Capitulo 4

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-¿Perdón?-. Dije regresando a donde estaba ella.
-Que me ayudes a ponerme la ropa de dormir, por favor-. Dijo haciendo pucheros y por supuesto que no pude decir que no.
-Está bien, ¿en donde la encuentro?-. Dije nerviosa.
-Quizá en el área de lavado-. Dijo la señora.
-Bien, iré por el señora, ya vuelvo-. Dije y ella se sentó al borde de la cama.
Baje las escaleras cautelosamente y me dirigía al cuarto de lavado y efectivamente ahí estaba, era un vestido corto de seda color café claro, tome el vestido y subí nuevamente las escaleras, cuando llegue a la habitación y abrí la puerta me encontré con una Bárbara dormida me acerqué a ella y la vi durmiendo, por alguna razón me dio la necesidad de darle un beso en la frente pero me detuve, que demonios me estaba pasando. Desvíe los pensamientos de mi mente y me fui a mi habitación a dormir.

Eran las 6:00am y yo me encontraba desayunando en el comedor de los empleados en la cocina.
-Muñequita, la señora esta en el comedor y te está buscando-. Dijo Angelica con ternura dirigiéndose a mi.
-Gracias Angie-. Respondí levantándome de la silla y dirigiéndome hacia el comedor de los señores.
-Dígame señora-. Dije poniéndome de pie a su lado.
-Que nadie sirve la comida aquí.- grito la primera dama-. Prepárese que salimos en 20 minutos, si es que uno de estos ineptos se digna a servirme el desayuno, que para eso se les paga-. Grito viendo cómo Angelica y otras dos empleadas entraban con la comida al comedor.
-Esta bien señora-. Dije desconcertada por su cambio de humor, ayer estaba tan feliz. Me di la media vuelta para salir de ahí pero la voz de la señora me interrumpió.
-Yo no he dicho que se vaya señorita Achaga-. Dijo viéndome fijamente.
Y yo solo me limité a tomar el lugar que tenía anteriormente.
El desayuno transcurrió muy lento ya que la señora Bárbara se la pasó regañando y gritando a todo el mundo, el señor presidente no desayuno con ella, me daba mucha tristeza verla sentada sola en una mesa tan grande.

-Nos vamos Achaga-. Dijo la señora sacándome de mis pensamientos.
-Valeria tráigame a Camila pero ya-. Dijo la señora tomando su bolsa y caminando a la salida conmigo detrás.
-Mamita-. Grito Camila corriendo hacia los brazos de su mamá.
-Hola mi amor-. El semblante de la señora Bárbara se había suavizado al ver a su hija-. Hoy vamos a pasar mucho tiempo juntas-. Dijo cargándola y subiéndola al coche.
-¿ a donde las llevo señora?-. Pregunte feliz, amaba ver a la señora Bárbara contenta.
-A La feria-. Dijo sin dirigirme la mirada.
-Bien señora-. Dije y comencé a manejar hasta que llegamos a la feria.
Ayude a bajar a la señora y después a Camila, ella me sonrió y alcancé a escuchar  un "gracias" salir de su boca.
-Mira todos estos juegos nena, nos vamos a divertir mucho-. Dijo Bárbara emocionada.
Entramos al parque y la niña no paraba de gritar emocionada por todos los juegos que había. Nos dirigimos hacia el área de juegos para niños y Camila no parecía muy contenta.
-Mamá no quiero ir a los caballitos-. Dijo cruzando sus brazos y haciendo pucheros.
-Camila, ¿entonces a donde quieres ir? A las tacitas?-. Pregunto La señora.
-Quiero ir a la montaña rusa-. Dijo emocionada.
-¿Qué? No, no hijita estás loca no te van a dejar subir-. Dijo la señora Bárbara. Y Camila se echó a correr hacia la montaña rusa
-¡Camila!-. Grito la primera dama y ambas corrimos hacia la niña.
-¿Señor verdad que puedo subirme aquí?-. Pregunto Camila al encargado del juego.
-Claro que si, solo que tienes que subirte acompañada de un adulto-. Dijo el señor y me sorprendí por su respuesta, en mis tiempos solo me dejaban subirme al carrusel.
-Vamos mamá súbete conmigo-. Suplico Camila poniendo sus manitas juntas.
-Camila estás loca yo no me subiré contigo-. Dijo Bárbara un poco fastidiada.
-Macarena súbete tú conmigo por favor-. Suplico esta vez para mi.
-Cómo cree Camila-. Dije sonando normal y que mi "tengo miedo" no se notara.
-Tienes miedo!-. Dijo la señora Bárbara burlándose de mi.
-¿Quién yo?, claro que no señora-. Dije restándole importancia a su comentario.
-Yo creo que si-. Dijo y esta vez Camila se unió a su burla-. ¡Cómo puedes tenerle miedo a un juego y a una bala no!-. Dijo entre risas y yo parecía tomate de lo roja que estaba.
-Ven Camila-. Dije tomando a la niña de la mano.
Me encontraba sentada en el cochesito de la montaña rusa con Camila a lado, mis manos y frente sudaban por los nervios que tenia, Camila por otro lado estaba muy feliz con sus manos arriba.
El cochesito comenzó a moverse y mis manos sudaban cada vez más.
-¿Macarena estás contenta?-. Pregunto Camila volteando a verme. Y yo solo asentí ya que no era capaz de pronunciar una sola palabra.
El cochesito cada vez iba más rápido y yo me limité a cerrar los ojos y solo podía escuchar a Camila gritar de emoción, afortunadamente el juego se terminó y yo baje más rápido que un correcaminos.
Me encontré con la primera dama que parecía muy feliz ya que no paraba de reír.
-Esta muy feliz señora-. Dije sobándome el estómago ya que sentía que iba a vomitar.
-Y como no si tiene que ver su cara allá arriba-. Dijo señalando el juego mecánico.
-Yo solo estaba disfrutando señora-. Dije tratando de normalizar mi voz ya que estaba aún asustada.
-Ajá, con los ojos cerrados-. Dijo y comenzó a reír junto con Camila.
-Mire, las grabé mientras estaban allá arriba-. Dijo mostrándonosla el video y no pude evitar reír al ver mi cara.

NARRA BÁRBARA
Camila y yo nos encontrábamos comprando un helado ya que hacía muchísimo calor.
-¿Mamá podemos comprarle un helado a Macarena?.- suplico Camila y yo asentí.
-Ve y llévaselo-. Dije pagando el helado al señor.

-Maca, perdón, ¿te puedo decir Maca?-. Escuche decir a mi hija cuando me acerque más a ellas.
-Claro que si preciosa, puedes llamarme como quieras-. Dijo Macarena sonriendo.
-Esta bien, tú puedes llamarme Cami si quieres-. Dijo dudando ya que nunca había tenido tanta confianza con los empleados-. Te compramos un helado-. Dijo dándoselo felizmente-. Lo elegí yo, de fresa porque es mi favorito ¿está bien?-. Preguntó atenta a la respuesta de Macarena.
-¿Te cuento algo?-. Dijo agachándose quedando a la altura de Camila-. También es mi favorito-. Siguió y ambas sonrieron.

Mi mirada estaba perdida en la vista del camino de regreso a casa, Camila estaba hablando con Macarena sobre su vida en Mar de plata, y yo estaba perdida en mis pensamientos, porque es que mi carácter se suaviza cuando se trata de Macarena, yo soy una persona arrogante y fría, la gente me respeta, pero siempre que estoy con Macarena se suaviza, me hace reír mucho  y me hace sentir muy bien.
Salí de mis pensamientos y aún escuchaba la voz de Camila hablando amenamente con Macarena, llegamos a casa y yo estaba muy cansada, así que decidí ir a mi habitación.

-Hola amorcito-. Escuché decir a mi esposo al salir del baño.
-Estoy cansada Patricio-. Dije ya que aún estaba molesta con él.
-Deberías irte unos días a Monterrey, estás de pésimo humor Bárbara-. Dijo viéndome mal. Su teléfono comenzó a sonar y entró nuevamente al baño a atender su llamada.
La idea de ir a Monterrey no me era indiferente, así que tome la decisión de ir unos días a descasar.
-Patricio-. Llame a mi esposo por la puerta del baño.
-Que quieres Bárbara estoy ocupado-. Dijo de mala manera.
-Solo quiero avisarte que me voy a Monterrey unos días, me voy a llevar a Camila-. Dije emocionada ya que hacia mucho tiempo no iba a Monterrey.
-Ve tú, pero dejas a Camila aquí, tengo que hacer una campaña con ella para los niños huérfanos -. Dijo saliendo del baño.
-Cómo crees Patricio, no voy a dejar a mi hija, quien la va a cuidar-. Dije preocupada.
-Te recuerdo que también es mi hija, a parte para eso tiene niñera-. Dijo pasándome de lado.
-¿Estás seguro?-. Volví a preguntar.
-Vete ya antes que me arrepienta de haberte dado permiso-. Dijo viéndome fijamente y yo salí corriendo de ahí,

-Nana, necesito que empaques una maleta pequeña con ropa mía-. Dije tomando las manos de mi nana.
-¿A donde vas mi niña?-. Pregunto preocupada.
-Voy a visitar a mis papás-. Dije emocionada. Y mi nana subió para empacarme una maleta.
-Achaga nos vamos-. Dije saliendo por la puerta principal.
-¿Claro señora a donde vamos?-. Pregunto ayudándome a bajar los escalones.
-Al aeropuerto Achaga, nos vamos de viaje-. Dije animada.
-Claro, ¿Quiere que vaya por Camila?-. Pregunto abriéndome la puerta del coche.
-No Achaga, nos vamos de viaje solo usted y yo-. Dije sonriéndole y entrando a la camioneta.

Buenos días chic@s aquí les tengo un nuevo capítulo, espero que les guste y muchas gracias por leer 🙏🏼  se viene un viaje muy interesante para nuestras Barbarena 😍

The first lady (BARBARENA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora