La propuesta

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Naruto salió de la Torre Kazekage a toda prisa y de inmediato comenzó a buscar a su amada, miro hacia todas partes, pero su silueta no era visible por ningún lado, corrió por las calles de la Aldea y cuando aun así no pudo verla, comenzó a saltar entre los techos para obtener una mejor visión, pero nada, seguía sin verla, busco en su hogar, los lugares que frecuentaba, todos. Su búsqueda comenzó a volver más y más frenética, pues el sol ya estaba por ponerse y seguía sin dar con un rastro de ella, comenzó a ponerse realmente nervioso, su respiración se volvió irregular debido a su desesperación, su corazón latía con miedo al no poder encontrarla y ante la posibilidad de que algo le pudiera haber pasado debido a su estado tan furioso.

El rubio sacudió su cerebro en busca de una pista de hacia donde pudo haber ido su amada rubia, hasta que algo hizo clic y la respuesta le vino de inmediato, no tuvo tiempo de gritar al cielo que era un idiota por no haberlo pensado antes, pues de un poderoso salto salió disparada hacia los terrenos de su cueva, donde una vez que llego a la entrada, su corazón se tranquilizó, soltó un suspiro cansado y su preocupación quedo atrás, pues apoyada en uno de los árboles, estaba ella completamente dormida con Kiara cómodamente dormida en su regazo, camino con cuidado hacia la figura dormida de su amada para no hacer algún ruido y ni despertarla, pero fue su pequeña invocación quien movió sus orejas al detectar el sonido y al levantar la mirada vio a su invocador llevarse un dedo a la boca, haciéndole una seña para que no hiciera ruido, a lo cual asintió y con cuidado salto de los cómodos brazos de la rubia y aterrizo en el pasto y comenzó a caminar en busca de otro lugar cómodo para dormir.

- Buena suerte, Naruto, la necesitaras – murmuro Kiara soltando un gran bostezo pues sabia porque la rubia estaba enojada pues ella la había estado consolado.

Al acercarse a su amada, el rubio pudo notar marcas de lágrimas secas en sus mejillas y se sintió sumamente mal por eso, había estado llorando muy probablemente de impotencia al ser forzada a ir a un lugar que odiaba y no poder hacer nada para evitarlo, se sienta a su lado y pasa un brazo por encima de sus hombros para luego darle un gentil beso en la frente, donde ella en respuesta sonrió débilmente y se acurruco más cerca de esa cálida presencia. Así permanecieron por cerca de una hora, donde Naruto seguía acariciando a su amada para que no tuviera frio, Temari comenzó a abrir los ojos lentamente, sentía que su cabeza estaba apoyado en algo firme pero suave y que un calor bastante familiar la estaba acurrucando, sabía que era, por lo cual, intento apartarse con rapidez al intentar ponerse de pie, pero su rubio la atrajo hacia su regazo y la atrapo en un firme abrazo, enterrando su rostro en su cuello, aun y cuando seguía luchando por liberarse.

- Déjame ir – ordeno aun estando muy enojada con su hermano y con su rubio por lo que querían obligarla a hacer – no quiero verte, ni a ti ni a Gaara, solo déjame ir antes de que te arranque la cabeza – advirtió con un tono peligroso, forcejeando más fuerte que antes.

- Nunca, nunca te dejare ir – dijo con seriedad enterrando más su rostro en el cuello de su rubia – siempre estaré aquí para ti, así como tú lo estas para mí – comento mientras besaba suavemente su cuello.

- Que me dejes, no pien... ahh... no pienso dejar... ahhh... aún estoy molesta – dijo entre jadeos y gemidos, seguía molesta, pero eso no evitaba que su cuerpo rechazara los toques de su amado – Ahh Naru-kun... que me... esta... me la pagas... - siguió forcejeando a medias pues lentamente dejaba de hacerlo al dejarse llevar por el placer de los besos de su rubio.

Naruto comenzó a besar con más fuerza el cuello de Temari, que comenzó a hacer su cabeza a un lado para que este tuviera más acceso, cosa que hizo, pues de inmediato recorrido su cuello de arriba a abajo con subes besos y algunos más fuertes, el rubio sonrió un poco victorioso al poder controlar el enojo de su novia sin recibir un golpe en el proceso, mientras esta ya ni recordaba bien porque estaba tan molesta, algo sobre el idiota de su hermano y el idiota de su amado.

Flor del DesiertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora