Capitulo 19. Madurez

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Jennie K.

Veo la casa de Bambam cerca, él debe de tener la lista de invitados de la fiesta de ese día. Aún lo recuerdo bien, fue un 28 de Julio. Un día después conocí a Lisa en casa de mis padres, jamás olvidaría aquellas fechas. Toco el timbre y ruego mentalmente que esté aquí, pero para mi desgracia, el que abre la puerta es Sehun, el mejor amigo de Kai y no se podía esperar muchas cosas buenas de él.

— ¿Tu qué haces aquí, Kim? — Pregunta con la voz brusca y lo miró a los ojos. — ¿Tan rápido caíste a mis encantos?

— Buscó a Bambam, no a ti, imbecil. — Digo después de soltar una risilla irónica.

— Bien que gritabas por este imbecil — Murmura acercando su rostro al mío. Lo empujó con rabia y le doy una mirada amenazante.

— Respétame — Ordenó y él se incorpora mirándome enojado.

— ¿Ahora pides respeto? Pfff, que tontería — Rueda los ojos pero los vuelve a poner sobre mi — Vete de aquí, Kim. Antes de que te grite tus verdades en la cara.

Mi pie patea su entrepierna antes de que me vaya de allí sin dedicarle una última mirada. Subo a mi motocicleta con la vista nublada por la rabia y conduzco a casa de Lisa. Unas cuadras antes de llegar, entró a una panadería y compro dos trufas de chocolate francés, Lisa me ha contado que le gustan.

— Jennie, cariño. ¿Has estado bien? — Pregunta la señora Lucie. Asiento y hago una pequeña venia.

— Si, ajhumma. Ha sido un día tranquilo — Miento — ¿Cree que pueda ver a Lisa?

La ajhumma niega con una pequeña sonrisa.

— No está, cariño. Ha llegado un amigo de lejos, han salido no sé bien a casa de Rose. Actuaban extraños — Murmura la señora arrugada mientras piensa — No deben tardar mucho, salieron hace horas.

Asiento y ella me invita a pasar. Como siempre me reciben con pastelillos que acepto gustosa, esta vez la señora también me ha ofrecido una malteada de fresa. Me quedo en un silencio incómodo en la sala y no puedo evitar quedarme dormida sobre aquel cómodo mueble recubierto de cera.

— Joder — Farfulló cuando me levanto por el dolor en mi cuello.

— Ese vocabulario — Siento el pequeño regaño de la ajhumma y la miró con una risilla nerviosa.

— ¿He dormido mucho? — Pregunto apenada y la ajhumma niega con una pequeña sonrisa.

— Dos horas. — Dice volviendo a mirar al reloj esta vez con un poco de preocupación. — Lisa no ha regresado. Necesita sus medicinas.

— ¿Y es que a cuanto queda la casa de la familia de Rose? — Pregunto y la ajhumma vuelve la mirada a la ventana.

— Unas dos horas en tren, menos si vas en carretera. — Dice perdida en sus pensamientos.

— ¿Quiere que vaya a buscarla, ajhumma?

(...🌪...)

Son sobre las seis cuando llegó a un pequeño pueblo un poco lejos de la ciudad. Hay algunas casas pequeñas al rededor de una fuente de agua pura, veo a varios niños jugando y como corren hacia una de las casas. La dirección que me dio la ajhumma no es exactamente precisa, solo me ha dicho que es una casa pequeña cerca de la Fuente, y todas las casas podrían cumplir con esos requisitos.

— Disculpe, señorita, ¿Se le ha caído esto? — Giro la mirada al sentir el llamado de un pequeño niño.

— No, eso no es mío... — Murmuró al ver la pulsera dorada con un dije de corazón. Me sorprendo al ver el nombre que tiene marcado.

¿Como no desearte? {Jenlisa} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora