me ha dicho la verdadera. Pero lo que más me cuesta evitar es si la quería escuchar.
—Tengo hambre, ¿tú no?
Volvió su mirada al mar y dos segundos después la fijó en mí de nuevo.
—No quiero comer más sándwich, ¿vamos a algún restaurant? —subió y bajó sus cejas expectante por mi respuesta, mas él ya la sabía.
—Sabes que si hablamos de restaurantes, a ti no te importa mi respuesta.
—Eso es cierto, andando entonces.
Me ayudó a levantarme de la arena y comenzamos a tomar lo que trajimos de casa. Después volvimos al departamento donde Joel rentó para cambiarnos e ir decentes a cualquier restaurant que Joel decidiera ir.
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Amigos No ©
FanfictionEn el instituto tanto como el Pueblo, dicen que Joel Pimentel es un chico frío, serio; Pero también dicen que es sexy y atractivo. Esta claro que se debe a su apariencia chico malo. Nadie de las chicas ha mencionado palabra con él. No pueden mostrar...