Capítulo IV: Calma.

312 22 2
                                    

Sandro comenzó a despertar y bostezó. Estaba en el sofá de los gemelos con un libro sobre él, mientras Jasper estaba sentado en el suelo y recostaba su dorso en la mesa de centro, babeaba las hojas de su libreta.

—Maldito profesor que manda las cosas de un día a otro —murmuró Sandro.

Busco entre los libros y páginas, su celular. Jasper se despertó de golpe, con un ojo abierto y el otro a mitad de camino, se limpió la baba.

—Ya estudié lo que debía estudiar —El gemelo bostezó—. Si así será todo el semestre y lo que reste de la carrera, no sobreviviré.

—Es medicina, nunca dejarás de estudiar —respondió encendiendo el celular.

Eran las ocho de la mañana.

Sandro se levantó de golpe y comenzó a tomar todo lo que había en la mesa para guardarlo en su mochila.

—¿Pero qué te pasa? —preguntó Jasper dirigiéndose a la cocina— ¡Mira, hay comida!

—¡Son las ocho! ¡Vamos tarde! —gritó Sandro corriendo al baño.

—¿Qué...? —habló incrédulo, alargando la "é".

—¡Kaiser! —lo llamó su primo sin obtener respuesta.

Jasper caminó a la nevera notando un pedazo de papel en el refrigerador.

"Los intenté despertar pero parecían piedras. Ahí les dejé comida. Agradezcan.

Me voy, buscaré a las chicas... Ustedes verán cómo llegan a la universidad.

-Kaiser."

—¡Kaiser nos dejó a la mierda! —gritó Jasper y Sandro salió del baño con dentrífico en la boca.

—¡¿Qué?!

—Y nos dejó comida —Sonrió Jasper.

—¡Me interesa una pelota si nos dejó o no comida! ¡¿Cómo coño vamos a llegar a la universidad?! —gritó volviendo al baño.

—A mí si me importa la comida —protestó Jasper y se dirigió al baño para cepillarse—. Podemos llamar a alguien.

Sandro salió despavorido hacia su celular y comenzó a comer. Por lo rápido, por poco vomita.

Vio el primer número que le apareció.

«Durará más en llegar aquí, que nosotros corriendo a la universidad» pensó ignorando el número de su abuelo.

Marcó el segundo.

¿Hola?

—¡Tía Cass, necesito ayuda! ¡No me interrumpa! —demandó metiéndose una tostada a la boca—. Kaiser nos dejó en el departamento y tenemos que entregar un trabajo en unos minutos —Tragó y comenzó a toser, atragantado. Jasper llegó a su lado para golpearlo en la espalda y Sandro lo empujó—. ¡¿Me quieres sacar los pulmones, Jasper?!

—Múerete, entonces —Y se sentó a comer con el ceño fruncido.

Sandro bebió agua y respiró hondo.

—¿Nos puede buscar? —Sin respuesta. Sandro frunció el ceño— ¿Tía Cass?

Dijiste que te dejara hablar, ¿ya me toca? —Sandro estaba a punto de gritar, no estaba para los juegos y comentarios sarcásticos de Cassidy. Jasper le quitó el celular.

—¿Nos buscará?

—Voy saliendo pero dile a Sandro que no.

Vendetta. - [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora