Capítulo 18

298 39 90
                                    

Y aquí voy, siguiendo a Finn rumbo a la habitación de su hermano Nick mientras me cuenta que Alison es tan cruel como Aren, y cuando se fue de la mansión se mudó a la zona habitada de las rosas confeccionándose una personalidad dulce y amable, de víctima para que la gente le tuviera confianza.

—Si Alison hubiese sido buena, hubiera convocado al pueblo a levantarse en armas y acabar con Aren —dice para terminar.

Lo que Sadie me decía en el bosque gracias su telepatía comienza a tener sentido para mi: Todo es una finta. Nadie es quien dice ser.

Qué fácil fue para Alison engañar a una chica que recién llegó al pueblo. Qué fácil fue engañarme y qué fácil fue creerles a todos los que me encontré.

Llegamos con Nick, Finn le pide empacar sus pertenencias más esenciales, equipaje ligero para un largo viaje. Nick tiene un aspecto turbado, sus movimientos son torpes, me recuerda a un niño de tres años que intenta valerse por sí mismo. Su comportamiento se debe a todo el tiempo que estuvo bajo las repercusiones del ritual.

Finn le ayuda y luego nos dirigimos a mi habitación. No tengo nada que llevarme, francamente no quiero nada que me recuerde a este lugar pero Finn insiste en empacar abrigos y suéteres porque nos tocará acampar en el transcurso del camino al Cempal y las noches suelen ser muy frías, ambos lo sabemos.

La habitación de Finn queda justo debajo de la mía, se lleva una chaqueta y se cuelga un morral lleno de especias, semillas y frutos secos indispensables para realizar su magia.

Llegamos a la planta baja, hay bastante agitación. Sadie lucha contra los encapuchados pero no con la misma habilidad y destreza con la que llegó.

—Aquí está el traidor —masculla un encapuchado avanzando hacia nosotros con toda intención de atacar a Finn.

Finn saca semillas de girasol y las lanza a los pies del oponente. Este inmediatamente se desmaya. Dos encapuchados más se aproximan y antes de que puedan lanzarnos energía, Finn saca otras semillas y repite el lanzamiento. Las semillas explotan al hacer contacto con el suelo y los encapuchados salen despedidos por los aires.

Sadie se ve exhausta, su piel ha cobrado un aspecto cetrino. Jadea y se esfuerza demasiado. Después de todo es comprensible su agotamiento: Derrumbó una pared, durmió a los encapuchados, luchó contra Aren, le regresó los recuerdos a Noah, nos hizo tener una visión...

—¡Nadie saldrá de aquí! —dictamina un encapuchado al tiempo que ataca a Sadie— ¡Son órdenes de Aren!

La pelirroja esquiva y contraataca. Finn lanza más semillas a los pies de los encapuchados, consigue quitarle unos a Sadie y ella se toma un pequeño respiro.

—¡La sanadora! —grita una mujer, su rostro no está cubierto. Me señala y tres encapuchados la esquivan. Me toman de los brazos y me arrastran consigo.

Finn se vuelve para lanzarles semillas a los que me tienen pero otro encapuchado le asesta un tiro de energía y se dobla de dolor.

—Dinos dónde está Aren, preciosa —gruñe uno— lo sanarás de lo que sea que le haya hecho esta maldita pelirroja.

Sadie vuelve al ataque; con un lanzamiento de energía mis captores se desploman. Me echo a correr a una esquina para protegerme. En eso, llegan Geraldine y Noah con su madre y hermana, respectivamente. Ambos se unen a la lucha.

—¡Noah! ¡Llévate a Nick, a Chloe y a mi madre! —grita Geraldine mientras le da de puñetazos a una rubia que me señaló— ¡Váyanse! ¡Los alcanzaremos!

—¡Nadie escapará! —afirma la rubia y escupe sangre. A Geraldine no le importa, la sigue golpeando.

Noah consigue que su hermana, Nick y la madre de Geraldine salgan de la mansión por los pelos. Él se queda y sigue luchando. No deja que los encapuchados salgan y los alcancen.

Feint [Fillie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora