Capítulo 9

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Abrí la puerta del cuarto de la directora quien ya me había dado el permiso de pasar. Anteriormente ya había entrado al despacho de ella, mas sin embargo, el tener enfrente a una mujer de casi tres metros de alta, y con unas facciones demasiado duras y con mirada pesada, me ponía de los pelos de punta. Me incomodaba un poquito ya que a pesar de que era una mujer amable, siempre tenía ese carácter pesado cuando algo no le parecía. Y puesto que la mayoría de los estudiantes quedamos en que yo sería aquella alumna que le insistiera a la directora de que nos dé el permiso para hacer el baile de graduación en el salón de gimnasia, me ponía aún más nerviosa.

—Buenos días —salude amablemente a la mujer que estaba de pie en su lado del escritorio.

—Señorita, Hunter, buenos días —dijo con una sonrisa apenada. Supe enseguida su gesto de disculpa—. Lamento mucho el traerla de aquí para allá y no poder atenderla. Pero vea, sigo ocupada pero prefiero saber un poco de cómo va con el festival deportivo.

Frunci el ceño cuando se refirió a que seguía ocupada, después, me di cuenta que en el despacho tenía una pareja de invitados. Una mujer (que ya sentía su mirada desde que había entrado) que me sonría dulcemente, y al lado suyo un hombre el cual ni siquiera se dignó a saludarme o por lo menos verme. Aunque bueno, no me importaba el que me viera pero debía mostrar educación por lo menos.

—Siéntate, Gisell.

Le hice caso enseguida a la directora y tome asiento al lado de la mujer que parecía tener su sonrisa pegada a su rostro. Se le veía buena persona. En cambio, no podía decir lo mismo que su compañero.

Preste atención a la directora que ya hacía sentada en su silla.

—Cuentame cómo vas con los preparativos.

Con tres pares de ojos encima de mi, comencé a hablar sin ponerme nerviosa o el querer salir corriendo por la puerta.

«Controlate, Gisell. Termina de una vez por todas y sal ya.»

—El grupo y yo recién realizamos una junta y quedamos en que sería lo normal de siempre. Las farolas, cadenas, aperitivos, y un poco de música para ambientar. Alex es quien ha propuesto de que recaudemos fondos ahora que llegue el baile de graduación, mhm, bueno, si usted nos dá el permiso en el salón de gimnasia, obviamente.

Sentí un nudo en la garganta.

Jamás me sentí así hablando con más de una persona. Pero el hecho de que la mujer que estaba enseguida mio se sintiera tan emocionada y muy interesada en lo que yo decía, los nervios aumentaban cada vez más, así mismo como esa llama que amenazaba con incendiar el instituto completo.

«Y tú pensaba que sólo Joel te ponía así.»

—El baile de graduación en el salón de gimnasia, ¿por qué no? —se encogió de hombros, sonriendo.

—¿Nos deja hacer el baile de graduación en el salón de gimnasia?

—Por supuesto que sí. Han trabajado muy bien estos años y no es justo que se vayan con un papel muy mal de su antigua directora.

No pude evitar reprimir una sonrisa de alegría. Quise gritar, bailar ahí mismo de la emoción, pero era imposible, debía mostrar seriedad ante todo. Y aún más teniendo visitas la directora.

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