Capítulo 14

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-¿Qué crees que estas haciendo?- preguntó Alex en cuanto vio a su hermana salir de la habitación con ropa real en vez de los pijamas que había estado vistiendo en los últimos 4 días.

-¡Vamos Alex! Ya me siento mejor- chilló Kara - No aguanto estar encerrada ni un día más-

- Kara, hace dos días tuviste fiebre-

-Fiebre baja- específicó la rubia.
Si bien Kara había tenido un pequeño resfriado después del susto en el estanque, ahora se encontraba mejor que nunca. -Estoy segura de que me hará bien tomar un poco de aire fresco-

-Kar, yo no...-

-Alex...- la rubia comenzó a hacer su famoso puchero y su cara linda para convences a su hermana, parecía la escena en vida del gato con botas.

- No, Kara, está vez no va a funcionar tu puchero en mi- la castaña trato de apartar la mirada ignorando las súplicas de su hermana. Pero Kara tenía su propia estrategia. Fingiendo su derrota volvió a su habitación y se tapó hasta arriba de la cabeza tratando de parecer lo más "sentida" posible. Alex al verlo trato de ignorarlo pero la culpa no tardo en apoderarse de su cuerpo.

-Solo un rato- cedió Alex.

Feliz de obtener el efecto deseado en su hermana mayor, Kara se levantó de la cama depositandole un beso en la mejilla.

-Gracias- con eso se dirigió a la puerta.

-¡No vayas tan lejos, ¿ok?! ¡Y no tardes mucho o iré por ti!- Gritó esperando que la joven rubia la escuchara.

KARA

¡Por fin, aire fresco!. Odie cada segundo estando ahí encerrada y más viéndome obligada a estar en una cama, pero por lo menos es mejor que estar en un hospital. Definitivamente mucho mejor.

Aún así me alegro que la situación no haya pasado a mayores, aunque debo admitir que he notado a Alex un poco angustiada, como si su mente estuviera en otro lugar; desearía ya no tener que preocuparla tanto.

Comencé a caminar lo más lejos que se podía del lago, la verdad ya me daba miedo pasar por ahí, prefiero evitar incidentes.

A lo lejos observe el campo campo de flores al que quería ir ya hace mucho tiempo, pero un ruido me detuvo, sonaba entre los arbustos; con un poco de desconfianza me limite a seguir caminando hasta que volví a escucharlo pero está vez más cerca. Me quedé mirando el arbusto un tiempo antes de que de la nada algo saltará de él y yo comencé a correr por mi vida.

Mientras seguia corriendo escuche ladridos detrás de mi y fue cuando me di cuenta de lo que en realidad me perseguía ¡Un perro! ¡Ay no no no! ¡¡¿Quiere morderme?!!

-¡Farley! ¡Vuelve aquí!- escuché la voz de ¿mike?; voltee para ver si era él y efectivamente lo era, pero por distraerme y no mirar el camino tropecé y caí al suelo. En cuanto toque el piso el perro no dudo en abalanzarse sobre mi, por un momento pensé que iba a morder toda mi cara pero al contrario sólo comenzó a lamerla.

-¡Oh!.. para, espera perrito- grité mientras reía -tranquilo- no dejaba de hacerme cosquillas con sus besos.

-¡Farley! ¡Levantate!, ¡no seas grosera!- regañó Mike a la vez que  me quitaba al animal de encima -¿Estas bien?- preguntó

-Emm... si, no me hizo daño- dije, pero creo que hable un poco pronto porque de repente sentí un dolor en mi pecho que hizo que colocará mi mano ahí.

-Hey, tranquila... ¿te duele? ¿te sientes mal?- me miro preocupado.

- No, tranquilo; sólo sentí como una punzada, a veces sucede- respondí acariciando al perro el cual se había acomodado y había puesto su cabeza  en mi pierna.

En Busca De Tu CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora