Capitulo 10. Te he fallado (1/3)

3.3K 300 108
                                    




Jennie K.

Rosé y yo tenemos una especia de pelea de miradas, ninguna de las dos dice nada y supongo que se ha enojado conmigo por lo que le he dicho, pero no pienso disculparme porque sólo le dije la verdad.

Tomó un sorbo de café, es el sexto que tomó. Son ya las siete de la mañana y aunque dormí un poco en la noche, me desperté rápidamente. La espalda y la cadera me dolían a horrores, pero no me iría del hospital hasta ver a Lisa.

Tiro el vaso del café a la basura y justo veo a una enfermera dirigirse a nosotras.

— ¿Lalisa Manoban? — Pronuncia el "Ban" como un "Bal" y me río.

Rosé y yo nos acercamos por inercia y ella nos mira a ambas.

— ¿Como está? ¿Puedo pasar a verla? — Dice Rose impaciente y pongo los ojos en blanco implorando por paciencia para aguantarla.

— Si se llama Jennie Kim entonces si. — Impone la mujer y sonrió levemente por sus palabras.

— ¿Que? Pero soy su mejor amiga.

— La señorita Manoban aún está demasiado sensible a la luz y al ruido, solo ha autorizado la entrada de Kim Jennie y de los señores Manoban. Eso significa que usted no puede pasar.

Rosé deja caer sus brazos a sus costados en modo de frustración.

— Yo soy Kim Jennie — Digo después de unos segundos.

La enfermera asiente y me guía hacia la habitación de Lisa. Me da algunas advertencias antes de dejarme pasar a la habitación número 504. El frío de la habitación me recibe, todo esta en completa calma y todo esta prácticamente a oscuras, las cortinas están cerradas y tan solo algunos rayos de luz de mañana entran permitiéndome ver un poco.

— ¿Jennie? — Pregunta tan pronto cierro la puerta y me regaño mentalmente por ser tan brusca.

— Aquí estoy — Camino hacia ella. Me mira por unos segundos con ojos cansados y no se preocupa por sonreír, cierra sus ojos nuevamente como si le costara mantenerlos abiertos. — ¿Estas bien?

— No

Me pongo a su lado y veo los cables por sus brazos. No son muchos, quizás tres o cuatro. Hay cardenales al rededor de las agujas, parece demasiado delicada entre las almohadas que le dan apoyo a su espalda.

— ¿Que ha pasado? ¿Puedo saber?

— Tengo dos costillas rotas y una hemorragia interna por el golpe. — Murmura y siento el vendaje bajo la ropa de hospital que tiene puesta.

— Jimin es un gilipollas, yo me encargaré de que se arrepienta de lo que hizo — Advierto con la sangre caliente de la rabia. Tengo ganas de golpear cosas pero me abstengo por Lisa.

— No debes hacer eso, después de todo no es su culpa que yo sea tan débil.

Suspiró ante sus palabras, ¿por que piensa que tiene la culpa de todo? Esta claro que no es débil.

— No vuelvas a decir eso, Lisa. No te conozco mucho pero jamás diría que eres una persona débil... — Seco una lagrima rebelde que cayó por sus mejillas — Eres delicada, frágil físicamente...

— También emocionalmente lo soy, Jennie. — Susurra con la mirada perdida. — No me conoces lo suficiente pero si lo hicieras sabrías que...

— ¿Y porque no me dejas conocerte, Lalisa? — Preguntó perdida en sus ojos cristalizados.

— Porque cuando lo hagas te arrepentirás de estar a mi lado.

(...🌪...)

Roseanne P.

Seco mis lagrimas y salgo del hospital, ya no soy bienvenida allí, incluso Lalisa me debe estar odiando en este momento y esta en todo su derecho de hacerlo. Entiendo que lo que hice estuvo mal y en el fondo se que es todo mi culpa, pero soy una persona a la que le cuesta reconocer sus errores y es un gran defecto en mi.

¿A donde iré? Me han quitado mi apartamento, no quiero volver al bar y no puedo ir a casa de Lisa. La única opción que me queda es ir a ver a mi madre y odiaría ver la cara de decepción que pondrá al verme.

Suspiró tomando el dinero que queda en mi bolsillo. Son dos mil won y es lo preciso que me queda para pagar el tren que me lleve hasta allí, a las afueras de Seoul.

Al entrar allí, consigo un asiento pero cuando lo quiero tomar una señora mayor me exige que se lo dé. Me levanto y me quedo parada durante las dos horas de camino, me siento muy agotada y supongo que tan solo es otra consecuencia de lo que estoy haciendo con mi vida.

Antes de llegar a mi antigua casa, paro en una fuente para lavar mi rostro y tomó un poco de agua para luego escupirla. En el reflejo del agua, veo porque Jennie insistió en que me cambiara de ropa. Saco las mentas que me ha dado hace unas horas y tomó una para el mal aliento. Luzco horrible y demacrada, mi cara se ha vuelto más delgada y tengo los labios resecos. Mis ojos se ven hundidos y tengo unas grandes ojeras bajo ellos, de veras luzco horrible. Logró verme como una persona decente solo por la ropa que Kim me ha dado, supongo que no es tan mala después de todo.

Camino cabizbaja por el humilde barrio. Cuando era pequeña solía prometerle a mamá que la ayudaría a salir de esta situación, al final no ha sido así y es que me he rendido en medio del camino.

— ¡¿Rosie-Unnie?! — Exclama una voz chillona y giro la vista para encontrarme a una pequeña ñiña con dos coletas viniendo hacia mi.

Te he fallado, ¿podrás perdonarme?

(...🌪...)

(1/3) 💜

¿Como no desearte? {Jenlisa} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora