Una nueva vida

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Temari aprovechó la oportunidad en la cual su rubio amigo se retiró junto con el dueño de la tienda al cuarto trasero para que este pudiera ver si le agradaba el diseño de los símbolos, para poder acercarse a Mio y preguntarle por qué su coqueteo así al rubio, aunque también lo hacía para saber porque se molestó al verla hacer eso.

- Oye Mio, no es que me moleste – hablo Temari ocultando su molestia - ¿pero a que se debió eso con Naruto?

- Oh eso, es que me parece un chico muy guapo – respondió Mio con una sonrisa y con un liguero tinte rosado en sus mejillas – sus rasgos son muy exóticos, en especial esas marcas en sus mejillas que lo hacen ver adorable, aunque también le dan un aire salvaje – agrego mordiéndose el labio inferior.

- Ya veo – dijo Temari con un tic en el ojo.

- Disculpa la pregunta Temari-san, ¿Sabes si ese chico tendrá novia? – pregunto sin rodeos, sorprendiendo a la rubia.

- No, no la tiene, pero creo que en estos momentos eso es lo último que busca, ha pasado por mucho – respondió tan rápido como pudo, sintiendo como su enojo comenzaba a crecer lentamente – en todo caso, ¿Solo por sus rasgos es que te gusto tanto? – cuestiono con una ceja levantada.

- No solo eso, tiene una espalda ancha, prueba de que es alguien fuerte, y las cicatrices de su pecho lo hacen ver misterioso, es un poco bajito, pero en lo personal yo creo que puede crecer bastante en algunos años – respondió con naturalidad.

Temari no dijo nada ante esa respuesta, pues tuvo que admitir que Mio tenía razón en aquello que dijo, el rubio no solo se veía fuerte, sabía que era monstruosamente fuerte al igual que su determinación, y también tuvo que admitir que lo de la altura del rubio era algo que se podía solucionar con una buena dieta, como ya había pensado hace poco. El par de mujeres terminaron de hablar cuando el rubio y el dueño regresaron, con el primero ya con su camisa puesta con las insignias de los clanes de sus padres en cada manga, cuando la rubia vio que la asistente estaba por coquetear de nuevo con su amigo, en un movimiento rápido lo toma de la mano y lo jala hacia la salida, mientras se despedía y decía que ambos regresarían a su casa, haciendo énfasis, en que los dos regresarían a la misma casa, a lo cual la asistente parpadeo confundida, hasta que después de unos segundos, entendió la indirecta y suspiro en derrota.

La rubia caminaba por las calles de su Aldea tomada de la mano por su amigo rubio, muchas mis cabezas de aldeanos estaban girando en su dirección, sorprendidos de ver a la kunoichi más fuerte de la Arena tomada de la mano con un ninja rubio a quién ninguno de ellos reconoció, y su confusión solo aumento al ver que era un ninja de su Aldea. Muchas chicas miraban al rubio mientras se sonrojaban al verlo de pies a cabeza, para luego comenzar a susurrar entre ellas, los chicos solo miraban celosos la escena, pues muchos habían intentado salir con la rubia más fuerte de la Aldea, solo para ser rechazados con el mínimo interés.

Naruto estaba nervioso al sentir las miradas de nuevo, solo que esta vez suspiro y se recordó a si mismo que ya no estaban en su Aldea natal, este lugar no era la Hoja y nadie lo odiaba sin razón, después de estar caminando por un tiempo, vio como salieron de la zona comercial y ahora estaban en las zonas residenciales, deteniéndose al frente de una finca muy grande, la más grande de la zona, Temari al rubio al interior de su casa, viendo con una sonrisa como este se maravillaba de lo grande que era y se sorprendía de que solo fuera para tres personas.

- Bien, Naruto esta es mi casa y ahora la tuya por el momento, déjame mostrarte todo bien – comento con una sonrisa, obteniendo un asentimiento del rubio.

Temari guio a Naruto por toda la casa, mostrándole la gran sala de estar, pasando al comedor que estaba adjunto a la cocina. Luego lo llevo al segundo piso por las escaleras que estaban a un lado de la sala, al llegar arriba estaban en un pasillo el cual tenía varias puertas y Temari lo llevo a la primera habitación, abriendo la puerta, dejo que el rubio viera el cuarto, que contaba con una cama para dos personas, un gran armario, un tocador con un gran estante además de un baño adjunto.

Flor del DesiertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora