Capítulo 31

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"He experimentado de todo, y aseguro que nada es mejor que estar en los brazos de alguien que amas."
-John Lennon

Canción sugerida.-Solamente tú, Pablo Alborán.

Narra Bárbara.

-Mi amor me escuchas-. Repetía una y otra vez mientras me sentaba junto a Macarena en la camilla y la abrazaba-. Doctor-. Comencé a gritar.
-Señora-. Dijo el doctor entrando a la habitación.
-Apretó mi mano doctor, ella apretó mi mano-. Dije con una sonrisa enorme, y el doctor me miró feliz.
-Ella va a estar bien señora, parece que le gusta escucharla-. Dijo sonriendo ampliamente-. Señora tenemos que revisar a la señorita, queremos ver los avances-. Volvió a hablar el doctor, y yo asentí dándole un beso en la frente a Macarena.
Salí de la habitación feliz, corrí y vi como Soledad cargaba un rosario en sus manos, tenía que contarle lo que había pasado, así de corrí hacia ella.
-¡Soledad!-. Grité emocionada.
-Bárbara, dime por favor ¿cómo viste a mi hija?-. Dijo angustiada y tomándome de las manos.
-Apretó mi mano Soledad-. Dije emocionada.- Ella va a estar bien, ella nos escucha-. Dije y las lágrimas comenzaban a rodar por mis mejillas.
-Gracias a Dios-. Dijo besando su rosario. Y yo asentí feliz.
-Soledad iré a tomar un poco de café, creo que me hace falta-. Dije sonriendo de lado.
-Claro Bárbara, yo iré a ver si me dejan entrar a ver a Maca-. Dijo devolviéndome la sonrisa.
Yo asentí y me dirigí hacia la cafetería, afortunadamente no había mucha gente así que decidí sentarme un poco a tomar mi café.

Tomé uno de los periódicos que había en la cafetería, quería distraerme aunque después pensé que no seria buena opción ver todas las desgracias que pasan en el mundo. Al final decidí leerlo, efectivamente el mundo estaba cada día peor, pero, había una nota, una nota que tenía una fotografía mía el titular decía "La primera dama y su guardaespaldas" comencé a leer y con cada palabra estaba horrorizada, el artículo fue publicado por el periódico de Amelia Ventura, y había entrevistas con Patricio victimizándose de todo, había fotografías de Macarena tirada bañada en sangre, estoy sin palabras, como
Pueda haber gente tan mierda en el mundo.

Tomé mi teléfono y decidí llamar a Patricio, tenía que exigirle que me respete y respete mi vida. El teléfono sonó cuatro veces hasta respondieron del otro lado.

-Primera dama-. Escuche la voz burlona de Patricio.
-Me explicas el artículo que Amelia se atrevió a sacar en el periódico-. Exigí.
-Pues solo es la verdad, necesito que la gente se entere la basura que eres, y lo solo que me quedé porque mi esposa es una maldita desviada-. Respondió en tono "triste"
-Patricio tú sabes que las cosas no pasaron como dice ese artículo-. Dije tratando de estar tranquila.
-Nadie va a creerle a una infiel como tú-. Respondió gritando.
-Todo es tu culpa-. Grite yo también llamando la atención de algunas personas en la cafetería.
-¿Mi culpa que mi esposa se haya enredado como una cualquiera con su guardaespaldas?-. Respondió irónico.
-Yo no soy feliz a tu lado, siempre tratando de complacerte para estar bien, pero tú nunca quisiste estar bien, mataste el amor que algún día sentí por ti-. Respondí con lágrimas en mis mejillas-. Tú te encargaste de hacerme sentir sola, no tenia tus brazos para sentirme viva, yo solo era un mueble más para ti, ¿que querías que hiciera? Que siguiera tirada llorando esperando que algún día mi esposo me tome en cuenta?.
-Ahí vas con tus dramas-. Respondió bufando.
-No, Patricio, no son dramas, y tampoco te estoy dando explicación de mis actos, nunca estuve tan segura de lo que hacía hasta que llegó Macarena a mi vida-. Respondí segura.
-Pues eso, mi quería esposita, te va a costar mucho, por querer estar jugando a la vida feliz-. Dijo enojado-. Tú vida es conmigo y lo sabes, eres muy injusta sabes?, cuantas quisieran ser la esposa de Patricio Santana-. Dijo gritando orgulloso-. Todos los lujos, esa ropita que traes puesta de diseñador, ya no la tendrás más, ese coche del año que manejó tu amante tampoco lo tendrás, ¿y sabes que más no tendrás?-. Pregunto feliz-. ¿Sabes que más no tendrás?-. Gritó esta vez.
-No me importan tus lujos, lástima que con todo tu dinero no puedas comprar el amor-. Dije sintiendo lástima por él.
-No tendrás a tu hija Bárbara-. Dijo en tono serio.
-No puedes quitarme a mi hija maldito-. Respondí alterada.
-Claro que puedo, y lo estoy haciendo estupida-. Dijo riendo-. Mientras tú estás allá llorándole a tu pobrecita yo estoy quitándote a tu hija-. Dijo y pude sentir cómo sonreía.
-Camila es mi hija Patricio y no puedes quitármela, yo soy buena madre-. Dije sin fuerzas.
-Una madre que no tiene moral para criar a su hija porque no es un buen ejemplo Bárbara-. Respondió feliz-. Camila se queda conmigo a menos que tú me pidas disculpas y regreses conmigo.
-Nunca Patricio, nunca voy a volver a ese infierno-. Dije llorando.
-Entonces nunca volverás a ver a mi hija-. Respondió sin más.
-¡Pudrete!-. Grité.

¿Alguna vez se puede ser feliz completamente?, me preguntaba a mi misma. Las miradas de todos al rededor estaban sobre mi.
¿Cómo saber cuándo algo va a valer la pena? Seguía preguntándome mientras tomaba asiento nuevamente, hace unos años atrás me hice esta misma pregunta, esperando una respuesta, sacrifique mi felicidad por mis padres, pensé que iba a valer la pena, siempre imaginé el día que el tiempo me diera una respuesta. El tiempo no habla, pero actúa.
Siempre he vivido sacrificándome por los demás. Mis lágrimas rodaban, eran abundantes sin freno, es tiempo de ver por mi felicidad, yo valgo la pena, nunca antes había estado tan segura, Macarena es lo que quiero.
Tomé aire tratando de limpiar mis lagrimas, pude sentir como alguien tomaba mi hombro y ofrecía un pañuelo.
Levante mi mirada y vi a una mujer, una mujer con ojos color claro, y cabello café y largo.
-¿Se encuentra usted bien?-. Preguntó con acento castellano y moviendo el pañuelo para que yo lo tomara.
-Si, si, muchas gracias-.respondí saliendo de mis pensamientos.
-Bueno, sus ojos y su rostro no dicen lo mismo-. Respondió sonriendo un poco.
-Si, bueno, tuve un mal momento hace unos minutos-. Respondí siendo sincera.
-Entiendo, usted no me conoce, y siendo sincera, yo tampoco la conozco a usted, pero puedo escucharla, si tiene algún problema puede contármelo, yo puedo quedarme aquí toda la noche si así lo desea-. Dijo acomodándose en su silla.
-No, como crees-. Respondí sonriendo un poco.
-Vengo de España, pero en realidad nací Aquí En México, soy latina-. Dijo guiñándome un ojo.
-Ya veo-. Respondí sonriendo ampliamente.
-Me llamo Emma, un placer-. Dijo extendiendo su mano.
-Bárbara López- respondí tomando su mano.
-Qué curioso, usted se llama como la primera dama de este país—. Respondió sorprendida-. Lo leí en un internet cuando me decidí en volver a México.
Yo no pude evitar reír a carcajadas.
-Si, claro, igual ella es una Diosa sangrona, Gracias a Dios yo soy una simple mortal-. Respondí aguantando la risa.
-¿En serio? Yo no la conozco, soy fotógrafa y pensé en hacerle una sesión a la primera dama, pero no quiero que me rechace-. Dijo preocupada.
-Bueno Emma, fue un gusto, ahora tengo que irme-. Dije levándome de la silla.
-Bárbara, aquí estaré para escucharte si lo necesitas-. Dijo sonriendo amablemente.
Yo solo asentí y tomé camino hacia la sala de espera, antes me detuve en la entrada de la cafetería y pude ver cómo Emma tomaba el periódico que unos minutos antes yo tenía en la mano, volteó a verme pero yo salí de inmediato seguí hacia la sala de espera, ahí estaba Soledad viendo por la gran ventana que tenía vista hacia un pequeño parque.
Mi corazón latía muy rápido, estaba decidida, iba a luchar por Macarena, el tiempo en su momento me dará la razón, todo habrá valido la pena.

hola chicas, me da muchísimo gusto retomar esta historia, estuve mucho tiempo en pausa, pero nunca estuvo en mis pensamientos dejarla. Espero que el capítulo haya sido de su agrado. Les envío saludos 🙏🏼

The first lady (BARBARENA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora