Capitulo 17. Te encontraré

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Lalisa M.

— ¿Me extrañaste, pequeña Lisa?

Miró hacia atrás buscando esa voz, pero parezco estar sola. Hay mucho fuego a mi alrededor, me ahogo. Chillo con fuerza y busco alguna salida, pero estoy encerrada y ni hay forma de que alguien me ayude o me escuche.

— ¡Ayuda! — Grito lo más fuerte que puedo.

— Nadie te va a escuchar, niña tonta. — Me empuja hacia atrás. Veo sus ojos cargados de fuerza y su sonrisa cínica, golpea mi estómago de forma impotente — ¿Me has extrañado, pequeña flor?

No.

— ¡No! — Despierto exaltada, con la respiración agitada y la vista nublada. Me inclino hacia adelante con rapidez y tomó mi cabeza entre mis manos.

Todo esta bien, fue solo una pesadilla.

— ¡Lisa! — Siento la voz de mi nana. Acaricia mi espalda y trata de ver mi rostro, pero se lo impido.

Tengo miedo.

Respiro y tomó grandes bocanadas de aire para calmar mi agitado corazón. Poco a poco me calmo, pero me cuesta. Lentamente acuesto mi espalda contra los almohadones y permito que Lucie seque mi frente húmeda por el sudor con un pañuelo. Toma una de mis manos y me doy cuenta que esta igual de asustada que yo.

— ¿Que ocurre, cariño? Por favor dime que te pasa — Dice al notar mi mirada perdida en su rostro.

— Tengo miedo, nana. — Murmuró como puedo y mis manos frías tiemblan.

Ella comprende que no puedo hablar en ese momento y asiente.

— Aún es muy temprano, linda. ¿Por que no intentas volver a dormir? — Sugiere y asiento.

Busca en mi mesita de noche un calmante y me extiende también un vaso con agua. Bebo del cristal con rapidez y miró hacia el techo. De un momento a otro me encuentro dormida y no siento nada.

Al despertarme, la luz del sol ilumina la habitación. Ha amanecido y confirmó la hora en el reloj de pared qué hay allí. Son casi las once de la mañana, significa me he saltado el desayuno y mis píldoras de la mañana.

Suspiró, me siento muy cansada. Como si no hubiera dormido nada aunque dormí por horas, los dedos de mis manos cosquillean y mis músculos están tensos. Me levanto ignorando los leves pinchazos de dolor en mis costillas, están mucho mejor ahora que han pasado dos semanas desde aquel incidente y ya no tengo que usar en vendaje.

Entró al baño de mi habitación y lo primero que noto en el espejo es mi rostro pálido y con ojeras. Bostezo y me lavo los dientes para luego tomar una larga ducha de agua caliente, que clama mis músculos y me permite retirar aquel incómodo nudo de mi garganta.

Cuando salgo puedo respirar en paz y no me preocupo por mi imagen, solo me pongo un pantalón deportivo y un hoddie amarillo, maquillo un poco mis ojeras solo para no preocupar a nadie y dejo que mi cabello seque al natural aunque eso signifique que después esté un poco rizado.

Bajo las escaleras con lentitud y pereza para ir por mis medicinas. Me parece extraño que Lucie aún no haya insistido para que las tome, ella siempre se preocupa por eso de sobremanera.

Al bajar, me extraño al escuchar las risas y voces. Tardo un poco en descifrar que una de ellas es de Lucie, me confundo al escuchar una voz joven y masculina.

¿Acaso es Kai?

— ¿Nana? — Pregunto al llegar al livingroom y cuando lo hago, veo a aquella figura masculina de espaldas.

Mi nana me sonríe y mira levemente a la persona frente a ella. Muerdo mi lengua cin nerviosismo y me acerco a paso lento a mi nana.

— Ha venido alguien especial a visitarte. — Me dice cuando estoy a medio camino y antes de que pueda reaccionar la persona frente a mi nana me mira

— ¿Jungkook?.

(...🌪...)

Jennie K.

— No lo entiendo, Yoongi. Yo no era así — Murmuro con la mirada perdida hablándole a mi amigo.

Min Yoongi, habían distintas formas de describirlo dependiendo de la persona que lo hiciera. Para mi era mi mejor amigo, mi confidente, ese que alguna vez había sido mi novio frustrado y que era capaz de escucharme por horas sin decir nada en lo absoluto. Solo escuchando y mirándome con esa cara indiferente y analizando mis palabras.

— Yo tampoco te entiendo Kim, ademas... ¿No te gustaba la chica del collar? — Pregunto haciéndome caer en cuenta de mi amor platónico, uno al que ni siquiera conozco.

— Si pero... No conozco a la chica del collar, no recuerdo su nombre, no recuerdo su rostro... Solo las sensaciones. Con Lisa es diferente, puedo observar sus ojos y darme cuenta de que está allí, no es una ilusión. Es real, y es para mi. — Digo volviendo mi mirada al techo de su taller.

— Entonces decide cuál de las dos te gusta más.  — Propone como si fuera obvio y lo fulminó.

— No se cual de las dos me gusta más, tonto. — Digo como si fuera algo obvio.

Min se ríe en mi cara irónicamente y se queda burlándose de mi por unos segundos en los que lo fulmino con la mirada. — ¿Como que no sabes cuál te gusta más?

— Pues eso. No se cual me gusta más. — Me encojo de hombros — Aunque no conozca a la chica de la fiesta, se que si probé sus labios esas noche. Su cabello era claro, largo. Su rostro era pequeño, como el de una muñeca, cabía entre mis palmas. Tenía un labial rojo, lo sé porque el tono de mis labios al día siguiente. Era muy adictiva, olía a coco. En cambio... Lisa es dulce, es perfecta en muchos aspectos. Nunca tienes suficiente de ella, siempre quieres más...

— Es suficiente, Jen. — Me corta — Ambas están muy parejas, no tienes nada claro. Tienes que decidir si te gusta "L.M" — Hace comillas con sus dedos debido a que no sabemos su verdadero nombre — O Lalisa.

— Es imposible, ¿Como haré eso?

— Encuentra a L.M. Una vez que lo hagas, pasarás tiempo con ella y te darás cuenta si quieres estar con Lisa o con ella... Es simple.— Dice como si fuera muy fácil. ¿Como haré eso?

Te encontrare, L.M.

(...🌪...)

¿Como no desearte? {Jenlisa} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora