[- Deja de fingir que eres feliz con el , que él te hace suspirar como yo , que él te hace pensar como yo , que él hace que tu corazón lata como yo lo haga , deja de fingir que lo amas más que a mi]
Historia original . Fecha de inicio : 11 de Mayo...
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Lalisa M.
— ¿Jungkook? — Pregunto atónita y con el corazón en la garganta cuando lo veo.
— Hola, Lili — Se acerca a abrazarme y lo correspondo — Ha pasado mucho tiempo.
Lo miró fijamente. Ha cambiado mucho estos años, parece otro Jungkook y ahora no hay ni rastro de aquel pequeño y tímido niño que leía libros en el recreo mientras todos jugaban fútbol y me protegía de todas las ofensas y comentarios.
— No llores — Murmuro al ver sus mejillas surcadas en lágrimas.
Sin saberlo yo también me encuentro llorando mientras que mi nana solo nos mira conmovida desde una esquina. Nos volvemos a abrazar y tan solo en ese momento soy consciente de todo lo que lo he extrañado, de todo lo que lo he necesitado durante este tiempo sin darme cuenta.
— Joder, has crecido tanto — Murmura y yo río un poco.
— Lo dice el que mide casi dos metros — Murmuro irónica y ríe.
— Supongo que ambos hemos cambiado, Lisa. — Dice con una media sonrisa y asiento de acuerdo.
Jungkook fue desde siempre mi mejor amigo, incluso más cercano que Rosé en algunas ocasiones. Se crió conmigo, su madre trabajo mucho tiempo aquí en casa como una de las mucamas. Él se mudó con nosotros cuando yo tenía tres, recuerdo que algún momento debido a mis tratamientos no tenía cabello y me sentía muy mal por ello, Jungkook se rapó el cabello a ras y no lo dejo crecer hasta que el mío no lo hizo. Claro que no era lo mismo, pero me demostró siempre que estaría ahí para mi cuando lo necesitara. Me dibujaba mientras yo estaba en el hospital y me explicaba todas las clases, me enseñó a montar en hielo y me regaló a Luca, mi primer gato, es realmente especial para mi.
— Y... ¿Que ha sido de tu vida? — Pregunto cuando salimos al jardín. Nana nos prometió que nos traería galletas de mantequilla, las que siempre comíamos Jungkook y yo de niños.
— En Busan todo esta bien. Mamá te ha enviado un regalo, es pequeño. Llegará con mi mudanza mañana. — Es lo primero que dice — Me han transferido a una facultad de medicina de una universidad aquí. Gane una beca y jamás hubiera podido pagarla ni en dos vidas. — Se encoge de hombros y la miró feliz.
— ¿Y cual universidad es? — Pregunto curiosa sentándome en la fuente.
— La universidad Nacional de Seúl. — Toma asiento a mi lado y me mira esperando alguna reacción.
Sonrió y lo abrazó otra vez, si, lo se, es demasiado.
