Tengo 27 años, en el próximo agosto cumplo los 26 y me decido a dejar que el tiempo me balance por la vida. No tengo amigos, ni familia cerca. Vivo sola, en un pequeño y acogido departamento en medio de la ciudad, en algún lugar de mi tercermundista país latino. Al rededor demasiado ruido, en mi pequeño departamento silencio inagotable; cálido y depresivo. Salgo del trabajo y voy a casa; salgo de casa y voy directo al trabajo. Y muy de vez en cuando los cafés que están por el recorrido que hago SIEMPRE. Para mí, hace mucho tiempo dejó de existir el calendario, no percibo los días si no es por la necesidad de usarlas para el periódico de dónde trabajo. ¡Vaya! Para mí si que ya dejaron de existir muchas cosas; y casi todo; casi siempre: me causa melancolía.
Ha sido un día gris, muy cansado; la página de clima ha anunciado una tarde muy lluviosa, y el cielo empieza a oscurecer con mayor inmensidad pasando de las 4pm. Salgo del trabajo, y camino de prisa hacia mi departamento. Pero la lluvia arrecia y me ha alcanzado. Todo se ha vuelto un caos; gente corriendo, el tráfico acelerado y la lluvia imparable, sin tregua. Desde la esquina, antes de cruzar la calle, observo el café con el que casi siempre me topo, pero casi nunca entro. Para mí, las mejores donas, y el expresso Americano, ¡una delicia!
Los relámpagos intensifican la lluvia, y los truenos escalofrían la tarde. Cruzo y enseguida aguardo en el café. Saludo a unos cuantos y me paso a la última mesa, junto a la ventana. Ahí, al fondo, donde ha sido mi lugar desde que tengo razón.
-¿Desea ordenar?_Me presta atención muy amable, la única mesera del lugar.
-Un pie de queso y un capuchino grande, ¡Por favor! _Sonrío.
-Enseguida. Señorita. _Escribe en su libreta.
Observo a mi alrededor; y solo veo parejas de amigos, novios, ancianos, amigas riendo al mil, compañeros de trabajo; que quizá también pasaron a defenderse de la lluvia. Todos muy entretenidos en sus charlas y en sus teléfonos celulares.
Yo, me límito a ver por la ventana; los ríos de agua corriendo por la calle frente y directo a la resposadera más cercana.
-Su orden. _Anuncia ella. Y enseguida se retira.
-Gracias. _Le sonrío muy amable.
No, sí es cierto. Que no añoro ninguna de las amistades o relaciones que están a mi alrededor. No miro amor por ninguna de ellas. Pero deseo dos minutos de su presencia. No está, lo acepto, pero duele.
Puedo decir que llevo una vida de lo más normal; La pregunta es
¿Qué me hace tan diferente a las demás?Me enamoré de un actor de cine a los 18 años. Sí, suena tonto. Sobre todo cuando vives en un mundo dónde todo cuenta, menos los sentimientos.
Y es incómodo ¿Sabes? Porque alguien alguna vez me preguntó de cómo era posible de que pudiese viviera así, con esa ilusión que ya la había hecho una realidad. Verdaderamente no respondí, sonríe irónica, y bajé la mirada. Pues la respuesta está demás; tal vez porque no hay tal respuesta. No puedes explicar cómo alguien tan lejano hace un destello frente a ti, y te atrapa enseguida al encender completamente unas ilusiones que habían estado apagadas desde siempre. No hay palabras para explicar como alguien ausente cuida de ese amor como si estuviese cerca, cómo te renueva el alma sin tener la intención de hacerlo. Chistoso ¿Cierto? Yo me río en ocaciones de la manera en la que vivo, pero no puedes dejar ir tan fácilmente a quien encendió luz en tus ojos cuando estaban oscuros. Porque cuando alcé la mirada él estaba en ese cielo repleto de estrellas, brillando más que nadie. Brillando como ninguno.
No ha estado en las buenas, ni en las malas. Tampoco a estado en invierno, mucho menos en verano. No, no ha estado y no sé si estará
Me vengo cayendo a pedazos; a cada momento por su ausencia. Me desvivo por él, él que es una magia, y su ausencia es una dura adivinanza, que solo el invierno futuro responderá. Él me tiene a su alcance, pero yo no alcanzo el cielo, no soy capaz de subir del suelo. Sí, me desvivo pensando en una o alguna otra forma de ir a verlo, sin embargo, me quedo así; con la mirada apagada, sin saber que hacer ni que decir. porque todo intento empiza a fallar en el pensamiento. No me conoce y yo muy poco de él. Pero sólo con el profundo hecho de saber que respira acoge toda la atención de mi alma.
Ya han pasado 7 años. Me lo había topado en la televisión unas cuantas veces atrás, pero sin embargo; no me había llamado tanto la atención de la magnitud con la que la siento ahora por él. La chispa que enciende mi existencia. El soplo de supervivencia en medio de la soledad. Aún no sé si sea solo un sueño , que esto amor arde en mi pecho como lava volcánica que se expande por todo mi ser. Por toda mi alma. Ó sea la realidad , que este amor puro y mágico lo sienta en mi pecho.
Bebo un sorbo de mi capuchino caliente, que abriga mis huesos , con aroma a paz, consolación, con sabor a él.
Mis pensamientos siempre andan con él, incluso en esta tarde de lluvia imparable.¡Eso me está matando! Que solo viva en mis pensamientos más no en mi vida. Siento su ausencia, siento la imposibilidad en la coraza de mi tristeza, que le abraza. Siento ese amor que florece en mi, pero también siento ese miedo al futuro al no llegar a verlo cerca siquiera.
Me parece tan cruel la existencia mía. ¡Amor mío! ¿Dónde estarás? ¿Acaso el terrible y mortal destino nos depara una enorme separación eterna? ¿Acaso el viento no te habla de mí? Porque a mi; todo lo que está a mi alrededor me hace sentirte.
Me desgarro en su amor. Y suspiro un par de veces su nombre a la eternidad, al sin fin de constelaciones y estrellas viajantes ¡Christopher! Que me hacen empañar el cristal de la ventana.
Cierro los ojos, y detengo la agonía en mi interior. Y luego en un suspiero profundo, regreso a la eternidad.
-La cuenta , por favor!_Susurro, mientras le hago señar con la mano a la mesera. Y enseguida capta. Despejo unas cuantas lágrimas que he derramado de tristeza al pensarlo.
Suspiro profundo, nuevamente y cierro los ojos miestras aguardo con paciencia a la mesera.
No hallo fortuna, no hallo posibilidad, tampoco misericordia para ésta obsesión por el amor de ese actor de cine que se ha impregnado en mi existecia, que me golpea el pecho y desgarra la existencia; siendo el dueño de alma, de mi hambre, de mi sangre. De un deseo y agonía que no acaba.
-¿Disfrutó su café?_Interviene la mesera, con la que he simpatizado excelente.
-De maravilla. _Sonrio.
-Su cuenta. _Me da acceso a mi cuenta, y se marcha.
Abro la cartilla y es menos de 50 quetzales(Moneda guatemalteca).
Le otorgo 20 más por su exelente servicio y decido ir a casa.La lluvia ha sezado, y la muchedumbre vuelve a las calles y yo, sigo dejando que el destino me empuje de a golpe a donde quiera que esté. Avanzando con los pies pesados, caminando en contra corriente, ahora, rumbo a mi acogido y triste departamento, donde los libros de Charles Bukowski, me esperan, sin lugar a duda.
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Nocturne. (Chris Evans) |Editando|
Cerita PendekMientras escucho éstas melodías, a mi mente vieje la imagen de aquel hombre cuyo corazón mío pertenece. Siempre tan presente; siempre tan suya. Las claras notas fijan sus ojos en mi mente, ojos azules, azules como el cielo, clarecientes como el mar...