Capítulo 8

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Dos días habían transcurrido, dos días en que las jóvenes hermanas se preparaban para irse. No podían ocultar que no fue difícil y doloroso. tenian que dejar la casa vacía antes de partir, esa casa en la que vivieron prácticamente toda la vida y en la que se crearon recuerdos inolvidables; aún así ellas entendían que ya se veía venir, no iban a vivir ahí el resto de su vida, pero eso no evitaba el gran nudo en sus gargantas.

Las pobres chicas estaban más que tristes por dejar el lugar donde crecieron, pero ambas sabían que era lo mejor por hacer.
Ambas fueron llevadas al aeropuerto por la propia Cat Grant, quien no pudo evitar despedirlas con lágrimas en los ojos y un enorme abrazo.

- Las voy a extrañar mucho mis niñas- lloró Cat aún en el abrazo.

-Nosotras igual- exclamó la joven rubia dejando escapar un sollozo al mismo tiempo que Alex.

-Te voy a echar de menos- Alex ya no pudo aguantar más y se derrumbó a llorar junto a su hermana antes de que se rompiera el abrazo.

- Ya, chicas, no lloren- dijo limpiandose los rastros de lágrimas en su rostro y acariciando las mejillas de ambas -Todo estará bien, ¿ok?, podremos hablar por videochat todas las veces que quieran. Y no importa lo que pase, sólo estoy a una llamada de distancia, así que por lo que más quieran, llámenme si hay una emergencia, ¿entendido?-

- Lo haremos- dijeron al unísono.

-Esta bien, tienen que irse antes de que las arrastre de nuevo a casa-  bromeó

- Adiós Cat, y en serio, gracias por todo- dijo Alex tomando las maletas para que las dos hermanas comenzarán a caminar hacia la entrada del avión.

-Cuidense ¡¿oyeron?! ¡¡las amo mucho!!- fue lo último que pudo gritar antes de ver a sus niñas irse.

ALEX

Cuando nos adentramos al avión, la azafata informó que estaban a punto de despegar, así que Kara y yo nos dirigimos rápidamente a nuestros lugares.

-Muy bien- miré a mi hermana - abrochate el cinturón- dije ayudando a Kara a abrocharlo.

-Puedo hacerlo sola- Kara regañó

-Lo sé, pero no hemos estado en un avión en muchísimo tiempo, desde que visitamos al tío Jhon hace casi diez años, así que quiero tomar precauciones- la verdad no recuerdo como se siente ir en un avión, debido a que el tío Jhon era el que nos visitaba a menudo, nosotras sólo viajamos una vez para visitarlo, y eso fue hace años.

- No creo que pueda ser tan malo-

Una horas después, todo parecía ir bien, puede que el despegue no haya sido bonito pero por lo menos a Kara le pareció divertido.

-Disculpen, señoritas- preguntó una azafata, tal vez de unos 45 años que  pasaba junto a un carrito con comida. -¿gustan algo para merendar?-

-Depende... ¿son gratis?- Kara preguntó y yo sólo me limite a mirarla con los ojos como platos para que se callara.

- Si señorita, viene incluido en su boleto de avión - informó. Desde mi lugar pude ver como le brillarón los ojos a mi hermana después de escucharlo. Ella casi me salta encima tratando de agarrar las cinco bolsas de frituras, dos de cacahuetes y una soda junto con una botella de agua.

-¡Kara!- remendé - no puedes abusar tanto-

- No se preocupe, tenemos de sobra aqui en el avión- explicó la azafata.

-¿Ah, si?- ella asistió, lo que para mi fue un interruptor activado y comencé a tomar tres bolsas de nueces y dos jugos. - Gracias- de pronto mi vista se dirigió a la ventana y pregunté - ¿sabe cuanto falta para aterrizar?-

En Busca De Tu CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora