Capítulo XI: Libertad.

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—¿Dama Blanca? —preguntó Dallas.

Cassidy ignoró la pregunta, y Sandro la miró de reojo.

—Explícanos —habló Cassidy frunciendo el ceño.

—Para que ustedes me ayuden, primero debo ayudarlos —Antoni tomó una foto y se la entregó—. Él es el causante de que las niñas estén secuestradas y el joven, tras las rejas, pero eso ya lo sabe Fitzgerald —Cassidy y Sandro voltearon rápidamente hacia él.

—De eso venía a hablarles, fui a ver a Kaiser y me sugirió que hablara con Sandro, pero llegó el señor Morelli —Cassidy asintió y volvió a mirar la foto—. ¿Quiénes están secuestradas?

—Mi hija y mi sobrina —Dallas imaginó a Destiny, él no recordaba su verdadero nombre. De seguro una es ella pero, ¿quién es la otra?

—¿Qué sabes de él, Fitzgerald? —Le mostró la fotografía.

—Es John Dager, proxeneta y está en el negocio de tratas de blancas tanto como comprador como vendedor. Tiene influencias, desapareció luego de un percance que tuvimos.

—¿Por qué Kaiser tiene problemas con él? —interroga Cassidy.

Dallas se quedó callado. ¿Debía decirles? Kaiser no lo había hecho, ¿por qué?

—Amelia... —murmuró Sandro.

Los tres lo miraron.

Sandro había captado todo. Y sabía que Cassandra sólo se la llevaron porque estaba allí.

Kaiser encontró a Amelia en el lugar, y conociéndolo, hizo un desastre.

***

John Dager se fumaba un puro cuando alguien tocó la puerta de su despacho.

—Quién —habló de mala gana.

Bob asomó su calva cabeza por la puerta, nunca lo mira a los ojos.

—Unas personas quieren hablar con usted —John lo mira bajando los pies de la mesa y dejando una fotografía de Cassandra sobre ella.

—¿Quiénes? —Bob abrió la puerta dejando ver a tres personas, él los reconoció y sonrió— ¿A qué se debe su visita?

Aquella mujer se adentró al lugar con los dos hombres detrás.

—Tienes algo que yo quiero y tú no necesitas, ya sabes, negocios —Sonrió.

—¿A la niña Crawford? —Dager estaba serio, no había podido jugar con ella y ya querían quitársela.

—No la necesitas —Ella se sentó en el escritorio, frente a él.

—Todo tiene un precio en esta vida...

—No te preocupes que eso es lo que sobra —Él sonrió aún más mientras ella tenía una mirada divertida—. Además, querido John, tengo otras propuestas.

***

Había pasado una semana, aún no tenían el paradero de las chicas y eso volvía loca a Cassidy. Con respecto a Kaiser, tenían un plan de escape pero Antoni no lo permitió. Él mejor que todos, sabía el manejo. Y si Kaiser escapaba, tendrían otro cargo.

Lo que hicieron fue buscar las cámaras del aeropuerto para tener pruebas. Tore necesitaba tener algo para trabajar y defender al O'Neill.

Kaiser caminaba por las celdas, todos lo miraban, aún era el nuevo. Una presa fácil para la manipulación. Pero él no se dejaban intimidar.

Vendetta. - [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora