Capítulo XIII: Abuso.

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—Yo... volveré a la cocina —Britt se fue casi que corriendo a ella pero aunque estuviera allí, se asoma en el umbral.

Amelia se tensó, pensó en huir de ahí pero no podía seguir huyendo de su pasado y sus malas decisiones.

—Puedo explicarlo; pensaba decírtelo...

—¿Cuándo? ¿En tu lecho de muerte? —Amelia frunció el ceño.

—¿Por qué escuchabas nuestra conversación?

—No me evadas, Amelia —La señaló—. Además, ¿para qué lo hiciste? Plata no necesitabas y... simplemente ese no era tu lugar. No entiendo qué coño hacías ahí.

—Para que lo sepas, en aquel tiempo sí necesitaba dinero y tú no eres quien para decirme qué puedo o no hacer con mi vida —espetó Amelia.

—Es verdad —Asintió lentamente y se levantó—, ¿quién soy yo para cuidar a alguien que no quiere ser cuidado? ¿Quién soy yo para preocuparme por alguien que no se importa a sí mismo? ¿Quién soy yo para querer a alguien más de lo que creía? —Gabriel caminó hacia la puerta, molesto y dolido.

—No estuviste. Cuando realmente te necesitaba, no estabas —habló Amelia sin girarse, las lágrimas caían pero se mantenía neutral.

—Fuiste tú quien me dijo que me fuera —Abrió la puerta pero no salió—. Cuando te llamaba, no contestabas, y dejé de insistir prometiéndome que te buscaría al llegar, y lo hice —La miró pero Amelia seguía sin moverse, se mordía el labio, le temblaba—. Si realmente me necesitabas, no te fueras ocultado y me fueras buscado —Salió cerrando la puerta tras sí.

Britt salió de la cocina y se sentó al lado de Amelia, abrazándola, mientras ella lloraba en silencio.

—Lo siento... —murmuró Britt—, si no fuera llegado de impertinente, nada de esto fuera pasado... —Amelia se separó de Britt y se limpió las lágrimas.

—No fue tu culpa, todo iba bien y no quería arruinarlo —Rió sin ganas—. La culpa fue mía por no contarle antes y por haber decidido ese camino... Todo en esta vida se descubre por más oculto que esté.

—También es de él por escuchar —Britt volvió a abrazar a Amelia—. La curiosidad mató al gato.

***

Cassandra veía un punto fijo, rememorando la muerte de Enzo. Se encontraba en una habitación de 3x2, estaba a oscuras y olía a húmedo. No había nada, sólo la Crawford encadenada.

La puerta se abre dejando entrar una tenue luz del pasillo junto a tres hombres. Y a uno lo conocía; por él, Enzo está muerto.

Él se acercó a ella y le acarició la mejilla. Cassandra estaba enojada, no quería verlo. Prefería mil veces que viniera ella y la torturara.

Cassandra le escupió en la cara.

—Púdrete —Él rió mientras se limpiaba el rostro. Y soltó un suspiro, negando con la cabeza.

Le dio una cachetada que hizo que escupiera sangre, la tomó del rostro y se acercó peligrosamente a ella.

—Es lamentable que no podré jugar contigo.

Él se alejó de ella y se recostó a la pared contraria, mientras veía como los dos hombres que venían con él se le acercaban y Cassandra comenzaba a gritar, aterrada.

***

Cassidy se subió al auto de Sandro,  Dallas iba en su auto con Kaiser y Antoni estaba en el suyo. Todos tenían hombres de Pietro y Gianfranco, menos Dallas ya que tenía a los suyos.

Vendetta. - [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora