¿Quién eres tú?

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¿Sabes que  es lo más  cruel de la vida? ¡Eso! ¡Que sigue pasando y no espera a nada. Simple  y sencillo  se va desvaneciendo como niebla en la madrugada!

Me despierto a media noche, con el impulso y  el deseo de tocar el piano. Ya las pastillas  no  hacen efecto ante el horroroso  e incierto futuro que me está  confundiendo y consume hasta el fondo.

Destapo el piano  y sus teclas me dan paz, paz igual que él. Pero  a pesar  del  amor y la agonía  que siento por  él, siempre hay algo que aún  aguarda en algún  lugar de este negro y profundo  abismo. ¿Quién  es él?
En mis sueños lo conozco tan bien, conozco la palma de su mano tan bien, pero en la realidad  ¡¿Quién  eres tú?!

¿Quien eres tú? El cielo  está  plasmado  en ti, y esa naturalidad al ser tú. Eso es lo que me enloqueció cuando te vi. No tú  cuerpo, sino la esencia  que destilan  tus pupilas azules, esa energía  de ángel  en sus pasos. ¿Quién  eres tu? ¿Por qué  me haces morir  de amor? ¿Por  qué  no logro encontrar  en  nadie  más  lo que  veo  en ti? ¿Quién  eres tú? Que no necesitas hacer nada más  que existir para hacerme desmoronar por  completo. No tienes que tocarme, no tienes que hablarme, no tienes que  sonreirme para que mi fuergo interior te adore. Eres tan apasible, tan lleno de amor, tan esclarecedor como  los  rayos de sol. 

¿Quién  eres tú? No sabes quien soy yo. Qué  haría  venir hacia mi? Si no soy nada en tú  mundo.

¿Quién  eres tú? Ese amor incontrolable que te tengo no tiene sentido, las noches haces nublar sin estar. ¿Podrías quererme? ¿Podrias amarme de la misma manera en la que lo hago? ¿Qué  me ha obligado  a internamente  en tu ser, en tú  existencia?

No. No sé  quién  es. Ni como duerme, ni que  come, ni lo que hace, ni mucho  menos a dónde  va, ni que le gusta  y que  no le gusta.

Pero te pienso, te pienso, a cada instante te pienso, y te extraño, como si ya hubiese vivido antes contigo. Siento tú  vacío  en mi, en mi pecho y mi cama. Me siento tan apartada del mundo, tan llena de tristezas y nostalgias. Pero ¿Quién  eres tú para ponerme  en esa situación ? Por que te pienso como nunca, y te extraño. Y te extraño. Y te amo, si tú  supieras  cuanto te amo. ¡Christopher! Absurdo, ¿No? Pero te amo, no sé  quién  eres, pero te amo. No sé  lo qué  haces, ni con quien vas, solo me vasta revisar  su cuenta  en Twitter para saber de ti. ¿ilógico? Pueden llamarle así. Pero  lo pienso, lo siento  mío.

Mi amor, a cada instante te extraño.

Las piezas del piano empiezan a sonar, las melodías  llenan ésta madrugada tan fría en que lo pienso. La mirada, queda fija a la pared frente al piano. Veo que esa pared está  muy vacía, más  vacía  que la nada. No hay nada, todas las demás  paredes de mi casa están  adornadas con algo; cuadros, flores, relojes. Pero esa  no  sé  porque no hay nada  en ese lugar.

Por mis  pupilas  reaparece  su imagen, tan desvaneciente y tan incierta que duele. Me siento  triste  y sola. Lo amo, y no puedo ocultarlo o negarlo. Lo amo, amo a mi rayo  de  sol. Y esa pared se refleja mi corazón, tiene de todo. Menos a él, a la razón  que lo hace latir. Escucho  a el piano llorar, llora como nunca, preguntándose; ¿Quién  es él? ¿Por  qué emergen  esas notas de mi? ¿Por qué  es tan importante para que yo viva?

Suena y suena. No hay tregua, y mi llanto aparece acompañado de silenciosos  lamentos mencionando su nombre. ¡Christopher! Te vivo, te siento  ahora. En ésta  madrugada sé  que  quizás duermes, o no; pero yo  estoy  aquí, ¡Escúchame! ¿Quién  eres? ¿A qué  haz  llegado  a inquietar  a mi  alma? ¿Acaso  Dios se ha olvidado de mi para darme ésta  agonía  que sufro por tú  amor?

Si  tan solo  pudiese hacer algo para romper  éste  dolor que se siente tan fino que corta. No me conoce, no sabe quien soy, no sabe de mi existencia y menos de mi amor, no sabe que en ésta  noche  y con éste  piano lo adoro con locura  y pasión.
No sé  quién  eres, pero  no quiero soltarte, no sé  quién eres, pero no me quiero quedar sin ti.
Me he enamorado de alguien  tan imposible. Me he enamorado de alguien  tan jodidamente imposible.
Es muy triste ver como  la esperanza se aleja, y en ella se va lo mejor  de tú  vida. Es tan triste ver como  el amor de mi vida se me es negado.

Las teclas no dejan de sonar, lloran y lloran y no detienen su  llanto que  sumerge lamentos  en la infinidad  para que en ésta  madrugada  fría  toque  sus mejillas  al colarse  por su ventana.

Dolor, ten piedad de mi. Frío  haz tregua, pues  no tengo su calor. No está  aquí, no sé  donde se encuentra. Solo  escucho  el murmullo  silencioso  de su nombre retumbar en mi pecho. ¡Christopher! No sé  quien eres, pero eres lo único  que anhelo en mi alma y corazón. Tus ojos color  del cielo mañanero. Su risa cálida como  el sol  del verano, su voz tan fresca como el olivo. Mi amante en la fantasía, mi única  alegría.   En mi mente, corazón  y cuerpo.  En la realidad, sueños  e ilusiones.

¿Quién  eres tú? ¿Qué  esconde esa sonrisa imparable e incontrolable.

Por fin, el piano se detiene y yo recuesto  mi cabeza en sus teclas, acariciando en lejano consuelo  que  me da.

Y mi corazón  no deja  de preguntar  ¿Quién  eres tu? ¿Quién  eres  Para tener tanta autoridad  sobre mi, y mis emociones?

Mis lágrimas  caen y me ahogo en lamentos. Puedo escuchar mi llanto, puedo  escuchar el llanto de las estrellas acompañandome en esta eterna soledad que  me ha dejado el amor imposible de aquel hombre del cual  nunca podré escapar.

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15/21.

Hola. Un nuevo capítulo. Espero que les esté  gustando. Espero su voto y comentario  sobre qué  les está  pareciendo. ¡Saludos!

Nocturne. (Chris Evans) |Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora