Maratón 3/3

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Manhattan, Nueva York, Estados Unidos de América.

Narrador omnisciente

La bella limusina color negro paro frente al gran hotel de lujo, el mejor en Manhattan. La primera dama de México bajo de ella e inmediatamente los flashes se abalanzaron sobre ella, bastantes periodistas acosando a los señores Santana.
-Cuéntenos ¿que se siente ser la pareja ejemplo no solo para México, si no para todo el mundo? -. Escucho la primera dama preguntar a una de las periodistas.
-Agradecemos a todos tu tiempo, no hemos tenido un viaje favorable ya que hubo mucha turbulencia en el vuelo, pero estamos muy felices de celebrar un año más de matrimonio, me siento feliz por la bella mujer que Dios me dio-. Decía el presidente frente a las cámaras.
-Primera dama, díganos por favor que si siente tener a un esposo tan amoroso y comprometido como lo es el señor presidente.
Bárbara estaba físicamente ahí pero sus pensamientos estaban en otra parte.
-Perdonen a mi esposa, se siente un poco indispuesta por el vuelo, muchas gracias a todos-. Respondió el presidente al ver que la primera dama no ponía atención.
-¿Que te ocurre Bárbara? Me hiciste quedar en ridículo con toda esa bola de periodistas-. Dijo el presidente entrando al hotel y tomando a su esposa fuertemente del brazo-. ¡Habla carajo!.
-Podrías darme la llave de mi habitación por favor-. Dijo Bárbara sin ánimos de pelear.
-Nuestra habitación cariño-. Corrigió el presidente.
-Nuestra-. Repitió Bárbara fríamente.
-Vamos, quiero estar contigo-. Dijo el presidente plantándole un beso en la cabeza.

-Esta es la vida que me merezco-. Aseguró el presidente entrando a la habitación más lujosa del hotel.
-Seguro-. Respondió Bárbara sarcásticamente.
-Extraño tu cuerpo-. Susurro el presidente al oído de su esposa.
-Voy a bañarme-. Dijo Bárbara Intentando zafarse.
-No-. Respondió el presidente tomando por la cintura y pegando su nariz al cabello de la primera dama-. ¿Sabes lo mucho que me gusta tu cuerpo ?-. Susurro el presidente.
-Patricio suéltame-. Susurro Bárbara cerrando sus ojos.
-¡No!-. Grito el presidente-. Eres mi esposa, ¿acaso no te queda claro?.
-Me lastimas-. Respondió Bárbara y las lágrimas comenzaron a salir.
-Tienes que hacer el amor con tu esposo-. Susurro nuevamente el presidente.
-No quiero Patricio.
-Desnúdate-. Ordenó el presidente soltándola de su agarre-. Date la vuelta y desnúdate-. Ordenó nuevamente.
Bárbara cerraba sus ojos, deseaba tener el valor y coraje suficiente para decirle que no.
Rendida comenzó a darse la vuelta y a desabotonar su vestido hasta quedar en ropa interior.
-Eres mía Bárbara-. Susurro el presidente acercándose a ella y tomándola por la cintura.
Comenzó a besar su cuello y Bárbara únicamente apretaba sus ojos y sus puños ante la impotencia de no poder negarle nada al presidente. Tan solo deseaba que terminara ya y la dejara en paz.

-Bárbara apúrate tenemos un cena muy importante-. Dijo el presidente tocando la puerta del baño.
La primera dama se encontraba sentada a un lado de la tina de baño envuelta en una sábana color blanco, sus ojos estaban hinchados, y sus mejillas mojadas por las lágrimas que salían de sus ojos, había estado ahí por más de tres horas .
-Te cubres bien las heridas Bárbara no quiero escándalos-. Escucho nuevamente la voz del presidente.
La primera dama tomó fuerzas para levantarse de donde se encontraba, su reflejo en el espejo no le gustaba mucho, tenía morados cerca del ojo y el labio partido, tomó el maquillaje e intentó tapar las heridas que tenía en el cuerpo, pero no había maquillaje para tapar las heridas del alma.
-¿Por que tardas tanto siempre Bárbara?-. Preguntó en presidente al escuchar la puerta del baño abrirse.
-Estaba tratando de cubrir lo que tú hiciste-. Respondió Bárbara fríamente.
-Mira que bonita así, sin enseñar lo que es mío-. Dijo el presidente volteando a verla.

-Vamos mi amorcito que Francisco y Amalia Ventura no esperan-

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-Vamos mi amorcito que Francisco y Amalia Ventura no esperan-. Dijo el presidente.
-Pensé que veníamos a festejar nuestro aniversario-. Dijo Bárbara sarcásticamente.
-Que graciosa-. Respondió Patricio.
-No tengo ganas de ver a nadie Patricio.
-Pues te aguantas amorcito-. Dijo el presidente.

Bárbara se encontraba dentro de la limusina, afortunadamente ya no había tantos periodistas afuera del hotel, así que su salida fue más pacífica. El vibrar de su teléfono interrumpió sus pensamientos.

 El vibrar de su teléfono interrumpió sus pensamientos

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-¿Quién es?-. Preguntó el presidente.
-Mi madre, me envió una fotografía de Camila-. Respondió inmediatamente la primera dama.

-Me frustra mucho que Zamora sea tan irresponsable, ya debería estar aquí-

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-Me frustra mucho que Zamora sea tan irresponsable, ya debería estar aquí-. Dijo el presidente.
-Cierto que si-. Respondió Bárbara con su mirada perdida en el teléfono.

 Respondió Bárbara con su mirada perdida en el teléfono

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-Voy a llamarlo-. Dijo el presidente un tanto enojado.
-Si-. Respondió Bárbara sin levantar la mirada del teléfono.

 Respondió Bárbara sin levantar la mirada del teléfono

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-¡Maldita sea!-. La voz frustrada del presidente hizo que la primera dama levantara su mirada por primera vez desde que entraron a la limusina.
-¿Qué ocurre?-. Preguntó la primera dama con una sonrisa la cual era provocada por la persona de los mensajes.
-Zamora no podrá venir-. Dijo enojado.
-¿Por que?-. Preguntó confundida la primera dama.
-No lo sé, su madre está enferma o algo así-. Respondió el presidente restándole importancia-. Tendré que llamar a alguien más para que venga a cuidarte-. Dijo tomando su teléfono y marcando un número.
-¿A quién?-. Preguntó la primera dama intrigada.
-Buenas noches Achaga-. Escucho la primera dama decir a su esposo.

Buenas noches chicas, aquí les dejo un pequeño maratón, gracias a ustedes llegamos a los 11K😭😭 de verdad no saben lo feliz que me hace saber que mi historia les agrada🙏🏼 Estoy muy muy emocionada muchísimas gracias por leer y por tenerme paciencia para actualizar.
Este viaje a Nueva York será una bomba...
Muchísimas gracias de todo corazón 💕🙏🏼

The first lady (BARBARENA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora