En un bar de Oasis.

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NARRA  ÁNGELA:

Observo a esa chica, triste y misteriosa sobre el escenario. Me ha parecido  un poco tonta pero agradable. Espero que no haga el ridículo en este lugar. Afina unos segundos  el piano y empieza su melodía. Observa al frente, las luces en sus ojos, sus dedos solo se conducen sobre las teclas sin miedo a que toque  alguna equivocada. Toca tan suave, tan ligero. La melodía  de la canción  de My heart  will go on. Suena estupendo.

Pero hay algo más  que me llama la atención. La postura de ella hacia el frente, toca infinito. Como si en su imaginación estuviera  tocando no para el público  que la observa boquiabiertos, sino para alguien más.  Parece que su pensamiento y su alma están  en otro lugar, en un lugar que la hace sonreír  como lo está  haciendo. ¿Será  alguien? ¿Será  algún  lugar? ¿Qué  pasará  por la mente de esa chica? ¿Le pertenece a alguien? Seguramente  sí. ¿Un amor perdido? TOCA con tanta pasión que parece no terminar. Cierra los ojos tratando de guardar un recuerdo  imaginativo, o quizá posar sobre  ese recuerdo  que ella intenta mantener con vida. Me mata la incertidumbre de ¿Qué  está  pasando en su corazón? ¿Qué  es lo que hace a esa chica  brotar ya unas lagrimas? La melodía  la está  inundando por  completo. Todos la observan pero ella no se da cuenta de nada  ni de nadie. Solamente  a quien le pertenece esa melodía. Ella definitivamente no está  aquí, no tiene  el control de su alma al darle la libertad  de deambular  por otro  lado. Al parecer usa el piano como conducto  hacia otra dimensión, a otra vida. A la vida que ella quisiera tener.

Ella finaliza, y todos le dan una  ovación a su gran interpretación. Pero ella no abre los ojos, quiere permanecer en ese lugar  unos segundos  más. Se ven lágrimas  en sus mejillas pero una sonrisa en su rostro. ¿Qué  pasará  con  ésta mujer? ¿Quién  es? ¿A qué  le debe tanta tristeza en sus melodías?

NARRA LA PRIMERA  PERSONA:.

-¡Valla! Si  que tienes talento.  _Comenta Molly.

-Es sólo que a veces me inspiro. _Digo. De pronto observo  a Angela. Y la noto rara. Me observa e intenta  hacelo bien.

-¿Pasa algo, Angela?_Le pregunto.

-No. Y a ti? _Pregunta  muy irónica.

-No.

-¿Y ahora si vas a contarnos  sobre la razón  de tu desvelo? _Insiste ella. El cigarrillo  en su mano ya está  por terminarse.

-No es nada. _Intento ocultarlo.

-¿No quieres desahogarte?_Pregunta  Molly, un poco triste.

-Es muy  complicado. _Bajo la mirada. _-No lo entenderían.

-Es muy sorprendente  la manera en la que tocas el piano. _Se acercan unos tipos a mi. Como de entre 40 y 50 años. Tres en total.

-Muchas gracias.  _me vuelvo  a ellos con una gran sonrisa.

-Qué  tal si las acompañamos?_Suplica  con una botella de Ron en las mano.

Yo observo  a Molly y Angela. Ellas cruzan miradas y aceptan.

-Claro. _Sonrie Molly.

Ellos muy alegres toman asiento en las sillas restantes  al rededor de nuestra mesa.

-Es para mi un honor conoces  a alguien  como tú._Me dice  uno de ellos. -Él  es Ronny, mi otro amigo  es Samuel y yo soy Ari

-Por favor! No es para tanto. _Me ruborizo.

-Tocas con tanta pasión. _Comenta el otro.-_En realidad ambas me fascinaron.

-Gracias. _Sonreimos ambas.

-Es tan sólo  en estos  lugares donde se pueden observar destellos de esa maravilla. _Argumenta el tercero.

-Claro. Solo  la tristeza es  capaz de crear algo  tan MÁGICO.
-Él  y la tristeza._Musito con calma refiriéndome a Christopher.

-Qué?_Escucha uno de ellos.

-Desamor he!_Comenta Ari.

-Es sólo  algo muy tonto. _Susurro apenada.

-Todos aquí  estamos por  algo muy tonto. -Dice Ronny. ¡Mírame! Yo me casé  por  segunda  vez y resulta  que sigo amando a mi primera esposa.

-Eso no es tonto. _Rio. _-Eso es estúpido en realidad.

Bajo la guardia. Y me quedo seria. Al parecer  todos quieren  saber sobre lo que me hace tocar el piano de la manera en lo que lo hizo.

-No quiero superar este amor.  _Ellos me escuchan  con calma y paciencia. _-Me hace  tanto bien.

-¿Y qué  haces aquí?_Pregunta  Ari.

-Él  es actor.

-Todos hemos conocido a alguien  qie finje querernos  bien.

-No, no me entiendes, Ari. _Digo. _-El es un actor de cine.

Todos  intercambian  miradas.

-Es tan difícil  creer, ¿No?_Digo.

-Bueno. Tu no eliges a quien amar. Pero... ¿Ese tipo de amor existe? _Pregunta Samuel.

-Bueno. Ves esta copa Samuel? _Digo.

-Sí.

-Tampoco  existía. Y un día simplemente  existió. Con un fin necesario.

-Cuando tocabas el piano en el escenario..._Pregunta  Angela desconcertada. _-Estabas tocando  para el actor, ¿No es así?

-Yo siempre  toco para él.

-No te juzgamos, amiga. _toma mi mano Molly. _-Sólo que es algo peculear.

-Lo amas.

-No he conocido  a alguien  que tenga el universo entero dentro. Él  sol, el cielo, la tierra, todo está  dentro de él.

Mis palabras al parecer los han dejado en silencio, inmóviles, intranquilos. ¿Será posible?

Al conocer  a Molly y Angela fue como conocer algo que ya estaba  ahí.
Salimos del bar a las dos de la madrugada, y no sé  como terminamos  en el baño de mi habitación, con varias botellas más de   alcohol.

Son las 6 de la mañana. Angela está  totalmente inconciente  en el suelo. Se quedó  dormida con  una  botella de vino en la mano. Molly no ha sido capaz de matar el dolor  en su alma, ella sigue sentada en la taza, con un cigarrillo en la mano, viendo hacia el infinito, tratando de encontrar  a su amor, al parecer el único  en la vida. Y para mi, la tina está  muy comoda, helada, pero cómoda. Con la mirada perdida pienso en el inmenso sol que  está  en su mirada.

Christopher Evans. ¿Por qué  haz llegado a mi vida sin llegar? ¿Por  qué  llenas mi vida sin estar?

Mis lágrimas  caen sin para. Y al final, siempre  termino junto a piano, dando melodía  a la gran tristeza que me causa la imposibilidad.




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11/21.

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Nocturne. (Chris Evans) |Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora