Extra #5.

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—¡¿Te casaste con la chica?! —gritó Cassidy luego de detallarla por completo.

Los únicos que no miraron a la castaña fueron ellos dos.

La chica escondió inmediatamente la mano detrás de ella, tenía miedo de que le vieran en anillo y reaccionaran peor de lo que ya había visto.

La familia de Sandro estaba loca.

—Responde, Sandro —Él simplemente asintió y bastó eso, para que Cassidy se separara de él y subiera a su habitación a grandes zancadas.

Sandro comenzó a toser. Si no lo hubiera soltando, se fuera asfixiado. ¿Acaso Cassidy no perdía fuerza con los años?

La chica se le acercó para revisar que estuviera bien.

—Sandro... —habló Alessandro tomándose del puente de la nariz—, ¿qué hiciste, Dios mío? ¿La conoces al menos?

—Un año... llevo—respondió recuperando el aliento.

Cassidy bajó las escaleras corriendo con algo en la mano, y se acercó rápidamente a Sandro, dándole una descarga eléctrica.

—¡Cassidy, ¿estás demente?! —gritó Alessandro mirando el dispositivo.

Sandro estaba en el suelo, inconsciente, mientras la chica entraba en pánico moviendo a su esposo, creyó que ya era viuda con tan sólo dos días de casada.

—Kaiser y Dallas; lleven a Sandro al despacho —sin protestar, se acercaron al rubio y lo llevaron. Cassidy está loca y podía darles una descarga si no obedecían—. Tú y tú —Señaló a Alessandro y a la chica—, vamos.

Se dirigieron al despacho.

Alessandro podrá ser el Don pero cuando Cassidy se molestaba, ella era quien mandaba.

—¿Qué mierda acaba de pasar? —habló Britt.

Cassandra tomó a Cassidy del brazo, pero su madre no la miró, seguía mirando el pasillo, tensa.

Aaron, por su parte, sonrió y no les apartó la mirada de encima. Por fin hablarían las cosas y solamente podrían mejorar o empeorar la relación.

Quería pensar que sería la primera opción.

—Quiero hablar contigo.

Cassidy se volteó y caminó con ella hacia la cocina. No dijo ni una palabra ni tampoco expresó alguna emoción.

—Quiero pedirte disculpas... Sé que te herí con todo lo que te dije, soy una mierda, y cada día..., me arrepiento más de lo que pasó. Nada de lo que ocurrió fue tu culpa y no eres mala madre, eres la mejor. No creo que exista alguien que haya hecho algo parecido a todo lo que hiciste por mí... Sé lo que te costó, sé que también fue difícil para ti... No te odio, no podría hacerlo, mamá —Se le quebró la voz—. No podemos seguir así, no quiero. Por eso hice lo que estaba en mis manos para rehabilitarme. Yo...

—¿Algo más, Cassandra? —dijo apacible, algo que destruyó un poco más a la Crawford.

—Mamá, no... —sollozó Cassandra y la abrazó con todas sus fuerzas, sin recibir uno de vuelta—. Perdóname, por favor. No era mi intención. Yo no quise decirlo, fue un error. Por favor, mamá...

Vendetta. - [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora