Capítulo 8

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Nota de la Autora:

Se recomienda leer el prefacio antes de leer este capítulo. Les tomará un minuto. Considero que es muy importante hacerlo.

Gracias.

*

Desde el incidente con la pelirroja, es decir, desde hace dos semanas, Geraldine, Marisol, Alba y Caleb partieron a la zona habitada de las Rosas y no han llegado. Fueron por noticias de Aren, principalmente para averiguar quién era esa pelirroja a quien nunca nadie había visto. Al principio me agobiaba la posibilidad de que se encontraran con encapuchados en el camino y los atacaran pero de inmediato me tranquilizaron: Eran cuatro, con armas reales y armas de valittu, además, yo no iba con ellos de modo que nadie los perseguiría.

También dijeron que regresarían donde la pelirroja para enterrarla pese a que Geraldine seguía demasiado afectada por haberla asesinado.

Así que me he pasado dos semanas con Finn recolectando para las comidas. Ya casi no hemos hablado, la tensión se instaló entre nosotros a partir de que a Geraldine se le ocurrió la brillante idea de revelar que él me gusta. No le he contado siquiera que estas dos semanas he soñado con la pelirroja, que a veces siento que me susurra al oído «ven conmigo».

Asimismo, durante estos días he estado practicando eso de juntar energía y hacer esferas. Esto también me lo he guardado para mi, tal y como Geraldine me aconsejó. Antier le lancé energía a una ardilla con la intención de derribarla de un árbol. No sucedió, pero noté que sus patas delanteras resbalaron del tronco.

Hoy hace un buen día, el sonido que produce la cascada calla la voz susurrante de la pelirroja y la voz de mis propios pensamientos catastróficos y pesimistas. Me encuentro aquí porque he venido a bañarme y a lavar el único vestido que tengo. Geraldine me prometió que pasaría a mi casa por mis pertenencias que siguen dentro de mi maleta. Cuando mi familia y yo nos marchamos del lirio y llegamos a las Rosas en un barco, nada más bajar caminamos todo un día para llegar a la zona habitada de las Rosas. Papá se hizo de una casa, dormimos, al siguiente día nos familiarizamos con la casa y al anochecer sucedió lo de Paige y Aren.

De manera que mis cosas siguen empacadas, no me di el tiempo de hacer lo propio.

Alba y Marisol protestaron cuando Geraldine me hizo aquella promesa. Se quejaron de yo era una chiquilla que se la pasa llorando porque extraña a su mami y a su papi y echa de menos las comodidades de su hogar, mientras que ellas se tienen que atener a lo que tienen.

—¡Nadie está aquí por gusto! —dijo Alba— y no me voy a prestar para atender los caprichos de esta princesita.

Lo de princesita lo dijo despectivamente, por supuesto.

No pude replicar, Alba tenía razón en todo, no lo podía negar; extraño mucho a mi familia y se lo he dicho muchas veces a Finn, quizá demasiadas. Geraldine, sin embargo, salió en mi defensa y dijo algo como:

—Me limpio el culo con tu opinión. ¡Cállate o te mato!

Por tanto, a Alba no le quedó de otra mas que fruncir los labios y guardar silencio ya que todos sabíamos que Geraldine sí que era capaz de asesinar a alguien.

Los chicos no han llegado, calculamos que lo harían en tres días. Así que heme aquí, lavando el vestido rosa pastel que le pertenecía a Geraldine.

A lo lejos distingo a Finn, se ha quitado la camisa y la ha sumergido en el río. Aparto la mirada...

Caracoles... creo que hace calor. Muy bien, de acuerdo. Creo que mejor pondré atención en la energía que estoy acumulando en mis manos; he conseguido hacer una esfera del tamaño de una sandía. Se siente igual de pesado pero la textura es algo así como el algodón, pero más finito. Esta esfera la lanzo contra el agua. No chapotea, como me hubiera gustado que lo hiciera.

Feint [Fillie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora