1. Luna De Miel

2.6K 240 11
                                    

La pareja tenía dinero suficiente para pagar el lugar más caro para su luna de miel pero claro que ese par son unos sentimentales a morir.

¿A dónde fueron? Al mismo bosque y la misma cabaña donde estuvieron la primera vez que hicieron de las suyas juntos. La temperatura fría del ambiente no les afectaba en lo mínimo pues lo que estaban haciendo les sube bastante el calor.

Se besaban con cuidado en el sillón Félix en el regazo de su ahora esposo mientras movía las caderas.

Chasquidos sonaban por todo el lugar cuando se separaban un poco. Sus lenguas jugaban entre sí, el Omega quitó la camiseta de su pareja dejándola en el suelo.

El moreno no resistió la tentación y se permitió acariciar la suave piel dejando algunos besos en la clavículas y cuello de su alfa.

Pronto su camisa también desapareció, el mayor rodó para dejar al otro debajo de él.

Changbin desabrochó el pantalón ajeno con lentitud para impacientarlo, el pelirrosa le reprochó con un gruñido que le causó ternura a su esposo.

Se los terminó de quitar y mantuvo una torneada pierna sobre su hombro para recorrerla con pequeños besos hasta la ingle y repitió la acción con la contraria.

El bóxer del menor estaba húmedo por el lubricante natural. El pantalón del alfa quedó en el piso, se acomodó entre las piernas del otro friccionandose a la vez que se fundían en un beso nuevamente.

Las últimas prendas desaparecieron entre las caricias y besos, Changbin había empezado a masturbar ambos miembros al mismo tiempo extasiado con los gemidos que libera el omega sin pudor.

-- Estoy. Ce-cerca - dijo entre jadeos.

Emitió un gruñido lleno de frustración al dejar de sentir al otro, sintió como dos dedos invadían su interior de una sola estocada y se movían con rapidez dilatandolo.

-- Te necesito, ahora - acunó las mejillas del otro.

No objetó pues también deseaba hundirse en él, alineó su miembro y fue enterrandose con cuidado, Félix arqueó su espalda enterrando su cabeza en el asiento.

El alfa no esperó demasiado para mover sus caderas en un lento y profundo vaivén al mismo tiempo que estimula los pequeños botones del menor.

Los movimientos aceleraron, el pelirrosa movía sus caderas al compás del ritmo que marcaba el otro.

Buscó un mejor ángulo pasando una pierna en su hombro logrando dar con la primer embestida en la próstata del otro robando un agudo gemido de los labios ajenos.

-- Maldición, Changbin - exclamó agudo.

Continúo maltratando su próstata con certeros golpes. Félix se convirtió en un perfecto desastre, las mejillas sonrojadas, el cabello revuelto, su boca entreabierta soltando balbuceos y pequeñas perlas de sudor.

-- Eres tan hermoso - murmuró ronco cuando llevó su mano hasta el miembro del otro para bombearlo.

Félix se corrió sin avisar pues el placer había nublado sus sentidos y no logró decir nada. El azabache al verse más apretado gruñó dejando salir toda su esencia.

-- Te amo, Lixie - dijo después de renovar la marca en el bronceado cuello.

El nudo creció impidiendo que el semen del alfa saliera, el pálido besaba el cuello de su pareja para distraerlo del dolor que le causaba el nudo.

-- También te amo, Binnie -- el pelirrosa meditó lo que acababa de pasar -. Vamos a ser papás -- susurró con una boba sonrisa en el rostro.

-- Si, bebé.

Unieron sus labios en un largo beso, sus lenguas luchaban por tener el control dejando morbosos sonidos.

En la noche el omega preparó la tina para meterse con Changbin y pasar el rato tranquilos.

El pelirrosa salpicaba de agua al contrario "accidentalmente" cuando chapoteaba en el agua, el alfa consiguió que se sentará frente a él, recargandose en el pecho de su mayor.

Félix se dejó llevar por sus instintos y comenzó a restregar su voluminoso trasero contra su entrepierna.

-- Eres un descarado - rió bajito Seo besando su nuca.

El alfa que estaba rodeando la cintura de su pareja bajó una mano para acariciar el miembro de Félix, Changbin levantó una ceja al notar que ya tenía una erección. Eso le explicaba que su olor se hubiera vuelto más llamativo.

Comenzó a acariciar el miembro del chico frente a él, mientras el omega continuaba restregandose.

Con la mano libre el alfa pellizco suave un pezón del otro.

El pelirrosa terminó en el agua y se giró para ayudarlo con el problema que el mismo creó.

Su estadía en aquella cabaña terminó, ambos rieron al pensar de la gente que se quedará ahí y no tendrá la menor idea de lo que estuvieron haciendo.

Condujeron de regreso a la ciudad, Félix se quedó dormido y su esposo se orilló para poder reclinar el asiento y sacar una manta de la cajuela para cubrirlo del frío clima.

La temporada de las nevadas se acercaba y la temperatura comenzaba a bajar. Se apresuró en llegar, de vez en cuando desvía su mirada para asegurarse de que estaba bien.

Se estacionó fuera de su casa, primero abrió la puerta y después levantó al menor en brazos para llevarlo hasta su cama cubriéndolo con las cobijas. Besó su frente y bajó las maletas.

Cuando regresó a la habitación se encontró con la tierna escena del pequeño tallando su ojo con el puño y sus labios abultados.

-- ¿Por qué no me despertaste para ayudarte?

Se acercó hasta su pareja y se acomodó a su lado cubriéndose con la cobija hasta los hombros y abrazando al omega por la cintura.

-- Porque no era necesario - acarició con sus dedos las mejillas de Félix.

Disfrutaban sus aromas relajándose por completo en la compañía de su destinado.

-- Te amo, Seo Félix - comentó con una gran sonrisa su apellido con el nombre de su amado.

El nombrado se coloró hasta las orejas pero con una sonrisa igual de grande provocando que sus ojos se conviertan en dos líneas.

-- Te amo.

Su vida en Seúl [Changlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora