Nocturne. (Chris Evans) |Editando|

Es sólo una fantasía.

Sin darme cuenta, he pasado a formar  parte de la decoración  de ésta casa.  De ésta  vida. De éste  sentimiento.

Ya no entiendo  nada  de la vida, ya no comprendo cual es la realidad y eso  es lo que  me está  matando.
Ese cuadro  se ha convertido en mi vida, en mi existencia; ya no duermo, solo quiero tocar  el piano para  él. Chopin da la melodía y Evans me da la inspiración.

Me han felicitado por  mi buen  trabajo en el periódico, me han subido el sueldo, me han llegado  invitaciones de entrevistas; pero  nada importa. Ya nada importa.

A punto  de salir  de casa, para encontrarme con la vecina, tocan a mi pierta.

Mi rostro sin maquillaje, como la mayoría  de veces, unos jean y unos jersey blancos, porto una cinta  en el cabello  y la sonrisa borrada.

Corro por abrir la puerta. Pero es esa persona que a lo último  me imaginé  tener en casa.
Algo  tuvo que llevar  a esa persona  hasta  la puerta de mi casa.

-Mamá!_Susurro.

Ella solo se limita  a verme con enojo, con indiferencia. Al  verme , puedo observar  que traga  saliva y se pone firme ante mi.

-¿Qué  haces aquí?_Pregunto.

-¿Vas a dejarme aquí?¿Afuera?_Articula  fría.

-Pasa. _Actuo con simpleza.

Encamina  sus pasos hacia dentro, y obseva  el cuadro de Chris  en la pared, enseguida. Queda paralizada, al verlo.

-Haz cruzado los límites._Se vuelve a mí enseguida.

-Mamá  yo...

-Mamá  nada. _Interrumpe con voz de mando.

-¿Quieres tomar algo? _Le ofrezco.

-Quiero hablar  contigo , nada más . _-A eso vengo.

-Bien. _Señalo el sofá. _-Puedes hablar. _me  siento  frente  a ella.
Ella no me dirije  la mirada por  instantes. La aparta como si no quisiera  verme.

-Tienes idea de lo cuanto me preocupas? _Dice  en seco. _Se nota nerviosa, acaricia  sus manos con obsesión  sobre sus rodillas.

-No sé  cuál  sea  la intención con la cual  Veniste, pero  ruego  que te vayas._Le digo muy amable.

-Te estás  matando. _Dice.

-Es la vida que quiero. Y la tengo.

-Es una  vida  llena de alcohol, soledad y una  completa locura  por un chico el cuál  ni  existe._alega llorosa.

-¡SÍ EXISTE, MADRE!_Alzo mi voz.

-Te ordeno y espero que me obedezcas; deja ésta vida y regresa  a la ciudad.

-No es lo que quiero. _Bajo la guardia.

-Es por él ¿Verdad?_Señala enojada

-Sí  dejas  de atacarlo  te lo agradecería.

-Se te está  yendo la vida y no te das cuenta.

-Estoy bien, mamá. 

-Estás  muy  lejos de estar  bien. _Me analiza. _-Una vida sin hijos, sin esperanzas, sin control.

-Lo amo. No lo voy a negar. _-Eso querías  escuchar? Y sabes qué? Lo voy a esperar  mil  años. Por que  éste  amor es tan único, es lo único  hermoso que la "fantasía" me ha regalado.

-Por favor!

-Algo  que la realidad  jamás  me va a dar.

-Está  lejos  de tú  alcance para empezar.

-¿Por  qué he mamá? _La enfrento. _-Por que es un gringo? ¿Por que tiene dinero? ¿Cosas que ni siquera nosotros  soñamos? ¿Por  que no soy mujer para el? ¿Por  eso no puedo soñar con él?

-Por eso y muchas cosas más. _Responde sin dar su brazo a torcer.

-Por  eso me alejé de ustedes. _Mis lágrimas  caen. _-No me daban la oportunidad  de sentirme  yo misma.

-Tonterías.

-Él, en la infinita  imposibilidad me ha enseñado  más  cosas buenas que ni ustedes me han mostrado.

-¡ESE CHICO  ESTÁ  ACABANDO CON TÚ  VIDA! ¡ALLÁ! ¡AFUERA  TE ESPERA  UNA GRAN VIDA!_Grita dolida.

-Tengo un gran  trabajo, una casa, estabilidad económica y un gran  amor, y créeme  que  eso me vasta para sobrevivir.

-Quiero que cambies de trabajo, regreses a la ciudad y dejes de vivir en ésta vida.

-Quiero y puedo. _Sollozo en mi sillón.  Las lágrimas  de dolor  caen, mi  voz se ha debilitado. Ella  es tan fuerte, tan convincente.

-Déjame, mamá._Suplico. -Déjame  vivir  como  a mi  me  gusta.

-Yo solo quiero  que entiendas que, ésta  locura  no  te llevará  a nada.

-TÚ no entiendes que  lo que siento por él  no lo siento  por nadie  más?_Bajo  la mirada.

-Soy tú  madre. Y yo te voy  a decir lo que  quiero y tienes que  hacer. ¡Quieras  o no!

Mi corazón  está  temblando, éste dolor  es grande y me está  torturando. Yo lo esperaré  por mil  años. ¡Esto  me está  matando! ¡Dios dame piedad! ¡Tengo  algo que  hacer!

-Déjame  en paz!_Suplico. _-Déjame  sola  con mi  obsesión!

-Te doy dos semanas. _Culmina. _-Dos semanas para que  cambies  de vida y recapacites. ¡Ese hombre no es pars ti! Ni siquiera  en sueños.

Ella finalmente  se marcha, se marcha  dejándome  hecha pedazos. Algo  así? ¿Tan complicado? ¿Lo único  mío  es tan difícil  tenerlo?
Tendré  que  hacer lo que ella dice? O lo que  mi  corazón  demanda. Amarlo, amarlo con el alma  y esperar  por él, aún  así  pasen mil  años más? O darme  por vencida? Bajar la guardia  y meter todo esto en un cajón  y dejarlo  ahí?

Han pasado más  de un  mes. Las cosas  siguen  igual. La incertidumbre y la duda  no me han dejado  en paz, cada día  pienso en si es lo correcto en lo que  hago y dejo de hacer. No hay reacción de si algún  día estaré  con Chris  o no.

Mi madre ha venido a insistir  que me olvide completamente  de Chris, que busque una vida más  centrada  y responsabilizada.  Y creo  que me ha convencido. Me ha convencido  hasta de dejar mi casa, la que tanto amo, mi  llena de luz, bellas  flores, bellos cuadros. Y toco  por  última  vez. Nocturne suena  en el piano, al compás de mis dedos. Veo su retrato, en la pared, y no aparto la mirada  de él. Lo veo mientras  Chopin  le da sentido  a éste  amor.

Mis  maletas  están  ya en el auto, el cuál  me  llevará  de nuevo  a la ciudad. Todo esto se quedará  aquí, en la lejanía, en la soledad. Quise  llevarme  el cuadro, pero me lo prohibieron. Pero eso no significa  que  olvide ese sentimiento que tanto le da sentido  a mi vida. Esa persona  llamada Chris  Evans, que  por alguna  razón  llegó  a mi vida, aquel 4 de abril  a mi vida, y que  sin mediar nada, se quedó en mi alma, corazón y mente el  resto  de mi vida.

Bajo  la tapa del piano. Pero aún  siento  la  melodía  de Chopin en mi. Observo  todo. Todo está  cubierto  con sábanas  blancas. Y tiendo una sobre el cuadro, y una  sobre el piano. Todo ya listo. Mi llanto no sesa, pues  es lo único  que  tengo. Me alejan de éste, esto tan grande  que tengo, pero en mi corazón  siempre  existirá  alguien llamado Chris  Evans; alguien  que  me enseñó la magnitud del amor, la fuerza  de los sieños, y lo sólido de las ilusiones. Ver estrellas y creer en las cosas buenas. Alguien  tan puro, alguien  tan real. Hoy te dejo, pero se algo si estoy  segura. ¡Creo en ti, tanto como creo en Dios!

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20/21

HOLA. UN  NUEVO  CAPÍTULO. ESPERO QUE  LES  GUSTE.  YA ES EL PENÚLTIMO CAPÍTULO.

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